domingo, 27 de julio de 2014

El "impuestazo" borró la demanda de autos de alta gama

Efecto impositivo

El "impuestazo" borró la demanda de autos de alta gama

La suba de precios acumuló un 140% interanual por el gravamen oficial y la devaluación, lo que causó un derrumbe en las ventas; la demanda va a vehículos económicos
Por   | LA NACION
Mes tras mes desde que comenzó el año, las ventas de automóviles bajan un escalón en relación con la dinámica que había marcado un nuevo récord el año pasado. Pero si el conjunto del mercado desciende por una escalera, el segmento de los automóviles de alta gama cae como por un tobogán.
La menor cantidad de compradores que conformó la demanda interna optó, sobre todo, por vehículos de gama baja y media, más económicos y con planes de financiamiento. Los coches más valiosos, provenientes, sobre todo, de países externos al Mercosur, quedaron prácticamente fuera de la oferta.
Las ventas de automóviles y SUV (vehículos deportivos utilitarios, como se conoce a las camionetas) acumularon en el primer semestre una baja del 25,6%, según la consultora Abeceb.com, sobre la base de datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara). Sin embargo, al posar la lupa sobre las categorías, surge una diferencia significativa. Los autos de gama baja sufrieron una merma del 19,7% entre enero y junio, con un total de 181.861 unidades contra 226.364 en igual período de 2013. En ese tiempo, los de alta gama cedieron 67,4%, al pasar de un periodo excepcional con 30.849 unidades vendidas a 10.066 este año. Gonzalo Dalmasso, economista de Abeceb.com, lo pinta aún peor. "La cifra está distorsionada por los patentamientos de enero -señala-. En los últimos meses, hubo caídas más fuertes, de entre 80 y 85%."
Lo sintetiza Rubén Beato, secretario general de Acara: "Los autos premium salieron del mercado por el impuesto", sentencia.
¿Qué pasó? Las dificultades que surgieron en el sector desde inicios de este año, en el que se registró una baja tanto a nivel interno como en las exportaciones hacia Brasil, se profundizaron debido a la implementación del impuesto a los vehículos de valores mayores a los $ 170.000, una medida orientada a reducir la demanda de divisas. El gravamen no sólo causó la virtual desaparición de algunas marcas emblemáticas de importados, ya complicadas por las restricciones a las compras al exterior, "sino que también afectó la rentabilidad y el flujo de caja de las automotrices que operan en el país, ya que tienen mayores márgenes en sus modelos de alta gama", explica Dalmasso.
 
En los últimos días, las trabas oficiales para impedir la salida de dólares alcanzaron incluso a los autos brasileños, alrededor de un 60% de la oferta masiva local. Renault comunicó a su red de concesionarios que suspendería las importaciones por falta de divisas. De no solucionarse lo que un hombre del sector describió como una traba del Banco Central, la consecuencia será una estrepitosa caída del mercado. Eso condicionará fuertemente la ya disminuida expectativa en el sector de alcanzar entre 600.000 y 650.000 patentamientos al cabo de este año (lejos de los 955.023 de 2013).
El nuevo escollo se acumula a otros tantos. Este año, los autos, que hasta aquí eran refugio de valor, se alejaron del alcance de los consumidores. Inflación e ingresos erosionados, devaluación y suba de tasas complicaron las cosas.
Los precios de los cero kilómetro subieron sin excepción, aunque tuvieron una evolución muy distinta en las diferentes categorías, según cayeran o no en el radio del impuesto oficial. Sobre los autos de entre 170.000 y 210.000, pesa una alícuota del 30%. Y en los modelos con precios mayores a los $ 210.000, el gravamen asciende al 50%.
Según el índice de precios elaborado por la consultora Abeceb.com, las unidades alcanzadas cuestan 140% más que en julio del año pasado. En la gama media y baja, el alza fue cercana al 44%; por debajo de la tasa de depreciación del peso. "Es decir, el traslado de la devaluación a precios fue alto en este segmento, pero no llegó a ser de uno a uno. En los importados de alta gama, el impacto fue sobre todo consecuencia del impuesto", amplía Dalmasso.
La medida fue aplicada por el Gobierno tras un período en el cual la compra de vehículos de alta gama se había convertido en un buen negocio. La brecha entre el dólar oficial y el blue permitía adquirir un auto en pesos, "subsidiado" al precio de la divisa según el Banco Central. La crítica y advertencia sobre la medida es que, al calor de la inflación, más autos pasarán el umbral del impuesto que ya abarca, de acuerdo con Acara, al 70% de los modelos.
El fuerte retroceso en los patentamientos de autos de alta gama se evidencia, por caso, en el presente de BMW. El año pasado vendió en el primer semestre 2463 unidades, y crecía 136,83%. De enero a junio último, sólo despachó 347; un 85,91% menos. Pero en el último mes registrado, la caída rondó el 90%. Audi es otro de los perjudicados: en la cuesta abajo, pasó de 4332 ventas a 816. Mini, Alfa Romeo, Jeep, Dodge y Land Rover también sufrieron el golpe.
Pese a la falta de clientes, Beato afirma que no hubo cierres. "Con las ventas paralizadas, están viviendo de servicios", dice, y reconoce un tiempo de "ajustes" en los salones. "Sobran personal y metros cuadrados", concluye..

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