MEDIOS Y COMUNICACION
Cuando El Chocón reemplazó a los marcianos
Ricardo Haye relata una experiencia académica
realizada por estudiantes de Comunicación en la emisora universitaria Antena
Libre, en Gral. Roca, y utiliza el ejemplo para sacar conclusiones sobre el rol
de la comunicación en situaciones de riesgo.
Por Ricardo
Haye *
Desde Gral. Roca, Río
Negro
En la noche del 30 de octubre de 1938, una
transmisión radiofónica sumió en el pánico a los Estados Unidos. Dirigiendo la
puesta en el aire estaba el joven realizador Orson Welles, que había adaptado
con un claro estilo periodístico la novela de H. G. Wells La guerra de los
mundos.
A 75 años de un episodio sobre el que
habrían de correr ríos de tinta, una experiencia académica de estudiantes de
Comunicación Social en la ciudad rionegrina de General Roca, transmitida por la
emisora universitaria Antena Libre FM, volvió a generar conmoción.
Una de las grandes diferencias es que en
este caso la situación detonante no era una improbable invasión marciana, sino
una circunstancia mucho más terrenal, posible y cercana: la trama contaba que
un sismo ocurrido en Chile había agrietado la represa de El Chocón y que en
cuestión de horas todos los poblados ubicados aguas abajo de esa construcción
quedarían inundados.
La otra distinción es que actualmente las
redes sociales pueden viralizar una noticia (aun si es falsa) con mayor
velocidad, llegando incluso a donde la señal radiofónica no es recibida.
Los primeros datos señalan que tanto
Bomberos como Defensa Civil recibieron numerosos llamados solicitando
información y, también, trasuntando miedo.
Como en el caso original, la emisión fue
precedida del aviso de que lo que ocurriría a continuación era una construcción
ficcional y otro tanto se anunció, enfáticamente, al final de la
representación.
Las advertencias no alcanzaron, sin
embargo, pues ya se sabe que en radio uno no percibe de inmediato toda la obra
(como ocurre, por ejemplo, con una pintura o una fotografía), sino que debe
invertir tiempo en su recepción. Y –también se sabe–, el tiempo es veleidoso y
nuestra atención inconstante. Basta con que alguien se integre al circuito de
transmisión dos minutos después del comienzo para que se pierda la información
tranquilizadora e ingrese al terreno del espanto.
La experiencia vivida deja lugar a varias
reflexiones y algunos aprendizajes.
En primer lugar, hay que destacar que la
profusión de detalles precisos que se enunciaron revistió a la transmisión de
una consistencia y una verosimilitud como la que, desde Aristóteles, se les
exige a las obras de ficción.
Asimismo, hay que ponderar el altísimo impacto
que, aún hoy, es capaz de provocar la radio, a la que con cierto desdén se
acostumbra a considerar la Cenicienta del ecosistema mediático.
Por otra parte, la situación sirvió para
poner de manifiesto el alto grado de desconocimiento de la población en general
ante situaciones de riesgo como la que se hipotetizaba. Muchos de los
ciudadanos conmocionados por la escucha reconocieron que no sabían hacia dónde
tendrían que dirigirse en un caso de esta naturaleza y qué recaudos debían
tomar.
Los organismos de defensa ciudadana
aseguran que la experiencia les sirvió para comprobar que sus mecanismos de
comunicación internos y con Chile se encuentran aceitados.
Por último, pero sin ser lo menos
importante, el acontecimiento precipitó un debate intenso entre los propios
estudiantes acerca del compromiso ético, estético y deontológico entre los
profesionales de la Comunicación Social y su trabajo. Lo que sigue es parte del
“diálogo” entablado en las redes:
“Hoy una noticia se ramifica en cuestión
de segundos. No tienen idea del caos que pudieron ocasionar”/“Estoy de acuerdo
con que esto sea polémico, pero la información es comprobable en más de 10
medios en menos de un minuto. Por esa razón me parece que no se juega con
nadie, ni se da ‘información falsa’”/ “No estamos en 1938, en cuestión de
segundos chequeás la noticia, y sabés dónde estás parado”/“(Existen) por lo
menos 20 o 30 recursos para chequear la noticia y transmitir tranquilidad”/“¿Y
vos te creés que todo el mundo tiene acceso a esos recursos?”/“Está buenísimo
lo que pasó para pensar sobre el poder que tenemos como comunicadores y también
para cuestionarnos como audiencia por qué nos creemos todo lo que escuchamos
sin ponerlo en contexto”/“Es una buena ocasión para debatir el poder que tienen
los medios y el rol que adopta la audiencia ante una audición”/“Nosotros
hicimos ficción sobre algo de lo cual sólo corren rumores, pero si realmente
pasara, no hay información preventiva dando vuelta. Lo que recreamos fue un
presunto estado de conmoción para crear conciencia y poner sobre la mesa de
trabajo ciertos temas que nos incumben en la región”/“Debo confesar que, por
colgada, me la creí... ya estaba a punto de buscar más info en otros medios
online, cuando dijeron muy seriamente que era solo una simulación”/“Lamento que
nos hayan creído, pero que lo hayan hecho demuestra que nos salió bien. Gracias
y disculpen”.
El episodio se dio por concluido con una
visita a las aulas del director municipal de Defensa Civil, quien conversó
amablemente con los estudiantes que protagonizaron la transmisión. Las
explicaciones fueron convincentes y entre los resultados positivos de la
experiencia cabe anotar la puesta en contacto que se ha dado entre las partes,
a fin de aunar esfuerzos en pos de una mejor comunicación para afrontar
posibles situaciones de emergencia.
* Docente e investigador
de la Universidad Nacional del Comahue.
MEDIOS Y COMUNICACION
De cara al Riachuelo
A partir de una serie de talleres realizados con
medios comunitarios, Antolín Magallanes y Lorena Suárez proponen el debate
acerca de nuevas formas de informar.
Por Antolín
Magallanes * y Lorena Suárez **
El Riachuelo fue
recientemente objeto de estudio, discusión y propuestas por parte de más de
cien participantes en las tres ediciones con las que contó el seminario-taller
“De cara al Riachuelo”, que organizaron Acumar, Afsca y Farco, con la intención
de generar nuevas miradas desde la comunicación comunitaria de un tema que
preocupa a los organizadores: la falta de espacios donde difundir las obras de
recuperación de la cuenca, la deformación en la información que transmiten los
medios monopólicos, la falta de creatividad en comunicar los avances en el plan
de saneamiento.
La historia del Riachuelo y su contaminación,
los avances en el Plan Integral de Saneamiento Ambiental y los aportes de los
medios comunitarios en el marco de la nueva Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual fueron los temas abordados y discutidos desde la óptica más teórica
que tuvieron los encuentros.
Desde una modalidad de taller, y para
pensar nuevas miradas y formas de informar, la periodista Gabriela Vizental,
columnista de medio ambiente del programa radial La mañana que conduce Víctor
Hugo Morales por Radio Continental, brindó herramientas prácticas para abordar
las noticias del Riachuelo desde la óptica del periodismo ambiental: buscar
fuentes de información nuevas, comunicar sin caer en la denuncia y generar
nuevas formas de participación para revalorizar la cuenca como una oportunidad.
Y en la última jornada, Farco propuso
reflexionar sobre el rol de los medios comunitarios y el posterior armado en
grupos para trabajar cuestiones vinculadas con nuevas formas de titular,
abordar los temas sociales como la salud y las relocalizaciones con la
participación de los involucrados y dar visibilidad a la biodiversidad que
empieza a aparecer.
En las conclusiones, y para seguir
trabajando, surgió fuertemente la necesidad de incorporar la voz del vecino de
manera directa, sin mediaciones: los relatos positivos, las anécdotas de los
tiempos en que el Riachuelo se utilizaba para pescar, para nadar, para remar, y
las propuestas de nuevos usos posibles. Del mismo modo se hizo hincapié en la
necesidad de disminuir la denuncia. Y se reflexionó al respecto. Si bien la
denuncia ha logrado varias cosas positivas en torno del Riachuelo –entre ellas,
que la Corte Suprema de la Nación dictara la histórica sentencia, conocida como
“Causa Mendoza”–, fueron varios los que coincidieron en que estamos ante un
nuevo momento en la historia del Riachuelo, una etapa en la que lo propositivo
podría empezar a tener también un lugar desde las organizaciones sociales. Y la
conclusión se tornó en desafío.
La necesidad de apropiarse del Riachuelo,
las ganas de participar, las propuestas, los cambios que empiezan a asomarse, y
entonces la esperanza, el “se puede”, fueron parte de estos encuentros que
tuvieron como protagonistas a los medios locales, barriales, comunitarios, que
tienen ahora el desafío de generar nuevas miradas sobre un cauce de agua que
empieza a revivir y con él su identidad.
El seminario-taller, que se realizó en
línea con la necesidad de los organizadores de generar mayor participación y
ampliar miradas e imaginarios positivos, planteó la esperanza no sólo de poder
contar con aliados estratégicos locales, sino también, y sobre todo, con las
ganas de no volver a leer nunca más el titular trillado, fácil, manoseado, de
que “Algo huele mal en el Riachuelo”, y empezar a mirarlo de frente, de cara al
Riachuelo.
* Lic. en Trabajo Social (UBA).
Vicepresidente ejecutivo de Acumar.
** Lic. en Ciencias de
la Comunicación (UBA). Responsable de la estrategia comunicacional de Acumar.
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