crisis en Venezuela / El enfrentamiento cruza fronteras
Pero adelantó: "Ellos no lo van a lograr, porque voy a vivir por muchos años y voy a ser presidente de este país por muchos años".
El encuentro entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos , y el líder opositor de Venezuela, Henrique Capriles, el miércoles pasado en Bogotá desató una tormenta que amenaza con convertirse en un huracán político de incierto pronóstico.
"Todo el establishment colombiano se puso de acuerdo para derrocarme. No puedo aceptar que se conspire desde Bogotá", acusó el presidente bolivariano, quien señaló directamente a Álvaro Uribe, al asesor político J.J. Rendón y al propio Noriega, e indirectamente a Santos, al acusarlo de haberse prestado "a esta jugada" y de "lavarle la cara a la derecha fascista".
Los nubarrones de la tormenta política provocaron que el propio Santos contestara ayer desde Colombia, algo que quiso evitar en un primer momento.
"Es descabellado pensar, y, por eso, hablo de malos entendidos, que el gobierno colombiano esté enterado, o peor aún, que esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar al gobierno de Venezuela", precisó.
"Somos los más perjudicados con cualquier problema que tenga Venezuela. Por eso tiene que haber algún malentendido y vamos a resolver cualquier diferencia por las vías diplomáticas", indicó Santos, al apostar por la prudencia.
¿Cuál es la nueva conspiración que denuncia Maduro? "Un plan perfecto para derrocarme y llenar de violencia a Venezuela? Un plan de guerra psicológica, basado en actos contra la paz y la seguridad. Lo tienen aprobado? Contiene sabotaje a la economía, al dólar, al abastecimiento y un grupo de sicarios que van a ingresar en el país? Ya los tienen aquí para asesinar soldados venezolanos que están en el plan de la Patria."
Según las declaraciones del líder del chavismo sin Chávez, la trama se habría orquestado en reuniones en Colombia "con parte de la derecha fascista que se encuentra en Bogotá". Una vez más, amenazó a los dirigentes opositores, al recordarles que sus "maniobras" constituyen delitos en el Código Penal Venezolano.
Maduro insistió en que sus enemigos quieren dividir a las fuerzas revolucionarias, en clara alusión al escándalo del Silvagate, la grabación que aireó la guerra que se vive en el interior del chavismo, según el informe del periodista favorito de Hugo Chávez a uno de los jefes de la contrainteligencia cubana.
El presidente venezolano optó por defender a Diosdado Cabello, líder del ala militarista del oficialismo y su gran detractor, según el audio. "Está sometido al fuego enemigo, para tratar de buscar su asesinato moral y ver si después pueden buscar su asesinato físico", acertó a explicar.
Cabello, quien fue el que primero abrió fuego político contra Santos y Capriles, aprovechó el respaldo de Maduro para volver ayer a la carga: "[La reunión] es una agresión contra nuestro pueblo? El gobierno colombiano debería saber que estaba recibiendo a un asesino fascista de más de 11 personas el 15 y 16 de abril y un participante activo en el golpe de 2002", dijo.
El chavismo tejió toda una épica revolucionaria de varias muertes ocurridas tras las elecciones que la oposición desmiente categóricamente, en un país donde cada día asesinan a más de 50 personas.
Bogotá vuelve a estar marcada en rojo tras romperse el cerco político y mediático contra Capriles, y su gobierno teme las repercusiones en las negociaciones de paz en La Habana con las FARC, apuesta personal de Santos. "Es preocupante", resumió Humberto de la Calle, máximo representante en un diálogo en el que Maduro "ha sido muy útil".
"El enchufado mayor [Maduro] hace rato que perdió la brújula. No sabe para dónde va. Es una cortina de humo para desviar los problemas que afectan diariamente a los venezolanos: crisis económica, escasez, apagones, la inseguridad?", resumió Capriles a su regreso a Caracas.
Desabastecimiento que sirvió a Carlos Ocariz, dirigente opositor que también viajó a Bogotá, para celebrar con ironía su regreso a Venezuela: "[Volvimos] con la maleta llena de café, papel higiénico y servilletas".
NICOLÁS MADURO
Presidente de Venezuela
JUAN MANUEL SANTOS
Presidente de Colombia
Se agrava la tensión: Maduro acusó a Colombia de querer envenenarlo
El Mundo
Enojado con Bogotá por la reunión entre Santos y Capriles, el mandatario denunció que "todo el establishment" colombiano se unió para derrocarlo
CARACAS.- El presidente Nicolás Maduro volvió a sorprender a su país y al mundo con un nuevo capítulo de "conspiranoia".
"Llegó un equipo desde Miami [a Bogotá], junto al [ex funcionario estadounidense] Roger Noriega, con un veneno. Y están preparados para venir a Venezuela a inocularme. No para que me muera en un día, sino para enfermarme en el transcurso de los meses que están por venir", dijo anteanoche.Pero adelantó: "Ellos no lo van a lograr, porque voy a vivir por muchos años y voy a ser presidente de este país por muchos años".
El encuentro entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos , y el líder opositor de Venezuela, Henrique Capriles, el miércoles pasado en Bogotá desató una tormenta que amenaza con convertirse en un huracán político de incierto pronóstico.
"Todo el establishment colombiano se puso de acuerdo para derrocarme. No puedo aceptar que se conspire desde Bogotá", acusó el presidente bolivariano, quien señaló directamente a Álvaro Uribe, al asesor político J.J. Rendón y al propio Noriega, e indirectamente a Santos, al acusarlo de haberse prestado "a esta jugada" y de "lavarle la cara a la derecha fascista".
Los nubarrones de la tormenta política provocaron que el propio Santos contestara ayer desde Colombia, algo que quiso evitar en un primer momento.
"Es descabellado pensar, y, por eso, hablo de malos entendidos, que el gobierno colombiano esté enterado, o peor aún, que esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar al gobierno de Venezuela", precisó.
"Somos los más perjudicados con cualquier problema que tenga Venezuela. Por eso tiene que haber algún malentendido y vamos a resolver cualquier diferencia por las vías diplomáticas", indicó Santos, al apostar por la prudencia.
¿Cuál es la nueva conspiración que denuncia Maduro? "Un plan perfecto para derrocarme y llenar de violencia a Venezuela? Un plan de guerra psicológica, basado en actos contra la paz y la seguridad. Lo tienen aprobado? Contiene sabotaje a la economía, al dólar, al abastecimiento y un grupo de sicarios que van a ingresar en el país? Ya los tienen aquí para asesinar soldados venezolanos que están en el plan de la Patria."
Según las declaraciones del líder del chavismo sin Chávez, la trama se habría orquestado en reuniones en Colombia "con parte de la derecha fascista que se encuentra en Bogotá". Una vez más, amenazó a los dirigentes opositores, al recordarles que sus "maniobras" constituyen delitos en el Código Penal Venezolano.
Maduro insistió en que sus enemigos quieren dividir a las fuerzas revolucionarias, en clara alusión al escándalo del Silvagate, la grabación que aireó la guerra que se vive en el interior del chavismo, según el informe del periodista favorito de Hugo Chávez a uno de los jefes de la contrainteligencia cubana.
El presidente venezolano optó por defender a Diosdado Cabello, líder del ala militarista del oficialismo y su gran detractor, según el audio. "Está sometido al fuego enemigo, para tratar de buscar su asesinato moral y ver si después pueden buscar su asesinato físico", acertó a explicar.
Cabello, quien fue el que primero abrió fuego político contra Santos y Capriles, aprovechó el respaldo de Maduro para volver ayer a la carga: "[La reunión] es una agresión contra nuestro pueblo? El gobierno colombiano debería saber que estaba recibiendo a un asesino fascista de más de 11 personas el 15 y 16 de abril y un participante activo en el golpe de 2002", dijo.
El chavismo tejió toda una épica revolucionaria de varias muertes ocurridas tras las elecciones que la oposición desmiente categóricamente, en un país donde cada día asesinan a más de 50 personas.
Bogotá vuelve a estar marcada en rojo tras romperse el cerco político y mediático contra Capriles, y su gobierno teme las repercusiones en las negociaciones de paz en La Habana con las FARC, apuesta personal de Santos. "Es preocupante", resumió Humberto de la Calle, máximo representante en un diálogo en el que Maduro "ha sido muy útil".
"El enchufado mayor [Maduro] hace rato que perdió la brújula. No sabe para dónde va. Es una cortina de humo para desviar los problemas que afectan diariamente a los venezolanos: crisis económica, escasez, apagones, la inseguridad?", resumió Capriles a su regreso a Caracas.
Desabastecimiento que sirvió a Carlos Ocariz, dirigente opositor que también viajó a Bogotá, para celebrar con ironía su regreso a Venezuela: "[Volvimos] con la maleta llena de café, papel higiénico y servilletas".
Mientras Caracas dispara, Bogotá ataja
Santos buscó mitigar las acusaciones de MaduroNICOLÁS MADURO
Presidente de Venezuela
- "Llegó un equipo con veneno. Y están preparados para venir a inocularme"
- "No puedo aceptar que se conspire desde Bogotá. [Santos] se prestó a esta jugada"
JUAN MANUEL SANTOS
Presidente de Colombia
- "Es algo descabellado pensar que Bogotá apoya una plan [contra Maduro]"
- "Vamos a resolver cualquier diferencia por las vías diplomáticas
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