domingo, 20 de marzo de 2011

la pavada

Políticos y famosos

Políticos y famosos
Menem, Bolocco y el pequeño Máximo: un romance oportuno para un hombre en campaña. / GUSTAVO SEIGUERVer más fotos
¿Por qué a Berlusconi no parece dañarlo la difusión pública de sus fiestas con prostitutas o a Menem nadie le facturó, en los noventa, que echara a su esposa de Olivos y hasta caían simpáticas, al principio, sus fotos rodeado de vedettes o las versiones de sus romances con notorias funcionarias? Para Liliana de Riz, socióloga e investigadora superior del Conicet, especialista en política latinoamericana, "Italia y Argentina tienen mucho en común en su cultura política, en cuanto a la admiración a los Duce, a los que se les perdona todo, también la corrupción".
El consultor político Carlos Fara cree que, a diferencia de lo que sucede en los EE.UU., en América latina los asuntos de la vida privada no afectan tanto a la imagen pública. "En el caso de Menem con Zulema, lo que entonces Menem mostró ante el electorado fue fortaleza de liderazgo. Nadie le iba a torcer el brazo. O, como dijo Balzac en La Comedia Humana: ?El que puede gobernar a una mujer, puede gobernar una Nación' ".
Sumaba puntos. Como sucedió también años después, cuando peleaba por volver a la presidencia. Su romance con Cecilia Bolocco, una mujer hermosa y joven, con la que además logró tener un hijo, no podía ser más oportuno para el hombre septuagenario que debía convencer al electorado de que aún podía manejar el poder.
Aunque, a juzgar por los resultados de aquella campaña, se podría coincidir con el director de Poliarquía, Eduardo Fidanza, cuando dice que "la vida privada molesta o realza al dirigente cuando el resto de la variables -la económica, por ejemplo- funciona. Cuando Menem aparecía rodeado de vedettes y su imagen no se dañaba, la economía, en la percepción social, funcionaba bien".

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