domingo, 10 de abril de 2011

hoy se vota en peru

El fenómeno de Keiko Fujimori analizado por Jaime Bayly

El destacado periodista peruano anuncia su apoyo a la hija del ex presidente peruano. El recuerdo de Fujimori y el futuro de Keiko.

Por Jaime Bayly *


Cambio de imagen. Keiko Fujimori cierra el viernes su campaña electoral en Lima, rodeada de sus seguidores. Siempre con una sonrisa, la hija del ex presidente cambió críticas por apoyo.

Iré a votar al centro de convenciones de Miami Beach. Mi voto lo tengo decidido hace ya bastante tiempo. Votaré con entusiasmo por la señora Keiko Fujimori. Quienes me conocen saben que hace varios años vengo diciendo que la señora Fujimori será la próxima presidenta del Perú. Es lo que sinceramente deseo por el bien de los peruanos.

Lo que no estaba en mis cálculos, y no deja de sorprenderme, es que, según las encuestas más confiables, el señor Ollanta Humala pasará a la segunda vuelta. Felicitaciones al señor Humala. Debe de haber hecho las cosas bastante bien para estar cómodamente instalado en el primer lugar de las preferencias.
No parece conveniente insultar al señor Humala ni a sus votantes. Ha sido inteligente y tenaz en presentarse como el cambio más radical o la oposición más firme a un gobierno que es repudiado por dos de cada tres peruanos. Tal vez por eso, y porque en los últimos cinco años ha hecho una campaña discreta y eficaz en todo el Perú, el señor Humala está cosechando ahora lo que ha sembrado con diligencia. Creo que es una buena persona con malas ideas. Un gobierno del señor Humala pondría en riesgo la democracia peruana (pues, como es bien sabido, el señor Humala admira a dictadores como Hugo Chávez y Fidel Castro) y frenaría al crecimiento económico sostenido de los últimos veinte años, que ha logrado rebajar la extrema pobreza en el Perú.
El señor Humala dice ahora que su modelo o arquetipo o inspiración es Lula da Silva y   no Hugo Chávez. Me reservo el derecho de no creerle del todo. Una vez en el poder, creo que el señor Humala será un fiel amigo y dócil aliado del dictador venezolano. Yo entrevisté a Hugo Chávez cuando era candidato a la presidencia venezolana en 1998. El señor Chávez me dijo en tono conciliador y moderado que discrepaba radicalmente del modelo cubano de Fidel Castro.
Yo no quiero que el Perú se parezca a la Venezuela crispada y estatista de Chávez ni a la Cuba hundida en la miseria de los hermanos Castro. Yo quiero que el Perú sea un país libre y con una economía en crecimiento que alivie a los más pobres. Quiero sin duda alguna que el Perú siga el camino de Chile, no el de Venezuela. Por eso no votaré este domingo por el señor Humala y en la segunda vuelta votaré por quien lo enfrente.
Espero que quien enfrente al señor Humala en la segunda vuelta sea la señora Fujimori. Tengo por ella un gran respeto y una gran admiración. A pesar de su juventud, es una mujer que ha demostrado su tranquila inteligencia, su serenidad y firmeza en los momentos adversos (que no han sido pocos) y su tolerancia a las críticas más despiadadas sin perder el talante y la sonrisa. Creo que la señora Fujimori, además de ser una buena esposa y una excelente madre de familia y una hija ejemplar, sería una magnífica presidenta del Perú. Creo que, a diferencia del señor Humala, la señora Fujimori, precisamente para no parecerse al gobierno autoritario y corrupto de su padre, hará su mejor esfuerzo para presidir un gobierno respetuoso de las formas democráticas y exento de pillos y bribones como los que se apandillaron con su padre en la década de los noventa.
Así como el señor Alan García tuvo una segunda oportunidad para demostrar que había aprendido de los errores de su primer gobierno (oportunidad que, a pesar de sus malos números en las encuestas, creo que no dilapidó), la señora Fujimori, de ser elegida presidenta, tendrá el desafío histórico de demostrar que la fuerza política que fundó su padre y que ella ahora representa con bríos ha aprendido de sus errores y no caerá en las trampas del autoritarismo y las pillerías que viciaron el gobierno de su padre. Estoy seguro de que la señora Keiko Fujimori se rodeará de personas de probada honradez y que su gobierno será uno de reconciliación nacional, de respeto a las libertades públicas y de crecimiento económico a favor de los más pobres.
El Perú debe elegir este domingo si quiere parecerse a la Venezuela de Chávez o al Chile próspero y con creciente justicia social de Bachelet y Piñera. Si queremos seguir el camino prepotente y antiliberal de Chávez, voten por el señor Humala. Si queremos seguir el admirable crecimiento económico de Chile, que en las últimas tres décadas ha logrado rebajar la pobreza de 44 a 14 por ciento, votemos por la señora Keiko Fujimori.
Por supuesto, respeto y aprecio a quienes piensan votar por los señores Toledo, Kuczynski y Castañeda. Pero, con todo el respeto que me inspiran quienes así piensan votar el domingo, creo que, estando los tres rezagados respecto de la señora Fujimori, votar por ellos es, en cierto modo, hacerle un favor al señor Humala. Es evidente que los señores Toledo, Kuczynski y Castañeda representan básicamente el mismo modelo de libertad política y crecimiento económico. Entre los tres suman casi la mitad de las preferencias electorales. Hubiera sido deseable, pensando en el Perú y no en sus pequeñas ambiciones, que unieran fuerzas alrededor de uno de los tres. De haber sido capaces de un gesto semejante de madurez y desprendimiento, con seguridad ese candidato pasaría a la segunda vuelta. Pero los tres se han disputado ferozmente, y a menudo cayendo en penosas vulgaridades y tristes deslealtades, la misma porción de las preferencias electorales. Por eso, en la última encuesta ninguno de los tres está en el segundo lugar. Por eso, invito a quienes piensan votar por los señores Toledo, Kuczynski y Castañeda a que, pensando en el bienestar del Perú, voten por la señora Keiko Fujimori.
Después de leer las últimas encuestas, y convencido como estoy de que en la segunda vuelta el señor Humala sólo perderá si tiene como rival a la señora Fujimori, votaré este domingo por Keiko Fujimori, una mujer que no se ha metido en esta pelea electoral por ambiciones personales sino por amor a su padre, porque el destino le planteó un desafío mítico que ella tuvo el coraje de aceptar y no esquivar, porque su candidatura se funda no en desbordes ególatras o en apetitos de poder sino en la sabia resignación de quien acepta cumplir la ardua misión que el destino le ha encomendado, aun a expensas de complicarse la vida personal y familiar.
Tengo tres hijas. Cuánto quisiera que mis hijas, si llego a los setenta y dos años, me quieran como Keiko Fujimori quiere a su padre ahora en prisión. Por eso, respeto y admiro a la señora Fujimori.

*Gentileza Perú 21

No hay comentarios:

Publicar un comentario