Apuntes de política provincial
Cotillón y posiciones de fuerza
Teresa Pandolfo
tpandolfo@ellitoral.com
Felipe Solá, que aspira a la presidencia de la Nación, bajó a Rosario y a Chabás, -y dos días antes había vuelto a la ciudad del sur Eduardo Duhalde.
Hermes Binner viajó a Salta por el Precoloquio de Idea y dentro del espacio de centro-izquierda también le entusiasma integrar una fórmula presidencial compartida con un radical.
Julio Cobos se reunió con Mario Barletta y le dio su apoyo para la candidatura a gobernador de la provincia por el Frente Progresista Cívico y Social. Pino Solanas vino a Santa Fe y también habló de alianzas con el socialismo.
La actividad política no terminó esta semana allí: Ricardo Spinozzi concretó su lanzamiento ante dirigentes del departamento La Capital y Agustín Rossi tampoco deja de recorrer el territorio. Su cercanía al matrimonio presidencial le posibilita participar en gestiones que significan financiamiento para obras y proyectos. Se muestra imparable con una agenda de visitas planificada con tiempo y la presencia de figuras del gabinete nacional.
El cuadro de situación no ha cambiado de un mes a esta parte. El kirchnerismo se mueve por el poder como una topadora. El martes pasado, Ricardo Luján organizó un acto en el Puerto de Santa Fe con la presencia del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, y los gobernadores Binner, Jorge Capitanich (Chaco) y Sergio Urribarri (Entre Ríos). Una videoconferencia con la Casa Rosada permitió seguir la firma de una parte del contrato renegociado con Hidrovías SA, que se había anunciado en enero.
Se trata de la profundización desde el Puerto de Santa Fe hasta Confluencia, con un presupuesto de 112 millones de pesos. Quedó pendiente de firmar la parte contractual vinculada con los trabajos de profundización de la red troncal del río Paraná, que comprenden desde nuestra estación fluvial y Puerto San Martín (25/28 pies) y de éste al océano (34/36 pies).
Esta dinámica kirchnerista adelantó los tiempos de un proceso electoral que debería darse recién el año próximo.
La diferencia de recursos con que cuenta la oposición, sea o no justicialista, resulta abismal y es un dato a computar. Pero también debe evaluarse cómo se está moviendo “el núcleo duro” que responde a la Casa Rosada: baja un mensaje unificado que se defiende en todos los frentes
En el plano de las definiciones falta un mundo. Dentro del territorio santafesino, las figuras con aspiraciones -Omar Perotti, Ricardo Spinozzi, Jorge Obeid e incluso Juan Carlos Mercier- saben lo que cuesta económicamente instalar un candidato; les sería más fácil conseguir posicionarlo con un guiño de Carlos Reutemann.
El kirchnerismo en la provincia también mira ese punto de reojo, sabe que una cosa es con el senador jugando para la Presidencia de la Nación y otra si no lo hace. El ex gobernador mantiene su silencio y ante íntimos ha dicho que “no es candidato”, pero todo el arco peronista duda.
En tanto, dentro del Acuerdo Cívico, las autoridades del socialismo y de la Unión Cívica Radical se reunieron en Buenos Aires para analizar cuáles son sus puntos de coincidencias. La UCR sostiene que tiene dos presidenciables: Julio Cobos y Ricardo Alfonsín. A los dos le gustaría compartir un binomio con Hermes Binner pero todos pujan por el primer lugar de la fórmula, que apoyaría el GEN pero no Elisa Carrió y sus seguidores, que se fueron del Acuerdo Cívico.
Binner sostiene que dentro del espacio debe estar Proyecto Sur, de Pino Solanas; el radicalismo opina lo contrario y la reunión de esta semana no produjo otras definiciones en este sentido.
En lo que se refiere a la provincia, todos reconocen que la candidatura definitiva surgirá de las elecciones primarias y obligatorias en Santa Fe. El radicalismo está muy decidido a apoyar a Mario Barletta y el PS quiere mantener el primer lugar en una fórmula.
A nivel nacional, en el Peronismo Federal, cuadro figuras se consideran presidenciables: Mario Das Neves, Rodríguez Saá, Felipe Solá y Eduardo Duhalde. Buscan movilizar y encontrar espacios de penetración con un mensaje asociado a la producción y a una mejor distribución del ingreso.
Sin embargo, las dificultades entre ellos son manifiestas y las mayorías legislativas resultan excesivamente ajustadas como para producir hechos concretos; tampoco han logrado transmitir un mensaje unificado. El mismo problema aparece con la oposición no justicialista: falta la masa crítica que posibilite un cambio de escenario.
Todos recorren y opinan; todos se presentan en sociedad pero muy poco ha cambiado en el horizonte. Ver las cosas de otra manera sería equivocarse, tanto como lo hace el kirchnerismo cuando dice que todo está bien
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