La Casa Rosada le ordenó a Rossi que compita por afuera del PJ
Por Rodolfo Montes / La Capital
Lentamente, el jeroglífico de la interna peronista en Santa Fe se empieza a dilucidar. Adentro, afuera, PJ, FPV, unidos, separados, todo parecía posible. Sin embargo, y a 24 días de la fecha límite para las presentaciones de listas —22 de febrero—, la Casa Rosada bajó en las últimas horas una decisión que trajo alivio y tranquilidad al candidato oficialista y jefe de bloque en Diputados: “Agustín (Rossi) anotate en la carrera como Frente para la Victoria y al congreso del 5 de febrero (del PJ de Santa Fe, convocado en la ciudad capital) no vayas porque nos tienden una trampa. El PJ de Santa Fe está controlado por el reutemismo, no tenemos nada que acordar ahí”, fueron las palabras que partieron del despacho presidencial y llegaron a oídos del propio Rossi.
La línea discursiva y de trabajo que venía desarrollando el candidato oficialista ya iba en ese sentido: “Si no hay pronunciamiento a favor de la candidatura de Cristina Fernández no tiene sentido participar en una interna”, había repetido muchas veces el candidato que se lanzó el 8 de diciembre pasado en Rosario, en un acto de enorme envergadura donde concurrieron unas 15 mil personas.
La buena nueva para el Chivo es que su idea ha sido explícitamente refrendada por la jefa máxima del kirchnerismo: al igual que en 2009, la boleta PJ tampoco será utilizada por el kirchnerismo, que volverá a presentarse como Frente para la Victoria. Resta saber si el peronismo reutemista de la provincia de Santa Fe, o Peronismo Federal, que continúa ejerciendo el control de la institución PJ, hará o no uso de la sigla para la elección de gobernador (compitiendo contra el candidato kirchnerista y los postulantes del Frente Progresista).
La instrucción desde la Casa Rosada acrecienta las posibilidades de que finalmente el peronismo —pro K y anti K— tenga más de una oferta para la elección de gobernador el próximo 24 de julio. Sin embargo, recién se sabrá el 21 de febrero qué actitud tomará el resto de la constelación de candidatos peronistas que vienen amagando una postulación, aún no explícitada: Ricardo Spinozzi, Omar Perotti, Rafael Bielsa y Jorge Obeid, entre otros.
“Nosotros no estamos para andar mendigando el apoyo a la candidatura de Cristina. El congreso del sábado 5 de febrero no será válido porque van a evitar pronunciarse en ese sentido y porque buscarán decir algo ambiguo —sin atacar frontalmente a la presidenta— por pura conveniencia electoral. No la atacan ahora por una cuestión táctica, pero el objetivo de ellos es debilitar, desviar o directamente vaciar y desbaratar el proceso político que se inició en 2003”, explicó ayer el diputado Rossi desde el tercer piso de un Palacio de Congreso semivacío y en obras de refacción.
De todos modos, el gesto de Cristina para que Rossi no se mezcle en una interna con el reutemismo, no debería leerse, al menos por ahora, que el Chivo fue elegido como el candidato excluyente de la presidenta. Falta saber qué caminos y qué eventuales guiños reciben desde Balcarce 50, otros precandidatos, que, con distintas intensidades, podrían incluirse dentro del universo K, como Rafael Bielsa u Omar Perotti..
La bolilla negra. Fuentes muy sensibles para analizar los movimientos de la Rosada, por otra parte, confirmaron a La Capital que el estilo cristinista para intervenir en los armados provinciales, por ahora se define con las bolillas negras, y no por el amor que le tenga a tal o cual candidato, y decida promoverlo.
Y como ya es un secreto a voces, el dirigente santafesino que Cristina no quisiera ver de nuevo en la Casa Gris es Obeid. Justamente, un peronista reutemista, que mantenía aspiraciones a un tercer mandato. Habrá que ver qué juego puede intentar el ex gobernador con Carlos Reutemann fuera de la escena y distanciado de lo que fue el Peronismo Federal y con la Casa Rosada vedada para él. ¿Jaque mate para las aspiraciones de Obeid?
Mientras tanto, Rossi estudia planes de campaña que le ofrecen de distintas agencias de Buenos Aires. Sin adelantar detalles, ayer había satisfacción en el equipo más estrecho de colaboradores: “Por primera vez vamos a tener un plan de campaña, algo organizado. Igual sabemos que una buena campaña ayuda un poco, pero por sí sola, la campaña no gana la elección. La gana el candidato”, dicen, y se permiten soñar.
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