Desmentidas
26 de febrero de 2014
Tanto Luis Rubeo como Carlos Reutemann negaron haber estado reunidos en la casa del Lole hace 15 días. La noticia, publicada por Notife ayer a las 4 de la tarde no hacía más que revelar el encuentro, basado en fuentes confiables, una de ellas incontrastable. Ese mismo encuentro en sí mismo no representa algo ilícito, espurio. Por Héctor Galiano
No se informó sobre una ilegalidad, algo aberrante, algo inaceptable. Nada de eso. Bastó que trascienda la información para que el kirchnerismo local la niegue. Dos horas después de publicada una persona muy llegada a Lole me dijo “Carlos no tienen problemas en confirmar que se reunió, pero va a esperar qué dice Rubeo, para él -por Lole- no es nada que se debe ocultar”
Hay veces en que la providencia es grande para el cronista que le gusta patear la calle. La secuencia de los hechos es la siguiente: una fuente judicial cercana a Reutemann me cuenta el proyecto, lo describe con precisión. Otra, en este caso un legislador, no importa de qué partido, lo desarrolla con datos y la última, cercanísima a Lole termina de vestir la historia. Momentos, circunstancias, etc.
Obviamente, no es lo mismo desmentir una conducta humana, que además se desarrolló en une espacio íntimo, que una resolución judicial. En el caso de la primera, haya no una conducta delictual (no es el caso) los que forman parte de ese encuentro tienen el derecho a negarlo. Unfallo judicial se puede rechazar, criticar, ponderar. Nunca negar. Y acá pasó lo primero. Básicamente porque “Los Rossi Brothers”, como los llaman a Agustín y Alejandro algunos reutemanistas, tendrán que, en algún momento, bajar la idea “aglutinante” a las bases. Eso conlleva bancar, hasta donde dé la panza, los hechos de diciembre de 2001 y las inundaciones de 2003, entre otros borrones del corredor, que así y todo sigue midiendo bien en las encuestas.
No importa, no es problema del hombre de pie la interna del PJ. O sí, muchas de sus tribulaciones se deben a 24 años de peronismo neoliberal de privatistas, “paga sueldos eficaces”, desmoronamiento cultural y un largo etcétera de perjuicios.
Para aquellos que desde hace mucho tiempo hemos decididos no traficar con información, extorsionar con ella y mucho menos develar las fuentes, una desmentida sobre una información que podemos probar como veraz es una rotura de testículos. Pero que la desmentida no tapará el bosque emprendedor del pejostismo. Reutemann quiere volver, está dispuesto a eso y prepara la segunda Cooperativa. La desmentida suena como un ladrido. Señal que cabalgamos.
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