lunes, 11 de abril de 2011

del blog de artemio lopez







4/10/2011





palémica
donda - piumato: nadie es más que nadie


























Recibí
un mail del Súper Pato Piumato, pidiendo se publique esta nota de Demetrio
Iramain, periodistra  columnista de Tiempo Argentino .



La diputada nacional por la oposición
Victoria Donda y el secretario general de los judiciales Julio Piumato, cruzaron
una serie de mensajes vía twitter, que fueron reproducidos parcialmente por la
prensa hegemónica durante el fin de semana.



Lo que empezó siendo una discusión sobre
tópicos estrictamente coyunturales que planteó el gremialista, derivó en otra
cosa totalmente diferente, ajena por completo al planteo inicial. “No lo escuché
a Pino (Solanas) decir ‘Clarín-Magnetto, devuelvan a los nietos’, ni a Lozano ni
a Victoria Donda. ¿Será x 250 millones q Macri pagó a Clarín?”, comenzó
preguntándose Piumato en los ceñidos 140 caracteres que permite cada mensaje en
la red social.



Donda acusó recibo, y cruce va cruce viene,
el intercambio terminó con la apelación de la diputada a su tragedia familiar.
Fue luego de que Piumato le enrostró que “tus viejos jamás hubieran traicionado”
mientras “tu tío seguro” que sí, a lo que Donda respondió “me comparaste con un
torturador” y “la chicana familiar es muy baja”.



La conversación había arribado a un
no-lugar de imposible retorno. De ese modo, la legisladora de Proyecto Sur
instaló la discusión en otro lado, opuesto por el vértice al original, para
agrado de la prensa que transcribió el debate, y que obvió deliberadamente la
cuestión de fondo que lo había motivado: Macri, Magnetto y la funcionalidad a
ellos que Piumato observa en las conductas de la centroizquierda. La polémica,
sin embargo, expone debates ciertamente edificantes y sugiere algunas
reflexiones.



La primera, que el vínculo filial con los
desaparecidos no da, per se, derecho político alguno, ni otorga, a priori,
ninguna razón en nada. Norma Morandini, por caso, tiene dos hermanos
desaparecidos, que además se llamaban Néstor y Cristina, y eso no le impide
solidarizarse con Joaquín Morales Solá.



A Graciela Fernández Meijide su condición
de madre de Pablo, desaparecido durante la dictadura, no le impidió ser ministra
de la Alianza. La segunda, ¿cuál es el sustrato ideológico que opera bajo la
estrategia de Proyecto Sur, que de tanto cuestionar por izquierda al gobierno
nacional, se encuentra compartiendo tribuna con la diestra más brutal de la
Argentina?



Lo que está en tensión tratándose de
Victoria Donda, es su crítica despiadada al gobierno nacional, cuya sola
política respecto del Terrorismo de Estado y su huella en la cultura post
dictatorial, impunidad incluida, ya merecen todo el respaldo posible por parte
del movimiento de derechos humanos, que ella expresa por una de sus partes.



Años atrás, recién recuperada la
institucionalidad republicana, Hebe de Bonafini discrepó públicamente con
quienes reclamaban al Estado nacional que los hijos de desaparecidos fueran
exceptuados de hacer el servicio militar obligatorio. Las Madres siempre
entendieron que la desaparición de los padres y/o de los hijos o esposos no
puede otorgar ninguna ventaja a sus deudos directos con respecto a los demás
ciudadanos de este pueblo, por el que aquellos desaparecidos dieron la vida. Por
que si no, la eventual dispensa se convertiría en un privilegio, absolutamente
discordante con quienes dieron lo mejor de sus vidas por una sociedad de
iguales, sin explotadores ni explotados.



Ese fue otro de sus argumentos al momento
de exponer el por qué de su rechazo a cobrar las indemnizaciones económicas. A
35 años del golpe militar, y transitando la instancia liberadora que atraviesa
el continente, ¿podemos seguir personalizando el drama dictatorial,
circunscribiendo la tragedia social que causó el genocidio sólo a las víctimas
directas de la represión? ¿No es dable articular una respuesta de clase,
colectiva, como pueblo trabajador, y no dejar que sólo la interpreten los
implicados directos por la dictadura?



¿Tiene más razón en sus críticas al
gobierno Donda porque es hija de desaparecidos, que la defensa del actual
proyecto que ejerce la obrera de casco amarillo que construye su propia vivienda
junto a las Madres en la Misión Sueños Compartidos?



¿No es esa acaso la misma lógica perversa y
oportunista que objeta la política oficial del kirchnerismo respecto de la
década del 70, bajo la excusa de que nunca se los vio a Néstor y a Cristina en
una Marcha de la Resistencia? Hace dos jueves, las Madres de Plaza de Mayo
pidieron una sanción para los beneficiarios de planes sociales que borraron por
orden del intendente de San Martín de los Andes los pañuelos blancos pintados
sobre el piso de la plaza central de la ciudad neuquina.



Bonafini no sólo reclamó la renuncia del
funcionario municipal, sino también la baja en la asistencia para los ciudadanos
y ciudadanas que aceptaron mansamente cumplir con una orden a todas luces
contraria a la política de Estado en materia de derechos humanos.



Con la autoridad que les dan los años en la
lucha y la coherencia demostrada, las Madres plantearon que la condición de
pobres y excluidos no releva a nadie de su compromiso democrático y ciudadano.
Hay que discutir con nuestros hermanos de clase, tengan trabajo o no, de igual a
igual. Siempre. Con la verdad ajustada como un guante, como decía el Che.



La formulación de las Madres sitúa a la
clase trabajadora en un escalón más alto de su subjetividad y desarrollo en la
conciencia, propio de un periodo de luchas ofensivas, como las que ya tenemos, y
que se anuncia aún más progresivo para el futuro inmediato.



Victoria Donda, que invoca su condición de
hija de desaparecidos para objetar las posiciones de Piumato, y alega con la
tragedia familiar que le tocó vivir, ¿tendrá en cuenta que Julio Piumato fue un
militante gremial toda su vida, que peleó por la causa del pueblo junto a los
padres de la diputada, y que pagó con 7 años largos de prisión su compromiso con
los más débiles?



Seguramente no, y está bien que así ocurra.
Es una buena enseñanza para las nuevas generaciones que protagonizan con
desparpajo la escena política actual y las organizaciones libres del pueblo:
respeto sí, abordaje consciente sobre la historia reciente de nuestras luchas
populares, también, pero no idealización absoluta y en abstracto de aquellas
experiencias.



Se puede discrepar con Donda y no estar por
eso ultrajando su intimidad lacerada por el genocidio, tanto como se puede
defender al gobierno nacional y sus políticas más inclusivas sin tener
pergaminos de izquierda que exhibir ante los rigurosos jueces que imparten
premios y castigos desde el púlpito de la prensa hegemónica.



¿Sería honesto intelectualmente acaso que
Piumato apelara a las torturas que sufrió en la Unidad 9 de La Plata para
replicar a quien quiera “correrlo por izquierda”, o para que algún desprevenido
le dé la razón en una discusión política? No parece sensato. También con ex
presos e hijos recuperados, Madres y Abuelas, pobres y desocupados, debemos
discutir de igual a igual. }



La historia no pregunta los antecedentes
familiares y/o el currículum vitae de cada uno de sus protagonistas, para
ubicarlos luego en el bronce o el olvido, el suelo o el pedestal. Los hijos de
desaparecidos y los ex detenidos durante la dictadura; los pobres y los
desempleados, también.



Nadie es más que nadie, Donda y Piumato. Lo
único que nos define como seres sociales es nuestro compromiso histórico, que se
construye todos los días. Insisto: todos los días. Estamos con el pueblo, o
estamos contra él

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