Diecisiete años sin José Luis Cabezas y sin Justicia
En la madrugada del 25 de enero de 1997, en Pinamar, José Luis Cabezas participaba de la fiesta de cumpleaños del empresario postal Oscar Andreani. Era uno de los eventos que convocaban a casi toda la prensa que cubría la temporada veraniega en esa ciudad balnearia, tarea que realizaba el reportero gráfico junto a su compañero y amigoGabriel Michi, enviados especiales de la revista Noticias.
Hasta ese lugar fue Gabriel Michi, acompañado por la policía, para encontrarse con la peor imagen. Unos objetos encontrados cerca del auto quemado fueron suficientes para saber que allí adentro estaba el cuerpo sin vida de su amigo.
El crimen de José Luis Cabezas es sinónimo de atentado a la libertad de prensa e información en la Argentina. Las características mafiosas del crimen quisieron advertir a quienes hacen periodismo que esa libertad de información y expresión tiene límites marcados por el poder.
Un año antes: la foto primicia y el disparo que le costó la vida
"El 16 de enero de 1996, José Luis Cabezas lograba la foto más buscada por todo el periodismo: la del empresarioAlfredo Yabrán, anunciado por entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, de ser el jefe de una mafia enquistada en el poder. A esa semejante influencia nadie le conocía el rostro hasta que llegó la famosa foto", relató Gabriel Michi en un informe al cumplirse los 15 años del crimen de su compañero.
El empresario era reacio a dar entrevistas y las pocas veces que aceptó una pedía que "no vayan fotógrafos". Hasta dicen que llegó a declarar que una foto de su cara sería como pegarle un tiro en la frente.
El nombre de Yabrán pronto quedó relacionado con el crimen de Cabezas porque sus hombres de confianza –entre ellos, el jefe de su custodia, Gregorio Ríos, y el policía Gustavo Prellezo (seducido por el poder el empresario)– estaban implicados en esa muerte y el uniformado integraba la banda conocida como "Los Horneros", confesos autores materiales del crimen.
El 20 de mayo de 1998, las noticias decían que el multimillonario se había pegado un tiro en la boca con su propia escopeta en una chacra de Entre Ríos. Los investigadores aseguraron que se voló la cabeza y que su rostro quedó irreconocible.
El crimen que marcó un antes y después en la libertad de la prensa argentina
En 1993, el crimen del periodista Mario Bonino había puesto en jaque a la prensa argentina (su cuerpo apareció flotando en el Riachuelo el 15 de noviembre de ese año) y sobre las tablas quedaron los lápices que desde la dictadura querían escribir una nueva historia en la prensa.
Desde 1998, cada 25 de enero la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina encabeza actos y manifestaciones en reclamos de justicia por la memoria del reportero gráfico asesinado solamente por cumplir con su trabajo.
Todos los asesinos confesos de José Luis están libres. Primero fue el beneficio de la ley de 2 x 1, uno de los peores "méritos" de la era menemista. Luego, las diferentes instancias de la Justicia hicieron lo propio para que esos criminales volvieran a caminar por la calle. La realidad es una: un trabajador de 35 años y padre de tres hijos fue cruelmente asesinado hace 17 años y durante ese tiempo la Justicia de los injustos prevaleció y hoy es otro crimen impune, como los cientos que cada día nos toca contar. Un grito une a los trabajadores de prensa del país y multiplica su fuerza cada 25 de enero: ¡Cabezas, presente! ¡Ahora y siempre!
El crimen de Cabezas relatado por su amigo y compañero Gabriel Michi
Al cumplirse los 15 años del horrendo asesinato signado por la codicia y el poder de uno de los empresarios más inescrupulosos y que marcó con sangre los 90, el periodista realizó un informe donde revivió sus últimos minutos junto a José Luis.
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