11/03/2012
sanata y fe: "peron , evita la pauta socialista !"
Sobre las críticas al uso de
la pauta oficial por parte del gobierno nacional el FAP dijo, dice y dirá muchas
cosas feas pufff! . Pero y por casa cómo andamos?
Leemos en Nestornautas?
Leemos en Nestornautas?
Y si acá cualquiera (hasta Pato Bullrich) presenta sus propios índices, ¿por qué no nosotros?
Hace un tiempo acá presentábamos en sociedad el Indice Lamberto, que indica
la evolución del plantel político del gobierno provincial, y su comparación con
las gestiones anteriores, incluyendo la del mismísimo Binner.
Ahora vamos a hacer lo mismo,
pero con las partidas de que dispone el gobierno socialista para gastar en
publicidad oficial, que en éste caso sería el Indice Galassi; como que es al
todopoderoso ministro de Gobierno y Reforma del Estado de Bonfatti al que le
corresponde distribuir la pauta oficial entre los medios de la provincia, y
nacionales.
Y por qué no, cuando lo hace,
indicarles (con el índice justamente) de que se puede y no se puede hablar, o lo
que hay que salir a decir; como se pudo comprobar hace poco cuando estalló el
caso Tognoli.
Hace un tiempo en ésta entrada analizábamos los gastos del
gobierno provincial en publicidad oficial en los años del gobierno de Binner,
poniendo especialmente el foco en el año 2011, por tratarse de un año
electoral. En ésta otra entrada demostrábamos la evolución de los gastos
del socialismo en publicidad entre el 2008 y el 2010: siempre para
arriba.
Tomando como base lo previsto
en el Presupuesto y contando todas las áreas del gobierno que tienen asignadas
partidas para gastar en publicidad oficial (Galassi centraliza el manejo de la
pauta, pero los recursos están repartidos en varios organismos, como la EPE,
ASSA, la API y sobre todo la Caja de Asistencia Social Lotería que se lleva la
mayor parte), Bonfatti disponía en teoría éste año de $ 102.119.000 para gastar
en ese rubro, sobre un presupuesto total (reiteramos: el votado por la
Legislatura originariamente, sin ampliaciones posteriores) de $ 33.789.368.000,
lo que implica que el gasto en publicidad era el 0,30 % del
total.
Si tomamos el mismo criterio
para comparar cifras con el proyecto de Presupuesto para el 2013 (otro año
electoral, dato decisivo a tener en cuenta en ésta materia), sobre un total de
gastos previstos de $ 40.145.929.000, el gobierno provincial dispondrá de $
143.039.000 para publicidad oficial; es decir el 0,36 % del total del gasto, o
sea proporcionalmente más que éste año.
Y eso obedece a que, mientras
los gastos generales del Estado provincial crecerían en un año un 18,81 %, los
gastos en publicidad lo harían la friolera del 40,07 %, en el mismo período: lo
dicho en el título del post , el Indice Galassi de aumento de la torta
publicitaria del socialismo supera cualquier estimación de inflación, de
cualquier consultora privada...
Completo acá
Completo acá
un año de control de cambios
Leemos sobre el control de cambios que
los medios opositores denominan cepo cambiario de la misma forma que
denominaron "el campo" a los segmentos agrofinancieros , Lilita a
una simpática colifa y peronismo disidente, a dos pares de felinos
psicóticos o cuatro gatos locos , en lenguaje republicano.
La
decisión tomada por el Gobierno fue creativa, firme y oportuna de acuerdo a las
circunstancias globales.
Por Marcos Leonetti (*)
Por Marcos Leonetti (*)
El primer aniversario
Esta semana se cumple un año del comienzo de
la implementación sistemática de normas definidas técnicamente como control de
cambios, pero que a la prensa grandilocuente le gusta denominar “cepo al dólar”.
Algunos economistas ya proponían el control de cambios mucho antes al ver la
fuga de divisas del país hace un año y, proyectando el ritmo a través del
tiempo, calculaban cuánto se necesitaba para que el Banco Central se quede igual
a como cuando lo recibió Raúl Alfonsín en ‘83.
Luego de varias erogaciones para cumplir con
compromisos internacionales las reservas están en 45.000 millones. Hubo algún
comentario de un ex presidente del Banco Central acerca de la posibilidad de
hacer flotar libremente al dólar oficial para que se equilibre la oferta y la
demanda, pero el costo calculado rondaba los 30.000 millones de dólares. Es
impensable reducir a un tercio las reservas porque se perturbaría la
gobernabilidad. Cuidar los dólares es mucho más que mantener reservas, es un
ancla contra la fragilidad con la cual hay que pugnar para sostener el rumbo de
un tipo de gestión que próximamente cumplirá una década.
Hay quienes siguen cuestionando el control
de cambios, con el argumento de que tal restricción cierra la entrada de nuevos
dólares que provendrían al país en nuevas inversiones extranjeras directas. La
realidad es que de acuerdo a registros provistos por la CEPAL, en el primer
semestre de 2012 el incremento de las Inversión Extranjera Directa (IED) a
nuestro país respecto a igual período de 2011 fue del 42%, cuando el agregado en
la región fue del 8%. Este dato hecha por tierra los temores que acumulan
quienes reniegan de los controles.
China es el país que por primera vez alcanza
el primer lugar en el ranking global de receptores de IED, medido en igual
período de 2012. ¿Cómo son las reglas en el Gigante Asiático cuando, por
ejemplo, un banco extranjero quiere abrir sus puertas en territorio oriental?
Primero debe depositar US$ 20.000 millones y por diez años no puede remitir
utilidades a su casa matriz, o sea, debe dejarlas en China. Estas reglas son muy
claras, no obstante, no ha disminuido el ingreso de capitales, sino todo lo
contrario: superó por primera vez a los Estados Unidos, líder histórico
indiscutido en recepción de inversiones. ¿Son las reglas rígidas las que
detienen el ingreso de IED a un país?
Ni China ni la Argentina pueden confirmarlo.
Una por altas barreras de ingreso y la otra, por altas restricciones de índole
coyuntural, han demostrado que no necesariamente sucede el mal tan
temido.
¿Qué es entonces lo que prima por encima de
toda cuestión a la hora de decidir en qué país invertir? ¿La seguridad física?
De acuerdo a un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y
Justicia Penal A.C. (México), en el cual rankean a las ciudades de 300.000
habitantes más violentas del mundo, muestra que los países con mayor cantidad de
ciudades violentas son las que más IED reciben de acuerdo al informe de la
CEPAL. Claramente, es la rentabilidad esperada la explicación más razonable para
elegir un destino de inversión.
En nuestro país hay más de 2.000 empresas
extranjeras instaladas, produciendo y exportando. Algunas de ellas son
centenarias, y un cuarto del total son norteamericanas. Si no tuvieran la
rentabilidad esperada, no permanecerían ni se ampliarían.
La Argentina reciente
Claro que el volumen de inversiones no es el
que algunos estaban acostumbrados a observar. Aunque ha disminuido este año
respecto al récord histórico del 2011, cuando arribó al 24,5% como porcentaje
del PBI, se mantiene en niveles para nada despreciables.
El argumento más escuchado a la hora de
renegar de los controles cambiarios es que la alternativa de ahorro en moneda
local está afectada por la inflación. Es cierto: aunque está estabilizada desde
hace algunos años, no es baja. También es cierto que bajar la inflación vía el
enfriamiento de la economía aumentaría drásticamente la desocupación con lo cual
el consumo disminuiría sensiblemente y el comercio acusaría recibo de la medida.
Una disposición que colaboraría en mejorar el índice de inflación es que el
INDEC tenga una medición ajustada a la realidad, lo que eliminaría el peso del
componente que a mi juicio es el más pernicioso: el factor de las expectativas
de inflación.
Eliminar este elemento sería un renuevo de
aire fresco que alentaría a mejorar el trabajo en otros aspectos relacionados
con la meta de contener y bajar la inflación.
Ya cumplimos 12 años desde que como Estado
soberano dejamos de colocar deuda en el mercado de capitales. Venimos de un
default. Las restricciones vienen de ahí. No poder endeudarnos a costos
razonables por cargar con una historia manejada por lobbistas que, amigables con
los mercados, nos endeudaban indiscriminadamente hasta ponernos en una situación
irreversible.
Este historial nos juega en contra, más allá
de que en los últimos años se han cancelado compromisos externos con nunca en la
Historia Argentina. Hay estudios que han sumado todo lo pagado (capital e
intereses) en los últimos 35/40 años y les da que se ha pagado mucho más de lo
que se ha recibido en calidad de préstamos.
Si a esto le sumamos que el haber cortado
lazos con las calificadoras de riesgo no tiene reverso, las principales agencias
internacionales se están encargando de hacer notar que los países que no les
ofrezcan negocios adicionales sufrirán el castigo de la mala calificación, tal
como lo demuestra un reciente estudio del Banco Central Europeo (BCE). Las
empresas locales, cuando salen a tomar créditos internacionales, se ven
afectadas por estas arbitrariedades.
Una de las causas que desmejoran la nota
argentina es el fallo que favorece a fondos buitres que no entraron en la
renegociación de deuda en las dos oportunidades que abrió la
Argentina.
Sin embargo, pese a lo adverso del fallo, es
válido recordar que la Argentina ratificó prácticamente todos los tratados
bilaterales internacionales vigentes que cedieron la jurisdicción a tribunales
internacionales en los ‘90. Aunque nos sea desfavorable, esto es seguridad
jurídica para quienes la reclaman como condición sine qua non para las
inversiones.
El mundo en general tampoco está pasando por
un buen momento. El FMI hizo cuatro correcciones a la baja durante el 2012 en
las estimaciones del crecimiento a nivel global para este año. Sí, leyó bien,
cuatro correcciones en lo que va del año. Un análisis en contexto, nos permite
ver nuestra situación de manera más equilibrada. No estamos en el paraíso, pero
no estamos aislados del mundo ni nos hemos caído del mismo.
Se podrán criticar muchísimas gestiones y
revisar otras tantas, pero lo que no podemos negar es que se ha tomado con toda
la seriedad que requieren las circunstancias y que tanto la creatividad como la
decisión firme estuvieron presentes durante este último año en el que se
conmemora el primer aniversario del control de cambios.
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