Cristina declaró en un juicio por "difamación" contra una periodista italiana
Fue por teleconferencia. Es por una demanda que la inició a una cronista y un editor del Corriere della Sera, donde publicaron que la Presidenta había gastado miles de euros en joyas y blanquería durante una visita a Roma.
La atención de Cristina sobre los medios trascendió las fronteras argentinas. Durante casi dos horas y media, la Presidenta declaró por teleconferencia en el marco de una demanda por "difamación" que le inició a una periodista y al director de un diario italianos donde se publicó un artículo sobre supuestos gastos suntuosos de Cristina, en esa capital europea, antes del inicio de una cumbre de la FAO, la rama de la alimentación de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Desde la Casa Rosada, Cristina declaró en el juicio por teleconferencia y aseguró que en su visita a Roma asistió sólo a salidas institucionales. El abogado del Corriere della Sera, el diario involucrado, sólo hizo preguntas marginales.
La nota, publicada el 4 de junio de 2008 y firmada por Maria Egizia Fiaschetti, decía que Cristina había salido de compras por la vía Margutta con una amiga italiana y había comprado joyas en el local Enigma, del reconocido diseñador Gianni Bulgari.
Además, de acuerdo con Faschietti, la Presidenta había hecho otra parada en la "blanquería Pratesi" para comprar "un conjunto de sábanas de dos plazas" valuado en mil euros. Luego, la periodista se justificó asegurando que tanto Bulgari y como Pratesi confirmaron en su momento la presencia de Cristina, pero luego se retractaron.
El artículo fue traducido y reproducido en la Argentina por el diario La Nación y el Gobierno respondió inmediatamente negando la veracidad de la información.
"Tal gira de compras jamás existió" , aseguró el 6 de junio de 2008 el entonces vocero presidencial, Miguel Núñez. Esa vez se informó también que se habían enviado cartas documento a los negocios mencionados (de donde supuestamente Fiaschetti había obtenido la información) para que desmintieran las visitas, "que no tuvieron lugar", reiteró Núñez.
La demanda penal por "difamación" fue contra la periodista y el editor responsable del Corriere, Paolo Mieli. La inició el abogado romano Furio Restivo en nombre de la Presidenta. La jueza Elena Scozzarella hizo lugar a la demanda y el 16 de marzo de 2010 dispuso la realización del juicio respectivo. Cuatro meses después, Cristina anunciaba, en la Argentina, la despenalización de las querellas por calumnias e injurias en el país para temas "de interés público".
Sin embargo, el juicio contra los periodistas italianos siguió su curso . El exhorto de la jueza italiana (Tribunal Ordinario de Roma de la VI Sección Penal) para que declare Cristina fue enviado el 29 de marzo de 2012 al Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, que lo trasladó a la Cancillería argentina, a través de su embajada en Buenos Aires, el 12 de junio pasado.
Allí se hace mención al "cargo institucional" que ocupa Cristina Fernández y a la "imposibilidad" de su "comparecencia personal" en el tribunal romano. Por ello se le pide a la Justicia argentina disponer un "examen a distancia a través de la conexión audiovisual" , es decir, una teleconferencia por internet, una variante prevista por los códigos de procedimiento penal de ambos países y ya utilizado en la Argentina en numerosas ocasiones.
Desde la Casa Rosada, Cristina declaró en el juicio por teleconferencia y aseguró que en su visita a Roma asistió sólo a salidas institucionales. El abogado del Corriere della Sera, el diario involucrado, sólo hizo preguntas marginales.
La nota, publicada el 4 de junio de 2008 y firmada por Maria Egizia Fiaschetti, decía que Cristina había salido de compras por la vía Margutta con una amiga italiana y había comprado joyas en el local Enigma, del reconocido diseñador Gianni Bulgari.
Además, de acuerdo con Faschietti, la Presidenta había hecho otra parada en la "blanquería Pratesi" para comprar "un conjunto de sábanas de dos plazas" valuado en mil euros. Luego, la periodista se justificó asegurando que tanto Bulgari y como Pratesi confirmaron en su momento la presencia de Cristina, pero luego se retractaron.
El artículo fue traducido y reproducido en la Argentina por el diario La Nación y el Gobierno respondió inmediatamente negando la veracidad de la información.
"Tal gira de compras jamás existió" , aseguró el 6 de junio de 2008 el entonces vocero presidencial, Miguel Núñez. Esa vez se informó también que se habían enviado cartas documento a los negocios mencionados (de donde supuestamente Fiaschetti había obtenido la información) para que desmintieran las visitas, "que no tuvieron lugar", reiteró Núñez.
La demanda penal por "difamación" fue contra la periodista y el editor responsable del Corriere, Paolo Mieli. La inició el abogado romano Furio Restivo en nombre de la Presidenta. La jueza Elena Scozzarella hizo lugar a la demanda y el 16 de marzo de 2010 dispuso la realización del juicio respectivo. Cuatro meses después, Cristina anunciaba, en la Argentina, la despenalización de las querellas por calumnias e injurias en el país para temas "de interés público".
Sin embargo, el juicio contra los periodistas italianos siguió su curso . El exhorto de la jueza italiana (Tribunal Ordinario de Roma de la VI Sección Penal) para que declare Cristina fue enviado el 29 de marzo de 2012 al Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, que lo trasladó a la Cancillería argentina, a través de su embajada en Buenos Aires, el 12 de junio pasado.
Allí se hace mención al "cargo institucional" que ocupa Cristina Fernández y a la "imposibilidad" de su "comparecencia personal" en el tribunal romano. Por ello se le pide a la Justicia argentina disponer un "examen a distancia a través de la conexión audiovisual" , es decir, una teleconferencia por internet, una variante prevista por los códigos de procedimiento penal de ambos países y ya utilizado en la Argentina en numerosas ocasiones.
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