"Todavía hay personas que vivan a Videla"
A 38 años de la última dictadura militar, la diputada provincial por el SI recordó una época que marcó su vida a fuego y lamentó que haya "quienes siguen y seguirán pensando que estuvo bien el terrorismo de Estado".
A 38 años de la última dictadura militar, la diputada provincial Alicia Gutiérrez recordó una época que marcó su vida a fuego. Su pareja y padre de su hijo está aún desaparecido y su hermana, Ana María Gutiérrez fue asesinada por su trabajo en el Centro de Estudiantes de Odontología. La legisladora del SI reconoció que en aquel entonces no se dimensionaba el horror que iba a caer sobre el país y señaló algo mucho más preocupante: personas que aún hoy "vivan" a Jorge Rafael Videla.En diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Gutiérrez señaló que la dictadura comenzó a gestarse mucho antes del 26 de marzo de 1976, durante el gobierno democrático de Isabel Perón. Fue entonces, en 1975, cuando el cuerpo de su hermana -recordó- apareció sin vida a la vera de una ruta.
"Todavía uno recibe amenazas. Hay quienes siguen y seguirán pensando que estuvo bien el terrorismo de Estado, algunas docentes incluso tratan de hacer ver que `por algo habrá sido´. Y esto causa mucho dolor, no solo a nosotros, sino al pueblo argentino", lamentó la legisladora.
La historia de la diputada, que es la de su hijo también, el diputado provincial Eduardo Toniolli, quedó asentada en la causa Guerrieri II que el año pasado sorprendió a varios porque el fallo del Tribunal Federal N° 1 dictó sentencias menores a las esperadas. Sólo uno de los 12 represores juzgados fue condenado a perpetua. El resto, a penas que van de 5 a 25 años.
Tanto Gutiérrez como Toniolli declararon en esa causa. En agosto pasado, el testimonio "ausencial" de Eduardo -como él mismo calificó al ser secuestrado su padre un mes antes de su nacimiento, en marzo de 1977- arrancó lágrimas en el auditorio. "Por un mes no conocí a mi padre", había dicho.
Eduardo José Toniolli, militante montonero, cayó víctima del terrorismo de Estado el 9 de febrero de 1977, a sólo días de ser papá.
Es una de esas personas a las que Videla había definido "ni muerta ni viva". "Sin entidad".
Casi cuatro décadas después, Gutiérrez lamenta que a pesar del tiempo y de todo lo que pasó, todavía haya quienes siguen "vivando de alguna manera" al autor de esa frase y al responsable de mucho de lo que sucedió durante esos años.
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