El futuro inasible
Se repite el mito de que la distancia entre dos candidatos determina el futuro, olvidando que Néstor Kirchner fue uno de los presidentes argentinos más poderosos de la historia aunque llegó segundo con el 22% de los votos, frente al 24% de Carlos Menem. Los que dicen que las próximas elecciones dependen de la distancia que obtenga Massa sobre Insurralde, no toman en cuenta de que hay otros candidatos y de que nadie pierde o gana las elecciones porque un candidato amigo saca cinco puntos más o cinco puntos menos en una elección anterior. Desde las elecciones de Menem y Kirchner se instaló que cuando alguien gana las elecciones en su provincia puede ser presidente de la nación. Afirman que Capitanich en Chaco, Urribarri en Entre Ríos, Cobos en Mendoza o Binner en Santa Fe quedan instalados con el resultado de hoy. La historia nos dice que el apoyo masivo en una provincia no es suficiente. Das Neves obtuvo en su provincia el 56% en las elecciones legislativas, aportó poco como candidato a la vicepresidencia al 6% que obtuvo su fórmula. En San Luis los hermanos Rodriguez Saa hicieron un trabajo excepcional aplaudido por los puntanos, que no fue insuficiente para que Alberto gane la presidencia de la nación. Los resultados de esta noche desmienten a quienes creyeron que el PRO en Buenos Aires y Gioja en San Juan serían derrotados porque no celebraron unas PASO competitivas. Gioja tiene un triunfo contundente en San Juan. En la ciudad de Buenos Aires el PRO consigue la votación más alta de su historia en elecciones legislativas bordeando el 40%, casi diez puntos más que en el 2009. La UNEN protagonista de las PASO, logra ajustadamente la elección de Pino Solanas con un 25%, cuando hace cuatro años la suma de los partidos que la integran fue 45.79%. Daniel Filmus logró algo difícil cuando perdió la banca en el Senado del FPV en la capital. Georg Cantor descubrió los números transifinitos, Filmus en la campaña descubrió los porcentajes tras centesimales, dijo que es bueno que haya más jóvenes sin trabajo que no pueden estudiar. Él y Cabendié hicieron campaña sucia en contra de sí mismos y ni siquiera la importante recuperación de la imagen de la presidente logró que mantenga su silla.
En las democracias desarrolladas del mundo desaparecieron los partidos caudillistas, no existen el lulismo, el obamismo o el peñanietismo. Tampoco existe la idea de que un partido debe permanecer en el poder para siempre, cambiando de ideología pero las personas que siguen gobernando con el mismo membrete. En Argentina gobernó la derecha con el menemismo, el centro con el duhaldismo, la izquierda con el kirchnerismo, pero fueron los mismos personajes, que además cuando cambiaron de grupo atacan al gobierno al que sirvieron.
En cualquier otro país sería insólito que parte del gabinete de un gobierno se convierta en la principal fuerza opositora. Acá nos parece normal. Llama la atención que el marketing mezclado a ideas anacrónicas de algunos radicales les haya impedido obtener un triunfo en la Provincia. A pesar de todo el puntero es imprescindible.
Cristina conserva una fuerza importante, Scioli es un buen candidato y juntos pueden dar una sorpresa representando a muchos argentinos que quieren que siga el “modelo”. El proyecto de Massa se definirá cuando escoja si tiene el apoyo de carta abierta, carta semiabierta o carta cerrada.
En el panradicalismo hay mucha gente valiosa que puede modernizarse. La suerte de Macri depende de que logre consolidar una propuesta radical alternativa de una política que la mayoría rechaza.
(*) Profesor de la George Washington
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