CRISTINA KIRCHNER HABLO DE LA LIBERACION DE LA FRAGATA LIBERTAD DURANTE LA CEREMONIA DE EGRESADOS DE LAS FUERZAS ARMADAS
Contra los cantos de sirena y de carancho
La Presidenta alabó la tarea de las Fuerzas Armadas en misiones de paz, habló de la defensa de los intereses del país y destacó la decisión del Gobierno de “no arrodillarse” ante el embargo de la fragata por un juez de Ghana.
@Una de las frases más resonantes en el discurso que la presidenta Cristina Kirchner ofreció ayer a la tarde fue un poco a modo de consejo, otro poco a modo de reclamo: “No tenemos que permitir nunca más que nadie sea arrastrado por cantos de sirena o graznidos de carancho”, les dedicó a los nuevos oficiales del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en la ceremonia de su egreso, en el Colegio Militar. La frase, además, tenía dos momentos históricos como referencia: uno panorámico, los puntos oscuros que ostenta el pasado de las Fuerzas Armadas en el país. Otro, puntual, el embargo que los fondos buitre realizaron entre octubre y la semana pasada de la Fragata Libertad en Ghana.
Luego de reconocer “la labor que viene desarrollando las Fuerzas Armadas, no solamente ya en las tradiciones misiones de paz, en las cuales la Argentina ha marcado un rumbo, sino también en las numerosas misiones subsidiarias en el territorio nacional”, que ejemplificó con la participación de la fuerza en la crisis desatada por el volcán Puyehue, el tornado que azotó al conurbano bonaerense durante Semana Santa o variadas inundaciones, la Presidenta remarcó que “el gran aprendizaje que podemos hacer es saber que siempre hay que escuchar y mirar dónde están los intereses del país, independientemente de las voces de uno y otro lado”.
“La formación de un soldado es también la formación profunda en la defensa de los intereses de la Nación”, aseguró a los 306 flamantes oficiales, porque “el juramento de defender la Constitución y los intereses de la Patria no solamente se hace en un campo de batalla o no solamente tiene una connotación militar, tiene también una profunda connotación política”. En ese sentido, advirtió: “Los intereses del país se defienden contra viento y marea, contra mentiras e injurias. En algunos momentos de la historia tuvieron éxito utilizando a las Fuerzas Armadas y no podemos permitir que suceda de nuevo”, sostuvo.
En esa dirección, la jefa de Estado mencionó los episodios con epicentro en Ghana, donde durante los primeros días de octubre se retuvo a la Fragata Libertad “por el ataque artero e ilegal que significó el embargo de la República de Ghana y a solicitud de los fondos buitre” y en “Nueva York, donde intentaron volver a hacernos caer en default”. Según mencionó la jefa del Estado argentino, esos hechos fueron “una auténtica maniobra de pinzas intentando una vez más utilizar a nuestras Fuerzas Armadas para intentar agraviar o enfrentar al Gobierno”.
Al respecto, destacó que la decisión fue la de defender “la soberanía nacional y no arrodillarse ante nadie”, acorde con la Constitución, las leyes y los tratados internacionales. “Sabía, teníamos la convicción de que finalmente, como sucedió, el derecho internacional, los tratados que hemos firmado, las Naciones Unidas nos iban a dar la razón”, agregó, y remarcó: “Nos tocó escuchar inclusive a alguna representante del Congreso afirmar que la Fragata Libertad no era un buque de guerra, nos tocó escuchar esto y verlo y leerlo en letras de molde”.
CFK expresó un “reconocimiento” a quienes “a bordo de la nave sostienen y sostuvieron su defensa en momentos difíciles como cuando se intentó abordarlos inclusive” y consideró que la “lección” del embargo de la fragata “ha planteado algo que ha atravesado los doscientos años de historia de los argentinos: cómo plantarse, cómo pararse, qué decisiones tomar cuando la soberanía y la dignidad de un país están en juego”. Por último, remarcó: “Esta presidenta y nuestro gobierno sostienen que debemos seguir defendiendo la dignidad de la Nación y los sagrados intereses de la misma, que estaban en la aplicación de esas leyes y en denunciar, como se hizo, ante el Tribunal del Mar, la irregularidad total, la violación a las más elementales normas que hoy rigen el Derecho Internacional”.
Finalmente, mencionó que el buque regresará a la Argentina el 9 de enero: “Ese día estaré allí como Presidenta de la Nación y seguramente estarán nuestros 69 guardiamarinas que tuvieron que venir desde la República de Ghana, pero con mucho orgullo, porque tuvimos razón y, finalmente, se hizo lo que se debía hacer: restituir las cosas a la situación de la que nunca debieron haberse salido”.
Luego de reconocer “la labor que viene desarrollando las Fuerzas Armadas, no solamente ya en las tradiciones misiones de paz, en las cuales la Argentina ha marcado un rumbo, sino también en las numerosas misiones subsidiarias en el territorio nacional”, que ejemplificó con la participación de la fuerza en la crisis desatada por el volcán Puyehue, el tornado que azotó al conurbano bonaerense durante Semana Santa o variadas inundaciones, la Presidenta remarcó que “el gran aprendizaje que podemos hacer es saber que siempre hay que escuchar y mirar dónde están los intereses del país, independientemente de las voces de uno y otro lado”.
“La formación de un soldado es también la formación profunda en la defensa de los intereses de la Nación”, aseguró a los 306 flamantes oficiales, porque “el juramento de defender la Constitución y los intereses de la Patria no solamente se hace en un campo de batalla o no solamente tiene una connotación militar, tiene también una profunda connotación política”. En ese sentido, advirtió: “Los intereses del país se defienden contra viento y marea, contra mentiras e injurias. En algunos momentos de la historia tuvieron éxito utilizando a las Fuerzas Armadas y no podemos permitir que suceda de nuevo”, sostuvo.
En esa dirección, la jefa de Estado mencionó los episodios con epicentro en Ghana, donde durante los primeros días de octubre se retuvo a la Fragata Libertad “por el ataque artero e ilegal que significó el embargo de la República de Ghana y a solicitud de los fondos buitre” y en “Nueva York, donde intentaron volver a hacernos caer en default”. Según mencionó la jefa del Estado argentino, esos hechos fueron “una auténtica maniobra de pinzas intentando una vez más utilizar a nuestras Fuerzas Armadas para intentar agraviar o enfrentar al Gobierno”.
Al respecto, destacó que la decisión fue la de defender “la soberanía nacional y no arrodillarse ante nadie”, acorde con la Constitución, las leyes y los tratados internacionales. “Sabía, teníamos la convicción de que finalmente, como sucedió, el derecho internacional, los tratados que hemos firmado, las Naciones Unidas nos iban a dar la razón”, agregó, y remarcó: “Nos tocó escuchar inclusive a alguna representante del Congreso afirmar que la Fragata Libertad no era un buque de guerra, nos tocó escuchar esto y verlo y leerlo en letras de molde”.
CFK expresó un “reconocimiento” a quienes “a bordo de la nave sostienen y sostuvieron su defensa en momentos difíciles como cuando se intentó abordarlos inclusive” y consideró que la “lección” del embargo de la fragata “ha planteado algo que ha atravesado los doscientos años de historia de los argentinos: cómo plantarse, cómo pararse, qué decisiones tomar cuando la soberanía y la dignidad de un país están en juego”. Por último, remarcó: “Esta presidenta y nuestro gobierno sostienen que debemos seguir defendiendo la dignidad de la Nación y los sagrados intereses de la misma, que estaban en la aplicación de esas leyes y en denunciar, como se hizo, ante el Tribunal del Mar, la irregularidad total, la violación a las más elementales normas que hoy rigen el Derecho Internacional”.
Finalmente, mencionó que el buque regresará a la Argentina el 9 de enero: “Ese día estaré allí como Presidenta de la Nación y seguramente estarán nuestros 69 guardiamarinas que tuvieron que venir desde la República de Ghana, pero con mucho orgullo, porque tuvimos razón y, finalmente, se hizo lo que se debía hacer: restituir las cosas a la situación de la que nunca debieron haberse salido”.
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