EN SAUCE VIEJO
Balazos, muertes y dudas
En el patio de una vivienda, hallaron los cadáveres de una pareja. La mujer fue acribillada a tiros. El hombre tenía un solo disparo en la frente.
El hecho ocurrió en plena zona urbana de Sauce Viejo, a un par de cuadras de la avenida principal.- Foto:El Litoral
Joaquín Fidalgo
jfidalgo@ellitoral.com
Un hombre y una mujer perdieron la vida ayer en un trágico episodio desatado en su casa de la localidad de Sauce Viejo. El incidente plantea varias incógnitas aun al fiscal y a los investigadores de la Sección Homicidios de la Unidad Regional I.
Eran aproximadamente las 22 de ayer cuando un familiar llegó a la escena, en inmediaciones de la esquina que forman calle Uriburu y Pasaje de la Plaza. Fue al lugar porque la pareja no contestaba los llamados telefónicos y la encontró muerta en el patio, junto a la pileta.
Inmediatamente, dio aviso a la comisaría del distrito y los uniformados solicitaron la intervención de peritos.
En principio, se pensó que se trataba de una doble electrocución. Los cadáveres, en ropa interior, estaban encimados y bajo ellos podía verse un grueso cable trifásico.
Cuando el médico policial examinó los cuerpos se percató que en realidad ambos presentaban orificios de bala.
La mujer tenía 38 años, era abogada y se llamaba Carina Rosana Michelín. Fue alcanzada por cinco proyectiles, en una axila, en las piernas, la espalda y el hombro. El hombre fue identificado como Sergio Roskopf, tenía 42 años y trabajaba en el rubro agropecuario, en la provincia de Entre Ríos. Él recibió un solo disparo, en la frente, “a boca de jarro” (con el caño del arma apoyado en el lugar del impacto).
Todo indicaría que Roskopf pudo asesinar a su pareja y luego quitarse la vida, pero surgen aquí varias dudas.
En primer lugar, el arma no fue hallada en la escena del crimen. Se presume que es una pistola calibre 22 que poco tiempo atrás había comprado el dueño de casa para defenderse, por una serie de robos que había sufrido en la propiedad. Sobre una mesa, la policía sólo encontró un cargador con municiones de ese calibre.
El médico policial que examinó los cuerpos determinó que las muertes se habían producido varias horas antes. En el sitio también se hicieron presentes el mismo jefe de la Unidad Regional I, Rafael Grau, y el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Jorge Nessier, quien determinó -entre otras cosas- las autopsias de ambas víctimas y el peritaje de sus teléfonos.
Por otra parte, se descarta el móvil de robo, porque en el inmueble había dinero en efectivo (varios miles de pesos) y costosos elementos, como celulares y televisores. Además, en la casa no había desorden alguno ni aberturas violentadas.
Según trascendió, Roskopf había comprado la pistola y gran cantidad de municiones, luego de que delincuentes entraran a su casa en reiteradas ocasiones para robarle herramientas y otras pertenencias.
jfidalgo@ellitoral.com
Un hombre y una mujer perdieron la vida ayer en un trágico episodio desatado en su casa de la localidad de Sauce Viejo. El incidente plantea varias incógnitas aun al fiscal y a los investigadores de la Sección Homicidios de la Unidad Regional I.
Eran aproximadamente las 22 de ayer cuando un familiar llegó a la escena, en inmediaciones de la esquina que forman calle Uriburu y Pasaje de la Plaza. Fue al lugar porque la pareja no contestaba los llamados telefónicos y la encontró muerta en el patio, junto a la pileta.
Inmediatamente, dio aviso a la comisaría del distrito y los uniformados solicitaron la intervención de peritos.
En principio, se pensó que se trataba de una doble electrocución. Los cadáveres, en ropa interior, estaban encimados y bajo ellos podía verse un grueso cable trifásico.
Cuando el médico policial examinó los cuerpos se percató que en realidad ambos presentaban orificios de bala.
La mujer tenía 38 años, era abogada y se llamaba Carina Rosana Michelín. Fue alcanzada por cinco proyectiles, en una axila, en las piernas, la espalda y el hombro. El hombre fue identificado como Sergio Roskopf, tenía 42 años y trabajaba en el rubro agropecuario, en la provincia de Entre Ríos. Él recibió un solo disparo, en la frente, “a boca de jarro” (con el caño del arma apoyado en el lugar del impacto).
Todo indicaría que Roskopf pudo asesinar a su pareja y luego quitarse la vida, pero surgen aquí varias dudas.
En primer lugar, el arma no fue hallada en la escena del crimen. Se presume que es una pistola calibre 22 que poco tiempo atrás había comprado el dueño de casa para defenderse, por una serie de robos que había sufrido en la propiedad. Sobre una mesa, la policía sólo encontró un cargador con municiones de ese calibre.
El médico policial que examinó los cuerpos determinó que las muertes se habían producido varias horas antes. En el sitio también se hicieron presentes el mismo jefe de la Unidad Regional I, Rafael Grau, y el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Jorge Nessier, quien determinó -entre otras cosas- las autopsias de ambas víctimas y el peritaje de sus teléfonos.
Por otra parte, se descarta el móvil de robo, porque en el inmueble había dinero en efectivo (varios miles de pesos) y costosos elementos, como celulares y televisores. Además, en la casa no había desorden alguno ni aberturas violentadas.
Según trascendió, Roskopf había comprado la pistola y gran cantidad de municiones, luego de que delincuentes entraran a su casa en reiteradas ocasiones para robarle herramientas y otras pertenencias.
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