Testigo denunció que Menéndez encabezó el operativo en el que asesinaron a 7 militares
Leonor Zucaría dijo que el principal imputado, el represor Menéndez, encabezó el operativo conocido como El Castillo, en el que fueron asesinados 7 militantes, al declarar en el juicio de la megacausa La Perla.
Por Agencia Télam
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La testigo Leonor Zucaría dijo que el principal imputado, el represor Luciano Benjamín Menéndez encabezó el operativo conocido como El Castillo, en el que fueron asesinados 7 militantes, al declarar en el juicio de la megacausa La Perla por crímenes de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
La testigo fue a declarar por el secuestro y asesinato de su hermano, Ricardo Zucaría, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP)-Montoneros, quien fue secuestrado en la tarde del 9 de enero de 1976 y permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Torturas y Exterminio La Ribera y aún continúa desaparecido.
Durante su testimonio, Leonor Zucaría se refirió a lo que presenció el 9 de marzo de 1977, en un operativo conocido como El Castillo, encabezado por el propio Menéndez, en el que fueron asesinados siete militantes, del que fue la única sobreviviente.
"Llegaron a la vivienda, yo estaba ahí parada, de pronto tenía cuatro militares apuntando. En cuastión de minutos la zona y la casa se llenó de uniformados", relató.
Precisó que cuando los militares ingresaron "escuché un tiro" y "atravesé corriendo el jardín del Castillo y fui a la casa de la familia Canatta que estaba al lado. Ellos me vieron y no entendían nada".
Zucaría precisó que vio que la casa "se llenó de soldados y también ingresa Luciano Benjamín Menéndez, que duró... para mí fue una eternidad, pero debe haber durado una hora... y con bazukas mataron a los siete compañeros y destruyeron el castillo".
"Los Canatta no me delataron, por supuesto, pero yo no podía creer lo que (los militares) habían hecho...Menéndez había tomado el jardín de los Canatta como su cuartel de operaciones. Desde allí dirigía todas las acciones de ataque".
En cuanto a la familia Canatta la testigo indicó que "se los llevaron ese mismo día al Campo de la Ribera y después los tuvieron unos tres años presos (al padre y a los hijos)".
Consultada sobre uno de los defensores de los represores, Osvaldo Viola, sobre qué le hacía suponer que semejante operativo haya sido solo para detener a siete personas respondió: no, no para detenerlos no, para matarlos. Destruyeron el lugar. Los mataron a todos".
Otro de los testimonios gue el de Nidia Giacumino, quien junto a su esposo Oscar Valdés fueron secuestrados el 11 de abril de 1977, en el marco de un conflicto que llevaba adelante la Unión Tranviarios Automotor (UTA), cuando ellos viajaban como pasajeros en un colectivo.
Recordó que en esa oportunidad, una persona de civil los mandó al fondo del colectivo y apuntó con un arma directamente a Valdéz hiriéndolo. Luego fueron llevados a la comisaría séptima y al Depatamento de Informaciones de la policía de Córdoba (D2) y poco después fueron llevados a La Perla.
"Testimoniar implica tener que recordarlo y casi volver a vivir todo eso... Este proceso permitió poder hablar con mi familia, amigos, de un tema que nunca había hablado. Uno no habla, los otros no preguntan, por eso hoy agradezco a este juicio y la oportunidad", señaló la Testigo.
Precisó que estando en La Perla la llevaron a una oficina, le sacaron la venda, y le cuentaron que habían secuestrado a su cuñado, Enrique Valdéz, un dirigente de Montoneros.
Giacumino recordó que lo habían agarrado en la casa de ellos, y durante el trayecto a La Perla convenció a sus captores que le desataran las manos y que él iba a contribuir con ellos. "Al hacerlo, Enrique se tomó una pastilla de cianuro que llevaba oculta y con ella se produjo la propia muerte".
"Todo esto me lo contaron ellos mismos en esa oficina. Ahí es cuando ellos me muestran en una pared un organigrama de las organizaciones. Me dijeron que nosotros no estábamos en ese organigrama".
Después fue trasladada a la Unidad Penitenciaria número 1 (UP1) a disposición del PEN, y es ahí cuando descubre que estaba embarazada.
Giacumino cuenta que después de tener a su hijo en la Maternidad debió entregarlo a su familia por medio de un personal de la cárcel: "sólo me mostraron el DNI de mi padre que lo esperaba afuera, porque no podíamos tener ningún contacto". Nidia volvió a ver a su hijo meses después, a través de un vidrio.
Luego de escuchar a las testigos, el Tribunal Oral Federal número 1 (TOF1), resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta el próximo martes.
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