lunes, 28 de octubre de 2013

el odio de leuco y nelson castro

Voto castigo diferente al de 2009  

Esta vez es distinto

Las urnas dieron una lección al kirchnerismo. Y todos los liderazgos emergentes tienen una matriz dialoguista.

                                                           

Esta vez la responsabilidad de Cristina como mariscal de la derrota es mas grave porque apareció un quiebre cultural y el tan negado fin de ciclo. Ayer la inmensa mayoría del pueblo argentino confirmó el fracaso de su estilo de conducción maltratador hacia adentro y hacia afuera de su tropa y de un nivel inédito de concentración del poder.
La ausencia de la Presidenta dejó a sus ministros girando en falso, sin saber hacia dónde ir, tomando medidas contradictorias, con extraños niveles de autonomía y con una actitud menos agresiva. Parecían más herederos de Fernando de la Rúa que de Cristina. Son los costos que hay que pagar cuando no se deja que florezca ninguna flor y cuando se elige la fidelidad y el verticalismo a la capacidad y la eficiencia. Suele decir Alberto Fernández (la tercera pata de la mesa del poder matrimonial durante años) que la Presidenta castiga a aquellos que tienen la osadía de expresar alguna disidencia por mas suave que sea. Son condenados a la Siberia y a una catarata descalificadora y permanente del oligopolio mediático que edificaron con nuestros dineros.
Su política de fabricar enemigos a toda hora como una manera de construir poder también se vino a pique, pese a que encontró justificación ideológica en los libros neopopulistas de Ernesto Laclau. En realidad su autoritarismo no viene de los libros. No es una actitud racional y militante. Tiene tres vertientes menos heroicas. La generacional, que en los 70 le ponía apellido a la democracia (burguesa, partidocrática, etc) pero que no creía en sus valores profundos, la territorial que los transformó en señores feudales y patrones de una estancia propia llamada Santa Cruz, y la personal surgida del carácter tanto de Néstor como de Cristina, incapaces de cosechar amigos o lealtades mas allá de la subordinación de la política. Siempre eligieron ser temidos a ser queridos. Eso fracasa porque todos los nuevos liderazgos que surgieron en las urnas son la contracara del estilo de Cristina. Tanto Massa, Macri, Binner, Cobos, Scioli si califica y hasta Capitanich tienen una matriz mas dialoguista, sin afiliarse a la lógica perversa que solo divide el mundo entre amigos y enemigos.
La composición social del voto es también un daño terrible al relato presuntamente progre nacional y popular. Massa en la provincia ganó en lugares del Conurbano donde solo es posible hacerlo con un gran respaldo de, por lo menos, un sector popular entre los habitantes más necesitados. Massa no es un fenómeno de derecha clase mediera y cacerolera. Es el capo de una nueva generación de peronistas que aprovechan el poder que nace de esa democracia de proximidad llamada intendencia. Y Néstor tampoco es Perón. A tres años de su fallecimiento no se registra su foto en las casas de los mas pobres como ocurrió con el general y con Evita.
Cristina fue votada por fragmentos de trabajadores y excluídos y por eso llegó al 54% de los sufragios en el 2011, pero no se instaló eternamente en el corazón de los humildes. Néstor y Cristina son una referencia para militantes neofrepasistas y peronistas impresentables que necesitaban una locomotora que los empujara. Es difícil que el kirchnerismo supere el desafío y no se diluya en la
historia como le pasó al menemismo y el duhaldismo. No hubo posibilidades de organizar un acto por Néstor realmente masivo y la celebración del 17 de octubre fue módica en presencia y sin llegar al mínimo acuerdo de un orador que los representara.
No solo hay fin de ciclo. También hay un nuevo proyecto de liderazgo que en 120 días sacó más de 4 millones de votos en la provincia y se convirtió en el candidato mas apoyado en las urnas. La autoestimulación que generó el Frente para la Victoria con un Amado Boudou exaltado de mentirita resultó patética. Una mueca propia de entierro de carnaval. Es cierto que en el 2009 también se anunció erróneamente que terminaba la etapa K del peronismo. Pero esta vez es distinto. Porque no hay posibilidades de que Cristina sea candidata y no existe nadie medianamente confiable para el núcleo duro que los represente en la competencia electoral. Hoy el kirchnerismo pinta mas para un partido de cuadros que de masas. Para un círculo cerrado que ahorrará años pero que difícilmente vuelva al poder después de 2015. Han sembrado mucho odio y división.

Mensaje claro

Las urnas dieron su veredicto y la sociedad reclama así la búsqueda de consensos.


  •                

El final del ciclo K ha comenzado. Ese es la consecuencia irrebatible del resultado de las elecciones legislativas del día de ayer. El contundente triunfo de Sergio Massa le puso un candado definitivo al proyecto de re-reelección que hasta ayer aún anidaba en algunas mentes del kirchnerismo. El drenaje fenomenal devotos que sufrió el gobierno – en porcentaje de votos más del 20%- demuestran la irrealidad del “relato” del oficialismo. Massa ganó e hizo una gran elección en bastiones del peronismo.

Eso ha permitido terminar con el mito de que la oposición se nutre de la siempre tan vapuleada clase media. Hay mucha gente pobre aún hoy en la más resonantes fueron los de la inseguridad y el aumento del mínimo no imponible- tuvieron aire de parches. El hastío con un estilo de ejercicio del poder basado en la confrontación permanente hizo eclosión con los cacerolazos y se transmitió a las urnas. La enfermedad de la Presidenta le permitió mejorar su imagen, mejora que no se trasladó a Martín Insaurralde. Insaurralde es una elección personal de la Dra. Fernández de Kirchner. Por lo tanto, la derrota del intendente de Lomas de Zamora es también de ella.

Daniel Scioli es otro de los derrotados de ayer. Se cargó la campaña sobre sus espaldas. Su ilusión era la de no perder por más 8 puntos. Fueron 12, y eso lo golpeó. Habrá que ser como sigue ahora la relación Argentina y muchos de ellos están cansados de vivir de planes sociales que deben mendigar y por cuya mantención son sometidos a los abusos a que da origen el clientelismo político. El caudal de votos obtenidos por Massa, le da una proyección nacional indiscutible. Fue el candidato que obtuvo la mayor cantidad de votos no sólo en la provincia de Buenos aires sino también en el país.

La notable voltereta que dio el Gobierno en asuntos que se consideraban dogmáticos –los con los sectores más duros del kirchnerismo que nunca lo quisieron. Varios intendentes supuestamente kirchneristas, conscientes del imparable del triunfo de Massa, hicieron un doble juego que les permitió salvar la ropa. A partir de ahora, el libro de pases se va a mover.

La victoria de Fernando “Pino” Solanas, dejó al Frente para la Victoria sin senador por la Capital Federal. Es un  golpe duro para Daniel Filmus y para el Gobierno. Surgen en ese espacio figuras llamadas a tener relevancia en las elecciones presidenciales de 2015. ¿Tendrán la capacidad de permanecer unidos en pos de un proyecto común?

La elección de ayer ha consagrado cuatro presidenciables: Sergio Massa, Mauricio  Macri, Julio Cobos y Hermes Binner. Scioli deberá luchar  para rehacerse de esto y buscar estar en ese grupo. Con todo, lo más importante de ayer es el mensaje claro de las urnas a la dirigencia política instándola a trabajar en la búsqueda de consensos por parte de una mayoría de la sociedad harta de la confrontación a la que el kirchnerismo la viene sometiendo desde hacer diez años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario