Tres periodistas denuncian los métodos de presión del Gobierno
Los periodistas Luis Majul, Joaquín Morales Solá y Jorge Lanata denunciaron fuertes presiones del Gobierno a través del uso de organismos públicos como la AFIP. En una nota publicada ayer por la revista Noticias , las víctimas de este particular sistema de “apriete” oficial aseguraron que se trata de una forma más de acallar a los que piensan distinto al oficialismo, que incluye desde operaciones mediáticas hasta intentos de crear causas penales en su contra.
Morales Solá acusó recientemente a la Secretaría de Inteligencia por los seguimientos en la calle y las pinchaduras en los teléfonos que viene sufriendo desde hace tiempo. En declaraciones a la revista, el periodista destacó que no se trata de agresiones aisladas, sino de un “sistema” que “ creó Néstor Kirchner y continuó Cristina” , con el objetivo de “perseguir a todo aquel que no pertenezca al kirchnerismo”.
El columnista de La Nación ya había sido víctima de una virtual operación de desprestigio al ser acusado de complicidad con la última dictadura militar a partir de una foto tomada un año antes del comienzo del régimen, en Tucumán. “En el fondo, se trató de una operación mediática para vincularme, por la mera citación testimonial, con los militares, aunque fueran los de 1975, es decir antes del golpe”, resaltó Morales Solá.
Majul, por su parte, denunció el pasado martes a funcionarios de la AFIP por “coacción agravada y abuso funcional”, luego de que desde el organismo público se intentara enviar al periodista a juicio penal por presunta evasión impositiva. El dato fue obtenido por el mismo Majul de manos de un dirigente de la AFIP, quien le había revelado que fue el titular de la entidad, Ricardo Echegaray, quien habría instruido a sus empleados para que “denunciaran con urgencia, por evasión impositiva, a un grupo de personas y empresas”, entre los que figuraban Clarín , Editorial Perfil y La Cornisa Producciones, propiedad del conductor del programa homónimo. “Te quiere romper el culo Echegaray. De eso no tengas dudas”, le habría dicho el informante al periodista.
El mismo titular del ente recaudador habría revelado el verdadero motivo del apuro: los capítulos actualizados del libro El Dueño publicados por la revista Noticias en enero y febrero pasado, los cuales “habían caído muy mal” al Gobierno, particularmente uno en el que se informaba que cuatro altos funcionarios de la AFIP habían viajado a Río Gallegos para solucionar el conflicto judicial en el que se encontraba Kirchner a raíz de una investigación por presunto enriquecimiento ilícito.
Majul indicó, además, que hace un mes un inspector del organismo visitó una escribanía y una constructora para confirmar la compra de propiedades a nombre del periodista. Justo cinco días antes el conductor de La Cornisa había divulgado que los técnicos de la AFIP “estaban cansados de trabajar ‘como periodistas’ porque les pedían que todos los viernes presentaran ‘informes sobre casos mediáticos que pudieran alimentar denuncias espectaculares’”.
“Si estamos en un lugar donde la verdad la tiene uno solo y se arroga el derecho de escrachar a los demás, estamos en un problema”, se lamentó Jorge Lanata, quien cree que estos intentos de juicio buscan “lograr un determinado impacto mediático, pero sin ningún destino jurídico”. Fuera de la TV abierta, Lanata se dedica hoy a producir de documentales desde distintos rincones del mundo.
Morales Solá acusó recientemente a la Secretaría de Inteligencia por los seguimientos en la calle y las pinchaduras en los teléfonos que viene sufriendo desde hace tiempo. En declaraciones a la revista, el periodista destacó que no se trata de agresiones aisladas, sino de un “sistema” que “ creó Néstor Kirchner y continuó Cristina” , con el objetivo de “perseguir a todo aquel que no pertenezca al kirchnerismo”.
El columnista de La Nación ya había sido víctima de una virtual operación de desprestigio al ser acusado de complicidad con la última dictadura militar a partir de una foto tomada un año antes del comienzo del régimen, en Tucumán. “En el fondo, se trató de una operación mediática para vincularme, por la mera citación testimonial, con los militares, aunque fueran los de 1975, es decir antes del golpe”, resaltó Morales Solá.
Majul, por su parte, denunció el pasado martes a funcionarios de la AFIP por “coacción agravada y abuso funcional”, luego de que desde el organismo público se intentara enviar al periodista a juicio penal por presunta evasión impositiva. El dato fue obtenido por el mismo Majul de manos de un dirigente de la AFIP, quien le había revelado que fue el titular de la entidad, Ricardo Echegaray, quien habría instruido a sus empleados para que “denunciaran con urgencia, por evasión impositiva, a un grupo de personas y empresas”, entre los que figuraban Clarín , Editorial Perfil y La Cornisa Producciones, propiedad del conductor del programa homónimo. “Te quiere romper el culo Echegaray. De eso no tengas dudas”, le habría dicho el informante al periodista.
El mismo titular del ente recaudador habría revelado el verdadero motivo del apuro: los capítulos actualizados del libro El Dueño publicados por la revista Noticias en enero y febrero pasado, los cuales “habían caído muy mal” al Gobierno, particularmente uno en el que se informaba que cuatro altos funcionarios de la AFIP habían viajado a Río Gallegos para solucionar el conflicto judicial en el que se encontraba Kirchner a raíz de una investigación por presunto enriquecimiento ilícito.
Majul indicó, además, que hace un mes un inspector del organismo visitó una escribanía y una constructora para confirmar la compra de propiedades a nombre del periodista. Justo cinco días antes el conductor de La Cornisa había divulgado que los técnicos de la AFIP “estaban cansados de trabajar ‘como periodistas’ porque les pedían que todos los viernes presentaran ‘informes sobre casos mediáticos que pudieran alimentar denuncias espectaculares’”.
“Si estamos en un lugar donde la verdad la tiene uno solo y se arroga el derecho de escrachar a los demás, estamos en un problema”, se lamentó Jorge Lanata, quien cree que estos intentos de juicio buscan “lograr un determinado impacto mediático, pero sin ningún destino jurídico”. Fuera de la TV abierta, Lanata se dedica hoy a producir de documentales desde distintos rincones del mundo.
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