miércoles, 2 de octubre de 2013

La investigación que apunta a Lázaro Báez: Suiza y el dinero K

La investigación que apunta a Lázaro Báez: Suiza y el dinero K

Una investigación minuciosa que expone cómo, dónde y quién oculta el dinero ilegal sacado de la Argentina. Nexos con Seychelles, cuentas fantasmas y enigmáticos testaferros.

  • Por Juan Gasparini | 02/10/2013 | 12:07
                                            

Néstor Marcelo Ramos: el “enigmático testaferro” de Lázaro Báez. Así lo bautizó el fiscal José María Campagnoli en el primero de sus dictámenes para una de las dos causas  judiciales existentes en la Argentina vinculadas a la presunta fuga a Ginebra de 50 millones de euros no declarados por Lázaro Báez en el año 2011. Campagnoli es, desde agosto de 2012, el titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos con Autor Desconocido (Ufidad) y trabajó en la instrucción del sumario en cuestión por la presunta extorsión para desalojar al dueño de la financiera SGI de Buenos Aires, Federico Elaskar, arrebatar la empresa, mediadores en esa gran evasión, y poner a cambio a la sociedad anónima suiza Helvetic Services Group (HSG), que estaría bajo influencia del nombrado Báez.
El Diccionario de la Real Academia Española define “testaferro” como “el que presta su nombre en un contrato, pretensión o negocio que en realidad es de otra persona”. Parafraseando al fiscal Campagnoli, en “Helvetic Services Group SA o, lo que es lo mismo, Lázaro Báez y sus socios”, aparece “como ejecutor” Néstor Marcelo Ramos, “ubicuo” personaje, “gestor” en esa compañía “de los negocios que Lázaro Báez y sus socios trasladaron desde antaño al extranjero”. Ramos replicó en el diario suizo 20 minuti: “No conozco al señor Báez, nunca lo he encontrado”.

Los fiduciarios del Ticino. Helvetic Services Group se constituyó como sociedad anónima en el 6 de la Via Cantonale, en Lugano –cabecera del cantón del Ticino, Suiza– el 14 de noviembre de 2005. Proclamó un capital de 100 mil francos suizos (80 mil euros), con acciones al portador que facultan a quien las posea mantenerse oculto. Esa imagen discreta supone servicios financieros de consultoría y administración de baja intensidad, un modelo que resulta exiguo para cinco empleados permanentes, quienes gobernarían 60 millones de dólares en más de dieciséis países, precisiones plasmadas en un informe reservado ante la Inspección General de Justicia (IGJ). En el registro oficial surgía, como presidente de HSG en el momento de los hechos y hasta su renuncia el 28 de agosto de 2013, Claudio Giovanni Fontana, suerte de comisionista a disposición de la eventual clientela, quien por cuerda separada tiene su propia agencia fiduciaria, consultora y auditoría, también en el 6 de la Via Cantonale de Lugano, amén de oficinas en Bellizona, en el Ticino, y en San Vittore, cantón de los Grisones. Por información abierta en internet se anuncia que Fontana participa en dieciocho consejos de administración de empresas instaladas en Suiza, donde resalta que fundó siete, liquidó dos y no estuvo incriminado en ninguna quiebra. El registro indica, además, que a Claudio Giovanni Fontana (49 años) lo supo acompañar inicial y temporariamente en el directorio de HSG su esposa, Carmen Fontana (Maggi, de soltera). El matrimonio se domicilia en la comuna de Monte Carasso, en el Ticino. En HSG el marido fue permanentemente secundado por el italiano Néstor Marcelo Ramos, mención que omite su nacionalidad de origen argentina. Los dos hombres han mantenido nexos dentro de tres sociedades inglesas y tienen funciones de directores en Kefren Inc. de Florida, Estados Unidos. Allí dan como localización en Buenos Aires una dirección de la Ciudad Autónoma, Ugarteche 3296, sexto piso “A”, donde tiene su estudio la abogada María Mónica Noval, de apellido materno Fonseca.

La incógnita de Seychelles. El desembarco de Helvetic Services Group en la Argentina dio la impresión de querer pasar desapercibido. Apareció en dos ediciones del Boletín Oficial de la Nación, entre fines del 2007 e inicios del 2008, como “controlante” del ciento por ciento de las acciones de Eyden Group LLC, inscripta en 2006 por el mismo abogado que inscribió a HSG, el doctor Horacio Francisco de Bonis. Eyden fue advertida por la Inspección General de Justicia (IGJ) en 2011 para poner al día sus antecedentes, actualización que no se proveyó, anticipo de su revocación en julio de 2013. Originaria del paraíso fiscal estadounidense de Nevada, Eyden fue registrada en 2006 en su principal ciudad, Las Vegas, por MF Corporate Service (rama estadounidense del estudio jurídico Mossack & Fonseca, de Panamá, líder planetario en la confección de sociedades de cobertura). Hoy ya no aparece entre las 1.029 sociedades bajo su égida. Intrincado destino se le reservó a su administrador en la Argentina, Aldyne Ltd., con base en el Estado de las islas Seychelles. El gobierno del archipiélago respondió por correo electrónico que actualmente la desconoce, pero el gabinete privado de rastreo de sociedades First Report Limited de Londres sostiene que continúa activa. Tal vez para salir del paso disimuladamente de estas investigaciones HSG admitió una inversión en la Argentina “a través de una LLC que tiene por agente residente a Mossack & Fonseca en Nevada” (las híbridas Limited Liability Companies pueden funcionar como corporaciones mercantiles o sociedades civiles). Pero HSG descartó mediante un comunicado publicado en su página web revalidar a Eyden u otra. Negó estar envuelta con Aldyne –fundada el 1º de octubre de 2004 por la filial Seychelles de Mossack & Fonseca–, cohabitando la sociedad y el buró jurídico que la aparejó en el mismo domicilio de Victoria, la capital de Seychelles, ex colonia británica del océano Indico. El citado agente residente en Nevada, Mossack & Fonseca (con filiales en Ginebra, Zoug, Seychelles y Uruguay, entre otros), se ocupó paralelamente de organizar unas 150 sociedades de perfil similar. A todas les colocó Aldyne de apoderado en Seychelles. El enlace funcionó desde el 30 de julio de 2002 hasta el 15 de octubre de 2010, poco antes del fallecimiento del ex mandatario Néstor Kirchner. Esos casi diez años coinciden con el período de apogeo de Lázaro Báez como beneficiario de contratos de obras públicas y explotaciones petroleras, indudablemente por el viento de cola que debieron soplar desde el seno del matrimonio presidencial, para permitirle arrogarse públicamente haber facturado durante esos años unos 1.200 millones de dólares. En alguna de las 115 islas de Seychelles en el océano Indico, al noreste de Madagascar, hizo escala prácticamente de incógnito la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, entre el 21 y el 23 de enero de 2013, al concluir una gira por Cuba, Emiratos Arabes, Indonesia y Vietnam. No hubo justificación pertinente a la lectura del decreto publicado en el Boletín Oficial el 13 de marzo de 2013, casi dos meses después del furtivo pasaje. Una interpelación del legislador nacional Gerardo Milman despertó expectativas no obstante la indiferencia del Gobierno. El silencio oficial recién se rompió el 18 de agosto de 2013 cuando el periodista Jorge Lanata volvió a la carga en su programa televisivo Periodismo para todos. La secretaría de la Presidencia de la Nación replicó por un comunicado. Enmendó el Boletín Oficial diciendo que la parada en Seychelles no duró dos días. La rebajó a trece horas y media del martes 22 de enero de 2013 “por razones de seguridad y de aeronavegación para descanso de la tripulación”. Una semana antes de que la Presidenta aterrizara en Seychelles, Aldyne comenzó a desprenderse de algunas de las sociedades de la cuales era administradora. En el transcurso de su estadía, tres compañías británicas enredadas en la lejana constelación de firmas por maniobras de Ramos y su sobrino Javier Martín Vanella sufrieron el temblor sísmico de modificaciones y bajas de directorio. En cualquier caso, el complicado tinglado de sociedades impide escrutar ahora con exactitud el significado de las huellas dejadas en la Argentina cinco años atrás por Eyden y Aldyne. El papel de las sociedades instrumentales en las plazas financieras denominadas off-shore (extraterritoriales) –como Panamá, Belice, Nevada, las islas Seychelles, las islas del Canal de la Mancha, el Caribe, e incluso Suiza, Austria, Luxemburgo y el Reino Unido en condiciones parcialmente diferentes– es proporcionar a quienes se sirven de ellas una pantalla societaria de anonimato para el titular del paquete accionario, junto a la optimización y hasta la excepción del pago de impuestos por la operatividad bancaria que lleven a cabo fuera de esos territorios, aunque gestionen capitales desde dentro de los mismos. De aquellas 150 sociedades censadas unos párrafos antes en Nevada que fueran protegidas hasta hace unos pocos meses por la sombrilla de Aldyne en los palmerales de Seychelles, 109 han sido invalidadas.
Subsisten a la intemperie 38, entre las cuales 12 fueron recubiertas por un nuevo blindaje contra la curiosidad informativa. Mossack & Fonseca les ha concedido otros managers en la isla de Anguila y las islas Vírgenes (Inglaterra), Panamá, Estambul (Turquía), Lausana (Suiza) y Las Vegas (Estados Unidos). De esa limpieza de sociedades inutilizables por los hombres y mujeres a nombre de quienes estaban y escondidas en sitios tan inexpugnables como exóticos, sobresale que el paraje de reemplazo predilecto es Anguila, otra pequeña isla de poco más de cien kilómetros cuadrados, territorio británico de ultramar ubicado en el Caribe al norte de las Antillas Menores. En su playa de estacionamiento aparca Forbest LTD., el suplente de Aldyne. Es el garaje de otras treinta sociedades edificadas por Mossack & Fonseca para sus dinerados consumidores (...)

La resurrección de Néstor Kirchner. Florecen los interrogantes sobre las actividades económicas en Suiza de Ramos, jefe supremo en HSG. La silueta del “enigmático testaferro” de Lázaro Báez, como lo bautizara el fiscal Campagnoli, trasciende a otras siete sociedades, cinco en Lugano y dos en Zoug. Una de ellas, Swisser AG, que anteriormente se distinguió como tenedora del 5% de las acciones de Garbarino, dispone, por otra parte, de una participación de 1.500.000 dólares en Decavial, una sociedad anónima industrial, comercial, agropecuaria y constructora del grupo Báez. Ramos fue dado de baja de Swisser AG el 31 de mayo de 2013, y suplantado por Silvio Roberto Conchon, italiano. La sociedad cambió su sede social a Ginebra el 8 de agosto de 2013. Al margen de su domicilio en el 33ª de la Via Industria, en Caslano (Ticino), a Ramos se le conocen dos más en la provincia de Córdoba, Argentina, uno fiscal y otro que podría ser una vivienda. Sus impresiones digitales de argentino reaparecen en cuatro sociedades españolas. Con bandera italiana tiene dieciséis sociedades en el Reino Unido, seis en el mismo domicilio. En total hay cinco disueltas y once activas: en tres mancomunado a su sobrino, Javier Martín Vanella, representante legal de HSG en Argentina, y en otras tres al fiduciario de Lugano, Claudio Giovanni Fontana. En Dublín, Irlanda, se lo percibe en siete sociedades, todas activas y con similar domicilio, seis compartidas con Vanella. Consultando los archivos disponibles on line, el tándem es investido de la nacionalidad irlandesa, tercera nacionalidad para el dúo, en contravención con las legislaciones de la Argentina y de la Unión Europea, que sólo reconocen las dobles nacionalidades. Esos archivos europeos acarrean la novedad de que “Ostoic, Néstor Carlos Kirchner”, nacido el 25 de febrero de 1950, fue director hasta el año 2007 de BMSC Consultancy Limited, disuelta el 8 de octubre de 2010, 17 días antes de su fallecimiento. Establecida en Belfast, Irlanda del Norte, con secretariado en Dublín, es intrigante que la sociedad diera como domicilio en Buenos Aires “Edificio Laminar Plaza, Ingeniero Butty 240”. Es el conocido edificio Movicom, cuyos últimos cinco pisos pertenecieron hasta fines de 2009 a la poderosa sociedad inmobiliaria argentina IRSA, que aglutina a shoppings de Capital Federal y, entre otros inmuebles, al emblemático Hotel Llao Llao de Bariloche. Verificado en dos fuentes, BMSC Consultancy Limited no se halla en las declaraciones juradas de los bienes del extinto Néstor Kirchner.

El pasajero de Lugano. En un resumen de tránsitos durante 2013 chequeado en dos fuentes, brotan las huellas de Ramos desplazándose de Argentina a Uruguay por tierra en cuatro oportunidades, además dos cruces más a ese país, uno aéreo y otro marítimo. A estos viajes se suman otro a los Estados Unidos y dos a Italia, el segundo y último de estos el 7 de abril de 2013, desconociéndose si hubo un retorno a la Argentina. En algún rincón del planeta, el viernes 5 de julio, Ramos cumplió 50 años. Su viaje a los Estados Unidos podría empalmar con el espectro de las 150 sociedades de utilería en Nevada, aprontadas por Mossack & Fonseca en Las Vegas, de las que no sería ajena Helvetic Services Group. O con las dos sociedades fundadas en 1997 y 2006, que llevan la firma de un tal Leandro Báez, acaso un tocayo clonado del segundo hijo varón de Lázaro. Tal vez se trata realmente del Leandro Báez argentino, de atractivo para esta crónica, nacido el 7 de junio de 1990 quien tenía 7 años cuando se erigió la primera de esas dos sociedades y 16 años al aparecer la segunda. Esas sociedades hoy han expirado, pero mientras estaban activas, las dos fueron tributarias de una tercera, ésta sí aún operacional y de una lealtad sorprendentemente filial para con alguien de sugestivo apodo: Lazarus. La nominación se hace asombrosa al saberse que Lazarus fue el agente registrado en los Estados Unidos de Buenos Aires Law, una sociedad creada allí por el abogado Jorge Chueco, actualmente empleado de Helvetic Services Group en Argentina, y asiduo acompañante de Martín Báez a Suiza. Para gran estupefacción Lazarus es el agente registrado de una de las seis sociedades de Elaskar en Miami. Semejantes extrañezas recomiendan una clarificación de los Báez de Santa Cruz, ensartados en el ojo del huracán que sacude a la Argentina, puesto que los periodistas nos limitamos a informar al lector con todos los datos a nuestro alcance para que se forme su propia idea de los hechos.
Los enlaces de Ramos con la península itálica unirían un trayecto aéreo de entrada y salida con la limítrofe Suiza, porla vecindad de Italia con el Ticino, donde se encuentra la sede principal de HSG y su domicilio privado en ese cantón. Es un itinerario difícil de investigar si se quieren conocer los pormenores ya que es inexistente cualquier verificación aduanera desde la firma del acuerdo de Shengen sobre inmigración entre la Unión Europea y Suiza, que ha eliminado los controles en sus fronteras con Alemania, Austria, Francia e Italia. En ese contexto, Campagnoli destapa la “escala obligada” en Suiza de los Báez y varios de sus colaboradores hasta aquí enumerados (complementados por Julio Enrique Mendoza, Alejandro Ons Costa y Juan Ignacio Pisano Costa), en el marco del lavado de activos que podría deducirse de las actividades en dos bancos en Ginebra y una sociedad en Lugano. Quedaron plasmadas en tarjetas de crédito el alojamiento en el espectacular Hotel Richmond, las compras en la exquisita tienda Globus y la conocida boutique de cortaplumas Victorinox, además de una comida en el restaurante de moda Boulevard Du Vin y la asistencia nocturna al cabaret Velvet. Es un circuito para un garbeo por las inmediaciones de la sede de Ginebra del J. Safra-Sarasin, en el 70 de la Rue du Rhône, uno de los 130 bancos que pululan en la célebre “capital” para los países latinos y del tercer mundo de las finanzas suizas.
Flujo de dinero no declarado. Asemejando el estilo de una “asociación ilícita”, un grupo de argentinos supuestamente utilizó la más grande multinacional extranjera del diseño de sociedades instrumentales susceptibles de administrar dinero sucio, ocultando a sus propietarios. Ese grupo habría ampliado sus actividades a Suiza, donde sería el instigador de un dispositivo fiduciario, bajo sospecha de blanquear sobornos provenientes de la Argentina. Fuentes concordantes atribuyen el modelo al magnate de la construcción de obras públicas y explotaciones petroleras Lázaro Báez, empresario vinculado al poder político conyugal de Néstor y Cristina Kirchner. Este libro formula la hipótesis del flujo y reciclado de dinero no declarado, y restaura la presunta escenografía de la criminalidad económica. Revela los paraísos fiscales, compañías, bancos; y los viajes de testaferros y lacayos que decoran ciertos hechos. Y argumenta la tesis que desafió a los tribunales de Suiza y la Argentina para establecer toda la verdad.

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