jueves, 2 de mayo de 2013

chicos a votar

EL 57,7 POR CIENTO DE LOS CHICOS DE 16 Y 17 AÑOS EN CONDICIONES DE HACERLO RENOVO SU DOCUMENTO DE IDENTIDAD

750 mil jóvenes con ganas de ir a votar

El martes se cumplió el plazo para el cambio de DNI, requisito necesario para que los nuevos votantes puedan ejercer su derecho. El Gobierno y los dirigentes juveniles de todas las fuerzas políticas consideraron auspicioso el nivel de interesados.
 
Por Nicolás Lantos
Alrededor de 750 mil jóvenes de 16 y 17 años estarán habilitados para votar en los comicios de este año tras haber realizado la renovación de su documento de identidad, informó el Ministerio de Interior y Transporte luego de la fecha límite para llevar a cabo el trámite. La cifra, que representa a un 57,69 del total de ciudadanos de esa edad, fue calificada como “muy positiva” por el titular de esa cartera, Florencio Randazzo. “Con la reforma electoral y el voto optativo a partir de los 16 años dimos un paso muy importante en la ampliación de la ciudadanía que se manifestó en el interés de los jóvenes por renovar su DNI y poder participar en las próximas elecciones”, manifestó el funcionario. Al respecto, Página/12 habló con referentes de espacios de juventud tanto dentro del kirchnerismo como en la oposición, quienes coincidieron en destacar el elevado número de adolescentes interesados en votar y en que la medida repercutirá de forma positiva en el sistema político argentino.
“Son 739.439 los jóvenes de entre 16 y 17 años que renovaron su Documento Nacional de Identidad y están habilitados para votar en las próximas elecciones, y todavía quedan unos 15.000 trámites que están en producción, por lo que serán más de 750.000 quienes estén en condiciones de votar en agosto y octubre”, informó Randazzo a través de un comunicado, para quien “sin duda esta importante afluencia en la renovación, de casi el 60 por ciento, en los primeros cuatro meses del año, está vinculada con la proximidad de las elecciones PASO de agosto y generales de octubre”.
La Ley 26.774 de Ciudadanía Argentina que prevé la posibilidad de voto optativo para jóvenes de dieciséis y diecisiete años había sido aprobada el 31 de octubre del año pasado luego de obtener la sanción en la Cámara de Diputados, donde los representantes de la oposición se fueron del recinto antes de que se llevara a cabo la votación. En los meses subsiguientes, muchos distritos del país también modificaron sus propias normativas electorales para aplicar los cambios a los comicios locales.
Aquellos adolescentes con la edad indicada que iniciaron el trámite de renovación de su DNI hasta el martes pasado podrán participar de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias que se realizarán el 8 de agosto así como de las elecciones previstas para el 27 de octubre. Aunque la Constitución establece la obligatoriedad del voto, los menores de edad serán eximidos de las sanciones que la ley contempla para quienes no concurran a las urnas, tal como se hace con los mayores de 70 años. Para poder votar, los jóvenes deben figurar en el padrón electoral: en caso de no aparecer en el listado hay tiempo hasta el 25 de mayo para dar aviso en el Juzgado Federal con competencia electoral.

Más y mejor democracia

“Esto nos habla de una democracia que se fortalece en sus raíces y se proyecta hacia el futuro, hacia las próximas décadas, porque estos chicos que ahora van a votar van a ser los protagonistas y los dirigentes del futuro”, analizó el diputado Andrés “Cuervo” Larroque. Para el legislador, también secretario general de La Cámpora, “los jóvenes ya se estaban incorporando mucho” a la política pero “esto significa una profundización de ese proceso” que “le va a traer más frescura y va a permitir que los jóvenes se involucren más de lleno”. En el mismo sentido se manifestó su compañero de bancada, Leonardo Grosso, referente de la JP Evita, el alto nivel de renovación de documentos “ratifica el acierto de la decisión política”, cuyo efecto será “la multiplicación de la democracia” al crear “nuevos espacios de debate”.
Otro joven diputado, Facundo Moyano, también en el bloque oficialista aunque con diferencias políticas con el gobierno nacional, sostuvo que el fenómeno “es una muestra de la revalorización de la política producto de las medidas que se llevaron adelante en este proceso que empezó en 2003” aunque eso “no significa que todo lo vaya a capitalizar el kirchnerismo”, ya que “hay expresiones de juventud en muchos espacios políticos y sindicales” de todo el espectro ideológico. “La juventud, per se, no garantiza el cambio –agregó–. La juventud es garantía de algo nuevo solamente cuando entiende cuál es la línea de continuidad que representa. Si no las formas cambian pero sigue siendo vieja política.”
En la oposición también miran con buenos ojos la novedad, aunque con reservas. Es el caso de Martín Yeza, referente de la juventud del PRO, quien señaló que el cambio “tiene que ser una exigencia para que los políticos sean cada vez mejores” y que es necesario que represente “un desafío para la clase política y no un problema para los chicos”. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la semana pasada una norma análoga a la nacional, aunque el año pasado se habían opuesto a la iniciativa. “En su momento se consideró que la ley se votó a las apuradas, pero en la ciudad, iba a ser muy complejo que los jóvenes tuvieran que votar una lista y otra no, así que nos adaptamos a la realidad y facilitamos la experiencia electoral”, explicó Yeza.
Más crítica es la posición de la Juventud Radical. El presidente de la sección Capital de esa agrupación, Patricio Isabella, calificó la alta adhesión entre los jóvenes como “algo positivo”, ya que “implica la concientización de que ahora pueden elegir el país en el que quieren creer”. Sin embargo, deslizaba sospechas: “Hay que ver cuántos se empadronaron y cuántos sin que sepan fueron empadronados para realizar fraude electoral”, sostenía, ya que el número es “muy alto teniendo en cuenta que el tema se empezó a publicitar apenas una semana antes”.
Larroque hacía una lectura diametralmente opuesta: “En la previa se trató de instalar una idea de que iba a haber apatía o descreimiento, pero estos datos de empadronamiento son contundentes –analizó–. Ahora todas las fuerzas políticas tendrán que trabajar para que esa potencialidad se transforme en la realidad de una gran asistencia a las urnas. Esto significa más dem

Por su parte, Grosso agregaba que la participación de los adolescentes “reafirma los valores democráticos, la participación popular, la construcción de identidad y la participación en las decisiones” que se toman desde los distintos niveles de gobierno. “Eso es por demás positivo y permite consolidar la política como una herramienta de transformación de la realidad”, concluía el diputado.

LOS ENCUESTADORES ANALIZARON LAS POSIBILIDADES DE LOS ELECTORES JOVENES

El rumbo del nuevo votante

Según los analistas consultados, finalmente irán a votar tres de cada cuatro de los inscriptos. Podrían incidir en un uno por ciento de los votantes, por lo que coincidieron en que no tendrán peso decisivo en el resultado.
Por Raúl Kollmann
La mayoría de los encuestadores considera que es “muy buena” la proporción de jóvenes de 16 y 17 años que hicieron el trámite de renovación del DNI para estar en condiciones de votar. Eso no significa que concurrirán a las urnas, pero es muy posible que lo hagan tres de cada cuatro de los que hicieron el trámite. El sentido del voto produce algunas controversias. Están los que piensan que el apoyo de esos jóvenes va a ser proporcional entre las distintas candidaturas de octubre y los que creen que una mayoría se inclinará por el oficialismo, más activo en esa franja. Sin embargo, todos coinciden en que la incidencia rondará un uno por ciento del total de los votos. Es decir, no tendrá un peso decisivo.
Graciela Römer es titular de la consultora Römer y Asociados. Su análisis parte de los números crudos. “En verdad, ese segmento representa aproximadamente el 5 por ciento del total de electores. Si solo hicieron los trámites correspondientes la mitad de ellos, la incidencia sobre el total del padrón no superaría el 2,5 por ciento, que son más o menos esos 750.000. Si admitimos que esos nuevos votantes son más proclives a ir a votar, probablemente la mayoría lo haga, es decir que concurra a las urnas. Y si admitimos también que existe una tendencia de los jóvenes a votar más por el oficialismo que por la oposición, de todas maneras el aporte a las del Frente para la Victoria no excedería el 1,5 por ciento del total de votos del oficialismo.”
Artemio López, que encabeza la consultora Equis, tiene una mirada bastante similar. “Que haya ido el 57 por ciento a cambiar el DNI es una proporción importante dada la novedad de la medida y la no obligatoriedad de voto de la franja. En términos electorales, más allá de los discursos absurdos sobre manipulación de jóvenes, el nuevo segmento de votantes de 16 y 17 años no cambia nada, pues se distribuirán proporcionalmente en todos los agrupamientos políticos. Por caso, si todos los jóvenes nuevos votantes votaran una sola alternativa, incrementaría su acumulado un uno por ciento a nivel nacional. Nada estadísticamente significativo es esperable entonces en materia de preferencias electorales. El cambio es cualitativo en términos de la ampliación de derechos ciudadanos que supone la medida.”
También a Analía del Franco le parece importante la proporción de chicos que hicieron el cambio de DNI. “Nosotros encuestamos hace unos meses –-señaló la titular de Analogías–, y sólo un 40 por ciento dijo que le interesaba votar. En el último tiempo, esa proporción subió al 60 por ciento. Teniendo en cuenta que el voto es voluntario, es muy bueno que haya esa proporción en condiciones de ir a las urnas. Es un grupo social al que no le interesa tanto la política diaria y aun así mostró disposición. Del total que tiene el trámite hecho, es posible que el 75 por ciento vaya a votar. En principio, reforzarán el voto que ya existe en cada distrito. Por ejemplo, es casi seguro que la mayoría de los jóvenes vote al oficialismo en la provincia de Buenos Aires, pero lo hará por la oposición en otros distritos. No me parece que vayan a dar vuelta ninguna elección. Hay un tema importante: esta franja conoce muy poco a los actores, a los candidatos. De manera que serán importantes las campañas, la forma en que los candidatos les hablen. Ellos ya hicieron su parte: cambiaron el DNI. Ahora viene el papel que tienen que jugar los políticos presentándoles sus propuestas. Ojo que no me parece que se vayan a enganchar mucho con discursos muy negativos. El joven de esa edad tiende a ser optimista.”
“Durante el contexto de debate de la ley de ‘voto joven’ –señala Ignacio Ramírez, de Ibarómetro–, realizamos un estudio cuyos resultados publicó Página/12. Daba que un 58 por ciento manifestaba interés en votar en caso de que se aprobara esa posibilidad. Los números de trámites realizadas confirma aquel pronóstico e ilustran una amplia vocación participativa en el nuevo segmento incorporado al universo electoral. El peso e impacto que podría ejercer el voto del nuevo segmento debe ser examinado desde un punto de vista simbólico y no numérico. Pese a que las preferencias electorales que pudieran predominar en este segmento no tendrán un impacto significativo sobre los resultados globales de las elecciones, los votos de los jóvenes de 16 y 17 gozarán de una especial cobertura y constituiría el indicador más elocuente de la capacidad de cada fuerza política para interpretar y convocar a los jóvenes. La adhesión juvenil siempre resulta un activo emocional muy potente para cualquier espacio o proyecto político. Por otra parte, en virtud del carácter optativo del voto es muy posible que se desarrollen estrategias comunicacionales específicas orientadas a activar y movilizar el ‘voto joven’. El volumen de inscriptos no debe ser interpretado como un dato más, sino que sobran señales que permiten sostener que se trata de un sector con ganas de salir a la cancha y expresar sus puntos de vista. La ampliación de derechos suele ser un instrumento que promueve la participación e implicación política.”ocracia y para nosotros eso es siempre saludable. Nos motiva como fuerza política”.
Por su parte, Grosso agregaba que la participación de los adolescentes “reafirma los valores democráticos, la participación popular, la construcción de identidad y la participación en las decisiones” que se toman desde los distintos niveles de gobierno. “Eso es por demás positivo y permite consolidar la política como una herramienta de transformación de la realidad”, concluía el diputado.

 

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