Tensión en Brasil
La popularidad de Dilma cae en picada
El Mundo
Por las movilizaciones, la imagen de la presidenta, que parecía invulnerable, perdió 27 puntos porcentuales
Por Alberto Armendariz |
RÍO DE JANEIRO.- Tres semanas de masivas protestas fueron suficientes para que la popularidad del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se derrumbara en casi 30 puntos.
Según una encuesta de Datafolha publicada ayer, su administración pasó de gozar de un 57% de aprobación a principios de junio a 30% la semana pasada, en el mayor retroceso protagonizado por un mandatario desde el regreso de la democracia a Brasil, en 1985.La popularidad de Rousseff, que buscará la reelección en 2014, ya venía erosionándose por el estancamiento de la economía y el aumento de la inflación (6,55% en un año).
En marzo, su gobierno tenía una aceptación del 65%, y ella, representante del Partido de los Trabajadores (PT), era considerada imbatible de cara a los comicios, donde sus principales rivales serían el senador Aécio Neves, del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), y la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, quien formó su propio partido, Red Sustentabilidad.
De acuerdo con el sondeo de Datafolha, publicado ayer por el diario Folha de São Paulo, el 81% de los brasileños apoyan las manifestaciones que estallaron por todo el país en reclamo de mayores inversiones en educación, salud y transportes, contra el despilfarro de dinero en estadios para el Mundial de Fútbol 2014, y por medidas más eficientes en la lucha contra la corrupción. Apenas el 15% de los entrevistados estuvieron en contra de las protestas.
Como respuesta a las marchas, la presidenta prometió nuevas inversiones en servicios públicos y propuso convocar a un plebiscito para realizar una amplia reforma política. Según Datafolha, la idea de la consulta, que fue muy resistida por partidos de la oposición, cuenta con el respaldo del 68% de los brasileños, mientras que el 73% de ellos cree necesaria una reforma política.
En medio del convulsionado ambiente en el que se encuentra el país, la presidenta Rousseff habría decidido no asistir hoy a la final de la Copa de Confederaciones, que Brasil y España disputarán en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Ya durante la apertura de la Copa, dos semanas atrás, la mandataria recibió un fuerte abucheo del público.
La otra copa
Se esperan dos grandes protestas, antes y durante el partido, al que muchos llaman la final de la "Copa de Manifestaciones". Las autoridades de Río desplegaron un enorme dispositivo de seguridad en el entorno del mítico estadio, con la presencia de unos 10.000 policías. "Será un día de lucha y esperamos que la policía entienda eso, que no precisa reaccionar con violencia", señaló Marcelo Edmundo, del Comité Popular del Mundial y las Olimpíadas.Para evitar enfrentamientos, la policía establecerá un cordón de seguridad de hasta tres kilómetros alrededor del Maracaná y sólo la gente que tenga entradas para el partido o que viva por la zona podrá ingresar en el perímetro. De todos modos, las organizaciones que preparan las protestas ya adelantaron que su intención es llegar lo más cerca posible del estadio.
"Si Brasil va a salir campeón de la Copa de Confederaciones no lo sé, pero puedo adelantar que la Copa de Manifestaciones va a ganar por goleada", señaló a O Globo Tadeu Lemos, del Directorio Central de Estudiantes de la Universidad de Río de Janeiro, quien opinó que las marchas podrían reunir a cientos de miles de personas.
Los números le juegan en contra
Los brasileños demostraron que nadie tiene garantíasDilma Rousseff
Presidenta de Brasil
Profesión: economista
Edad: 65 años
Origen: Belo Horizonte
- 57%
Antes de las marchas
La aprobación del gobierno de Dilma era alta a principios de junio, previo al estallido social
- 30%
Luego de las marchas
Las movilizaciones deterioraron abruptamente su imagen en 27 puntos
- 81%
Apoyo a las protestas
Las manifestaciones en las calles cuentan con el respaldo de la amplia mayoría de la población
- Como respuesta a las marchas, la presidenta prometió nuevas inversiones en servicios públicos y propuso convocar a un plebiscito para reformar la política
- Para evitar los abucheos del público, como en la fecha de apertura, Rousseff no asistirá a la final de la Copa de Confederaciones, en el Maracaná
- Existe un amplio consenso en que los gastos por este torneo, el Mundial de fútbol y las Olimpíadas no debieron ser prioritarios
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