EL MINISTERIO PUBLICO FISCAL CREO LA PROCURADURIA DE DELITOS DE LESA HUMANIDAD
Así, el grupo de fiscales e investigadores que vienen trabajando a cargo de Auat se relanza para tratar de impulsar ahora el aspecto más difícil de las causas en las que se investigan los crímenes de la dictadura, la complicidad empresaria en los secuestros y desapariciones, que en su mayor parte tuvieron como víctimas a comisiones gremiales y trabajadores de sus compañías. Los casos más conocidos –el Ingenio Ledesma, Mercedes-Benz, Ford, Loma Negra, Las Marías– ilustran las dificultades de llegar a una sentencia.
El fiscal explicó que el nuevo organismo va a armar una base de datos que pueda funcionar como una “cantera probatoria”. La Procuraduría para la investigación de delitos de lesa humanidad continuará con el trabajo de apoyo para acelerar los juicios –que ha logrado no sólo con el aporte de pruebas sino mediante la acumulación de causas, como en el caso de la megacausa de La Perla–, y también se ocupará de sistematizar y digitalizar la información sobre los juicios realizados.
En el edificio ubicado en el predio de la ex ESMA se reunieron unas cuatrocientas personas. Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Lita Boitano, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas fueron algunos de los presentes junto a funcionarios e integrantes de la asociación “Justicia legítima”.
Gils Carbó dio en el acto un pantallazo sobre la situación de los juicios por el terrorismo de Estado: “Actualmente hay 413 represores condenados y mil personas procesadas”, detalló. Pero admitió que “todavía falta mucho trabajo por hacer”.
“Penetrar en los nichos de la impunidad es una tarea muy difícil, que no se da con el código y las leyes, se da con el cuerpo”, agregó la jefa de los fiscales. Recordó que las defensas de los represores buscaron impugnar a los fiscales ad hoc y coadyuvantes, una pretensión rechazada por diversos tribunales, incluida la Cámara de Casación Penal, pero advirtió que ahora vuelven a aparecer impugnaciones del mismo tipo frente a designaciones similares.
Con su transformación en Procuraduría, la Unidad Fiscal fue equiparada a las otras procuradurías creadas recientemente por Gils Carbó: la que investiga delitos de violencia institucional, que dirige Abel Córdoba, la de trata de personas, a cargo de Marcelo Colombo, la de narcocriminalidad, a cargo de Félix Crous, y la de criminalidad económica y lavado, que es conducida por Carlos Gonella.
El equipo de la Procuraduría será básicamente el mismo de la antigua Unidad Fiscal dirigida por Auat. ¿Cuánto cree que se puede avanzar sobre las complicidades civiles?, preguntó Página/12 a Auat.
“La idea de crear una base de datos es precisamente por la complejidad del tema”, contestó el fiscal. “Obviamente estamos hablando de investigar crímenes del terrorismo de Estado, es decir de delitos en los que estuvo el Estado, con todos sus recursos para ejecutarlos y además para diseñar una estrategia de impunidad.... La verdad es que tuvimos dificultades también con las otras causas de violaciones a los derechos humanos. Es decir que, en lo que avanzamos, lo hicimos a pesar de las dificultades propias de crímenes que han ocurrido hace treinta y pico de años y que fueron planificados para quedar impunes. Desde luego que la reconstrucción histórica pasa por utilizar todo tipo de pruebas, testimonios, documentos, lo que publicó la prensa de la época.”
En no pocos casos, agregó Auat, a estas dificultades hay que sumar la ideología de los jueces. “En Ledesma (por el ingenio azucarero y su dueño, Pedro Blaquier, hoy procesado) el problema más grave que teníamos no era de complejidad procesal, sino de voluntad mientras estuvo a cargo de la causa (el ex juez Carlos) Olivera Pastor.”
“Lo importante es que desde la Unidad trabajamos con mucha fuerza y en algún punto, con avances y retrocesos, hemos logrado superar trabas a los juicios. No con un éxito total, pero en algunos casos terminamos con casos de impunidad. Para nosotros un ejemplo es que hemos logrado la acumulación de causas. Esto, por ejemplo con los crímenes de La Perla y Arsenales de Tucumán, logró por un lado economía procesal, y por el otro reconstruir históricamente los hechos, entender mejor lo que ocurrió en los años de plomo, porque una causa con sólo una víctima y un imputado no alcanza para revelar cabalmente lo que sucedido.”
Auat, sin embargo, transmite sobre todo la idea de que la investigación de los grupos económicos y los civiles que fueron cómplices de hechos de terrorismo de Estado necesita apoyarse en un mapa, del que hasta ahora se tienen recortes, pedazos sueltos. Armarlo podría ser una puerta para entrar a una nueva etapa de los juicios.
Con la mira en los cómplices de la dictadura
El organismo fue presentado por Alejandra Gils Carbó. Lo conducirá el fiscal Jorge Auat, quien coordinaba la unidad de seguimiento de las causas por violaciones a los derechos humanos. Se busca avanzar sobre las complicidades civiles con el terrorismo de Estado.
Por Laura Vales
Con la mirada puesta en impulsar las investigaciones sobre la complicidad de los civiles y los grupos económicos con el terrorismo de Estado, el Ministerio Público Fiscal creó la Procuraduría de Delitos de Lesa Humanidad. A cargo del organismo estará el fiscal Jorge Auat, que hasta ayer dirigía la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones de los Derechos Humanos, un equipo que desde el 2007 se ocupó de destrabar y acelerar los juicios contra los represores.
“Esto es parte de una decisión de ampliar esa agenda. Queremos un espacio específico para trabajar el tema de la complicidad civil y empresaria con los crímenes de la dictadura, que no diría que es una asignatura pendiente, pero sí que dentro del universo de los casos es en lo que más nos falta por hacer”, definió Auat a Página/12 tras la presentación del nuevo organismo.Así, el grupo de fiscales e investigadores que vienen trabajando a cargo de Auat se relanza para tratar de impulsar ahora el aspecto más difícil de las causas en las que se investigan los crímenes de la dictadura, la complicidad empresaria en los secuestros y desapariciones, que en su mayor parte tuvieron como víctimas a comisiones gremiales y trabajadores de sus compañías. Los casos más conocidos –el Ingenio Ledesma, Mercedes-Benz, Ford, Loma Negra, Las Marías– ilustran las dificultades de llegar a una sentencia.
El fiscal explicó que el nuevo organismo va a armar una base de datos que pueda funcionar como una “cantera probatoria”. La Procuraduría para la investigación de delitos de lesa humanidad continuará con el trabajo de apoyo para acelerar los juicios –que ha logrado no sólo con el aporte de pruebas sino mediante la acumulación de causas, como en el caso de la megacausa de La Perla–, y también se ocupará de sistematizar y digitalizar la información sobre los juicios realizados.
Poner el cuerpo
El nuevo organismo fue presentado por la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, junto a Estela de Carlotto, presidente de Abuelas; el escritor Mempo Giardinelli y la jueza Angela Ledesma, con un acto en el Archivo Nacional de la Memoria.En el edificio ubicado en el predio de la ex ESMA se reunieron unas cuatrocientas personas. Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Lita Boitano, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas fueron algunos de los presentes junto a funcionarios e integrantes de la asociación “Justicia legítima”.
Gils Carbó dio en el acto un pantallazo sobre la situación de los juicios por el terrorismo de Estado: “Actualmente hay 413 represores condenados y mil personas procesadas”, detalló. Pero admitió que “todavía falta mucho trabajo por hacer”.
“Penetrar en los nichos de la impunidad es una tarea muy difícil, que no se da con el código y las leyes, se da con el cuerpo”, agregó la jefa de los fiscales. Recordó que las defensas de los represores buscaron impugnar a los fiscales ad hoc y coadyuvantes, una pretensión rechazada por diversos tribunales, incluida la Cámara de Casación Penal, pero advirtió que ahora vuelven a aparecer impugnaciones del mismo tipo frente a designaciones similares.
Con su transformación en Procuraduría, la Unidad Fiscal fue equiparada a las otras procuradurías creadas recientemente por Gils Carbó: la que investiga delitos de violencia institucional, que dirige Abel Córdoba, la de trata de personas, a cargo de Marcelo Colombo, la de narcocriminalidad, a cargo de Félix Crous, y la de criminalidad económica y lavado, que es conducida por Carlos Gonella.
El equipo de la Procuraduría será básicamente el mismo de la antigua Unidad Fiscal dirigida por Auat. ¿Cuánto cree que se puede avanzar sobre las complicidades civiles?, preguntó Página/12 a Auat.
“La idea de crear una base de datos es precisamente por la complejidad del tema”, contestó el fiscal. “Obviamente estamos hablando de investigar crímenes del terrorismo de Estado, es decir de delitos en los que estuvo el Estado, con todos sus recursos para ejecutarlos y además para diseñar una estrategia de impunidad.... La verdad es que tuvimos dificultades también con las otras causas de violaciones a los derechos humanos. Es decir que, en lo que avanzamos, lo hicimos a pesar de las dificultades propias de crímenes que han ocurrido hace treinta y pico de años y que fueron planificados para quedar impunes. Desde luego que la reconstrucción histórica pasa por utilizar todo tipo de pruebas, testimonios, documentos, lo que publicó la prensa de la época.”
En no pocos casos, agregó Auat, a estas dificultades hay que sumar la ideología de los jueces. “En Ledesma (por el ingenio azucarero y su dueño, Pedro Blaquier, hoy procesado) el problema más grave que teníamos no era de complejidad procesal, sino de voluntad mientras estuvo a cargo de la causa (el ex juez Carlos) Olivera Pastor.”
“Lo importante es que desde la Unidad trabajamos con mucha fuerza y en algún punto, con avances y retrocesos, hemos logrado superar trabas a los juicios. No con un éxito total, pero en algunos casos terminamos con casos de impunidad. Para nosotros un ejemplo es que hemos logrado la acumulación de causas. Esto, por ejemplo con los crímenes de La Perla y Arsenales de Tucumán, logró por un lado economía procesal, y por el otro reconstruir históricamente los hechos, entender mejor lo que ocurrió en los años de plomo, porque una causa con sólo una víctima y un imputado no alcanza para revelar cabalmente lo que sucedido.”
Auat, sin embargo, transmite sobre todo la idea de que la investigación de los grupos económicos y los civiles que fueron cómplices de hechos de terrorismo de Estado necesita apoyarse en un mapa, del que hasta ahora se tienen recortes, pedazos sueltos. Armarlo podría ser una puerta para entrar a una nueva etapa de los juicios.
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