Foto: Aldo Rotman
Lucas Carrasco lleva dentro suyo, muy internalizado, el paradigma del marketing, del golpe de efecto y del otro. Sabe como mostrarse y quedar en el centro de la escena. Habrá algunos ejemplos que den cuenta de esto y que podrían servir para ilustrar el caso.
Lo recuerdo en la Facultad, en la Carrera de Comunicación Social en la década del 90, con el furor de Franja Morada en la conducción de los centros de estudiantes cuando cursábamos Sociología con el profesor Rogelio Alanís. Lo agarró a trompadas. No recuerdo el motivo de la discusión, pero a partir de ahí, Lucas cobró notoriedad con el exabrupto. Un acto de verdadera impotencia frente a un intelectual que hace de los libros antiperonistas, el tango bajón y el alcohol un culto.
En el ámbito académico se dirá que la mejor arma que tiene un hombre es la palabra y creo que efectivamente es así. Aunque también solemos decir que no siempre alcanzan las palabras para expresar lo que uno siente. Y para eso solo hay una forma de contestación, visceral, emocional, primitiva y poco racional. Sobre todo cuando la argumentación del debate entre alumno y profesor es desigual, manipuladora y oscura.
Pasó el tiempo y ahora viene con una metralleta en formato literario contra un gil. Otro “exceso” que se disfruta y mucho. No por su aporte a la literatura, sino por la picardía para exponer un conflicto que muestra la tensión del poder dominante y quién lo desafía.
En este tiempo, tenemos un mandato todos los que no somos neutrales ni “periodistas independientes”: denunciar la dominación de un poder monopólico que nos quita la posibilidad de elegir, que nos empobrece y nos somete. En la sociedad de la Información luchamos por la palabra, porque entendemos que proferirla es un Derecho Humano y no la potestad mercantil de un multimedios.
Nunca olvidemos que Luchar por la palabra es luchar por el sentido de la historia, por más que no hablemos de los grandes temas que ocupan la agenda de Clarín y Nación. Esto será así aunque hablemos de una relación amorosa no correspondida en blog intrascendente.
Tenemos que reconocerlo, ser sinceros con nosotros mismos y mostrar alegría que nos genera cuando “cobra” un gorila recalcitrante disfrazado de profesor serio que golpea tus ideales y en la fantasía muere ametrallado un sorete disfrazado de periodista independiente.
* Profesor de la carrera de Comunicación Social en la UNER
Lo recuerdo en la Facultad, en la Carrera de Comunicación Social en la década del 90, con el furor de Franja Morada en la conducción de los centros de estudiantes cuando cursábamos Sociología con el profesor Rogelio Alanís. Lo agarró a trompadas. No recuerdo el motivo de la discusión, pero a partir de ahí, Lucas cobró notoriedad con el exabrupto. Un acto de verdadera impotencia frente a un intelectual que hace de los libros antiperonistas, el tango bajón y el alcohol un culto.
En el ámbito académico se dirá que la mejor arma que tiene un hombre es la palabra y creo que efectivamente es así. Aunque también solemos decir que no siempre alcanzan las palabras para expresar lo que uno siente. Y para eso solo hay una forma de contestación, visceral, emocional, primitiva y poco racional. Sobre todo cuando la argumentación del debate entre alumno y profesor es desigual, manipuladora y oscura.
Pasó el tiempo y ahora viene con una metralleta en formato literario contra un gil. Otro “exceso” que se disfruta y mucho. No por su aporte a la literatura, sino por la picardía para exponer un conflicto que muestra la tensión del poder dominante y quién lo desafía.
En este tiempo, tenemos un mandato todos los que no somos neutrales ni “periodistas independientes”: denunciar la dominación de un poder monopólico que nos quita la posibilidad de elegir, que nos empobrece y nos somete. En la sociedad de la Información luchamos por la palabra, porque entendemos que proferirla es un Derecho Humano y no la potestad mercantil de un multimedios.
Nunca olvidemos que Luchar por la palabra es luchar por el sentido de la historia, por más que no hablemos de los grandes temas que ocupan la agenda de Clarín y Nación. Esto será así aunque hablemos de una relación amorosa no correspondida en blog intrascendente.
Tenemos que reconocerlo, ser sinceros con nosotros mismos y mostrar alegría que nos genera cuando “cobra” un gorila recalcitrante disfrazado de profesor serio que golpea tus ideales y en la fantasía muere ametrallado un sorete disfrazado de periodista independiente.
* Profesor de la carrera de Comunicación Social en la UNER
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