ADIOS A UN ENORME INTELECTUAL
Murió Dario Macor, un demócrata
Nos enteramos, hoy, sábado 29 de junio, que murió Dario Macor. Intelectual, demócrata, docente de historia, autor, escritor, referencia indispensable del pensamiento socialista. Colega de tuteos e ideas, con otras mentes brillantes que nos iluminaron una vez recuperada la democracia. Por Coni Cherep
29.06.2013 | 11:50 hs. · Autor: Coni Cherep · Fuente: Notife.com
La noticia es de las más penosas que puede recibir y devolver un periodista que es amigo. Se murió Dario Macor. La noticia es fría, breve, definitiva. Alguien me pregunta por Twitter. ¿ está chequeado? Si, lamentablemente está chequeado. Es demoledor haberlo chequeado. Porque eso significó la ratificación de una noticia, que al menos este escriba, no estaba preparado para recibir.
Se murió Dario. Un amigo intelectual. Ese que siempre estaba disponible para la consulta. Desde el análisis profundo y distante de los procesos, hasta la lectura de las pequeñas cosas de la política cotidiana. Dario era sabio. Conocía e investigaba sin saciarse los procesos históricos de la Argentina. Su obsesiones eran : la comprensión del peronismo, del que dejó libros imprescindibles, y la construcción de un proceso socialdemócrata sólido en el país.
Fue un docente magistral de historia. Referencia constante en la lucha contra las levedades del revisionismo histórico. Sereno y pulcro al hablar, con una voz grave y seductora que te obligaba a escucharlo.
Comprometido y sin apetencias. No hizo nada, absolutamente nada, por conseguir espacios personales que le garantizaran bienestares personales. Y nunca abandonó la construcción intelectual y colectiva, sumando, enriquecendo y creando espacios donde se debatiera la realidad. Desde donde nacieran nuevas ideas, para construir futuro.
Dario Macor fue un imprescindible. Uno de esos tipos que no callaban nunca sus opiniones, pero que nunca puso en ellas, el riesgo del quiebre o la ruptura con los espacios anchos en los que creía.
Se fue Dario Macor. Estaba enfermo. Se recluyó los últimos meses, donde – mientras pudo- leyó y escribió.
Deja un lugar que es muy difícil de llenar, muy difícil de imaginarlo reemplazado.
Lo vamos a extrañar. Va a ser difícil entender que ya no está para enseñarnos. Nos deja huérfanos de sabiduría. Nos morimos un poco todos los que lo conocimos hoy, con la noticia de su muerte
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