DOS VERSIONES DE LA EX REHEN DE LAS FARC CIRCULAN POR EUROPA
Ingrid ya es una caricatura
La imagen de Ingrid Betancourt, ya empañada por su propia personalidad, sufrió un hondo traspié cuando trascendió que había solicitado dos indemnizaciones: una al Estado colombiano y otra al Estado francés. Un comic la retrata.
Por Eduardo Febbro
Desde París
Dos versiones de los años en que la ex rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt estuvo secuestrada en la selva por las FARC empiezan a circular en estos días. Una es en serio, su propio relato, la otra es una obra bajo el trazo de un ácido y burlón comic publicado en Francia por la editorial Fluide Glacial. La imagen de Ingrid Betancourt, ya empañada por su propia personalidad, sufrió un hondo traspié cuando trascendió que había solicitado dos indemnizaciones: una al Estado colombiano –8 millones de dólares– y otra al francés –450.000 euros– en compensación por los años atrapados en las garras de las FARC. Ingrid Betancourt renunció luego a ambas recompensas pero le quedó pegada una etiqueta molesta.
El lanzamiento oficial de su relato viene a romper uno de los últimos misterios que quedaban por conocerse: el de su propia versión de los hechos. Otros ex rehenes, Clara Rojas, Luis Eladio Pérez y los tres norteamericanos secuestrados con ella, ya escribieron sus memorias. En esos libros la personalidad de Ingrid Betancourt y sus actos no salieron engrandecidos. Clara Rojas la describió como un ser “mezquino” y “egoísta”, y los espías norteamericanos como una mujer “manipuladora” y “odiosa”.
La obra escrita en francés que publica este martes la editorial Gallimard se llama Même le silence a une fin (Hasta el silencio tiene fin). Según explicó la editorial en un comunicado, “no se trata de un documental sino de una obra literaria fuerte sobre lo que significa ser una mujer rehén a quien le han quitado todo, y cuyos hijos crecerán sin ella”. Ingrid Betancourt vuelve en este texto sobre los pasos que la llevaron forzadamente a la selva el mes de febrero de 2002. En un episodio de contornos no siempre claros, Ingrid Betancourt fue secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC.
La pugna por su liberación –julio de 2008– se convirtió en una saga llena de accidentes desde que Francia empezó a reclamar y negociar su liberación con las FARC en medio del endurecimiento de la ofensiva militar contra los insurgentes decidida por el ex presidente Alvaro Uribe. En Hasta el silencio tiene un fin, Ingrid Betancourt narra su secuestro, los varios intentos de evasión, el cautiverio, la vida extrema en la selva, las humillaciones y el final del túnel. “La redacción del libro llevó casi un año y medio y en algunos momentos, escribirlo, despertando tantos recuerdos dolorosos, era una tortura”, dijo la editorial.
El libro, que consta de 700 páginas, fue escrito a mano, sin computadora. “Quise darle un sentido a todo esto, y también que mi testimonio sirva a todos aquellos que viven sufrimientos extremos”, dijo la ex rehén al semanario Le Nouvel Observateur, que la entrevistó en exclusividad. En la misma entrevista, Ingrid Betancourt asegura que en un momento de su secuestro entendió que “las FARC habían hecho de mí una especie de objeto fetiche y que no tenían intención de liberarme”. Betancourt resalta que, en esos años, “lo más duro fue cuando nuestros secuestradores nos inundaban de informaciones mentirosas para crear conflictos entre prisioneros. Eso falseaba todo nuestro sistema de valores.”.
La publicación de la versión de Betancourt sobre sus seis años en la selva era muy esperada por quienes vieron en ella una heroína y luego cambiaron su percepción. La otra versión, es decir, el comic sin piedad, salió el miércoles pasado en Francia. “Ingrid de la jungle” no deja títere con cabeza. La historieta es tan desopilante como irrespetuosa, a veces vulgar. Betancourt se llama en el comic “Petancourt”, el país “Colombin”, las FARC se convierten en “FARCE”, el presidente francés en un diminuto “Nicolas Sarko” y su esposa en “Carla Brutti”.
En el comic el retrato de Betancourt es de una crueldad de alto voltaje: ambiciosa, egoísta e hipócrita. Ingrid se golpea en el pecho, es una devota de la Virgen y del Papa pero, al mismo tiempo, su conducta con los otros rehenes resulta una violación de todo: les roba la comida, los delata, etc., etc. El comic, escrito y dibujado por Serge Scotto, Eric Stoffel y Richard Di Martino, no es muy ameno en su lectura pero sí cruel con Betancourt. Esta historieta tiene como argumento en filigrana una buena dosis de los rumores y sospechas que pesan sobre la mujer.
En el comic, el personaje Petancourt planifica su secuestro con su ex amante, un tal compañero Raulo, y se interna en una zona de la selva bajo control de las FARCE con la única meta de ganar popularidad y votos para ser presidenta de Colombin. Pero las FARCE la secuestran en serio y la mantienen en cautiverio durante seis años. El comic teje al mismo tiempo la historia política de Francia en esos tiempos en que la liberación de Ingrid Betancourt se tornó disputa política entre Nicolas Sarkozy y su rival, el ex primer ministro Dominique de Villepin, que se llama Dominique Grillepin en la historieta.
La historieta de 46 páginas y el relato de Ingrid Betancourt estarán al mismo tiempo en las librerías. Tal vez Ingrid recupere con su narración intensa y descarnada parte de la credibilidad que dejó en el camino con su gusto por las cámaras, sus declaraciones inciertas, su posición política ambivalente, su exhibicionismo de trajes de Chanel y algunos bochornosos incidentes que contrastan con su imagen como aquella protesta de tono subido y vengativa formulada por su fundación cuando no recibió el Premio Nobel de la Paz.
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