jueves, 30 de enero de 2014

PATRICIA PIERAGOSTINI

Un dispositivo para la inclusión social



Ignacio Andrés Amarillo


La arquitecta y coreógrafa Patricia Pieragostini, hasta ahora subsecretaria de Programación e Industrias Culturales, reemplazará a Damián Rodríguez Kees (nuevo director del Instituto Superior de Música) en la Secretaría de Cultura, en una continuidad de gestión con profundización en el rumbo iniciado.

En diálogo con El Litoral, la funcionaria hizo un repaso de lo hecho y de lo que queda por trabajar.

—Siempre fuiste una de las candidatas, y hoy se anuncia tu designación. ¿Cómo tomaste esta nueva responsabilidad?

—Una responsabilidad muy grande, con mucha alegría en términos de que implica un reconocimiento al trabajo que viene desarrollando el equipo de Cultura desde hace seis años; esto de que sea alguien que ya tiene un recorrido dentro de la gestión con el proyecto cultural en el que estuvimos de la mano de Damián Rodríguez Kees. Eso hace feliz a todo el equipo en términos de pensar en continuidad.

Perfil

—¿Qué impronta pensás que le podés dar a esta nueva etapa?

—Estamos en un momento muy interesante en lo que se refiere a los diferentes proyectos culturales de la ciudad, en un sentido amplio de las diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales. En nuestro caso tiene que ver con haber podido consolidar los diversos proyectos, se trata de poner énfasis en algunas líneas.

Hay tres ejes. El primero tiene que ver con la continuidad de los proyectos desde la diversidad cultural, que es lo que se ha trabajado profundamente durante estos seis años. Tiene que ver con un fortalecimiento con la cooperación: pensar la cultura como un proyecto social, como una plataforma o un dispositivo para la inclusión social. Como una búsqueda permanente de nuevas formas de estar juntos: nuevas afinidades y complicidades, nuevas preguntas. No sólo es interesante fortalecer aquellas direcciones sobre lo que uno sabe, sino también pensar la ciudad como un territorio de preguntas, lo que implica un trabajo colaborativo.

Tiene que ver con el trabajo fuertemente en red. El Proyecto Urbano Integral es un programa en el que Cultura, insertándose en esos espacios transversales que propone la Municipalidad, sería realmente el enclave más potente, sobre todo con las acciones que hacemos en el Programa Arte y Comunidad: un programa de acción cultural en el territorio.

Hay grandes antecedentes, como los puntos de cultura en Brasil, lo que ha hecho Medellín con el urbanismo social, también por mi profesión todo lo que tiene que ver con pensar la ciudad como este territorio de los posibles mundos simbólicos en las múltiples identidades.

El Programa Arte y Comunidad se ha desarrollado de una manera silenciosa, una forma de trabajo donde estamos en la vecinal, en la parroquia, en la escuela, en las instituciones intermedias, en los jardines, en los solares. Todo este trabajo tiene que cohesionarse y habilitar una plataforma para nuevas formas de integración social y expresión colectiva.

Santa Fe es la ciudad de la literatura, de la música, del cine: en esa diversidad es donde tiene que estar nuestra gran fortaleza. La poética tiene que construirse desde esa diversidad.

Si el primer eje tenía que ver con esta continuidad en la diversidad, y el segundo con el fortalecimiento de la cooperación y la acción cultural en el territorio, el tercero está fuertemente ligado a todo lo que tiene que ver con entender la cultura como generadora de trabajo, desarrolladora de empleo, y todo lo que tiene que ver con los emprendimientos de base cultural.

Un ejemplo es cómo fue creciendo Diseña Santa Fe a lo largo de seis años, que no tiene que ver simplemente con una feria que se fue multiplicando (empezó con una convocatoria de 40 diseñadores y ahora son más de 200), sino que hay una política de empezar a pensar en industrias culturales, nuestro proyecto Santa Fe como Set de Filmación, pero también con poner a Santa Fe como polo de diseño. Ésta sería otra de las marcas identitarias de la ciudad, integrando no sólo las expresiones del diseño independiente que pudieron ponerse en superficie, sino pensar en todos los espacios de educación formal, las universidades vinculadas a la problemática del diseño, los microemprendedores.

Uno se hace preguntas sobre la industria cultural: qué bienes culturales, para qué, para quiénes, cómo se distribuyen, cómo es el acceso. Así que este eje tampoco abandona el pensar la cultura como un proyecto social, como dispositivo de inclusión, cohesión y desarrollo.

Debe y haber

—¿Qué cosas destacarías de lo hecho y qué habría que profundizar?

—El Proyecto Aula Ciudad, estos fascículos que trabajan pensando a la ciudad como un territorio pedagógico, es algo extraordinario en cuanto a cómo se trabaja con los niños: ha articulado transversalmente dónde ha puesto la gestión los ejes, pensar Santa Fe como ciudad verde, pensar en las inundaciones, todo lo que tiene que ver con el desarrollo del arte (cuando se trabajó el teatro). Eso va a tener continuidad y es un hito.

Otro es, dentro del Programa Arte y Comunidad, es SOS Música (de orquestas infanto-juveniles), que ha dado saltos cualitativos importantísimos, porque estamos con seis nodos y la idea es ampliar. 

Hemos logrado el trabajo en red, interactuando con otras orquestas de otros lugares en encuentros.
Proyectos artísticos barriales, donde tenemos más de 35 talleres de diferentes expresiones artísticas, donde proponemos el encuentro con el otro a partir de este disfrute desde la expresión y producción en arte, que genera movilidad de roles.

Fortalecer muchísimo Santa Fe como Set de Filmación, eso es incipiente. Hemos aportado en cuestiones de logística, pero hay muchísimo por hacer ahí. Y los ciclos: los de verano, los Carnavales entre Todos, trabajo cooperativo con los diferentes barrios. Una programación que se sostiene en el tiempo, y una producción como lo fue la zarzuela, al entender los espacios como fábricas culturales y no simplemente de circulación de espectáculos.

Ya nuestra ciudad tiene desarrollo de festivales, como el de Jazz, Trombonanza, Música en el Río, los Argentinos de Teatro, Danza y Literatura, articulados con la Universidad, con los proyectos que ya están consolidados.

Lo nuevo estaría en el espacio urbano, que propicia el encuentro: ahí tenemos para explorar en cuanto a artes visuales, a las instalaciones y las intervenciones. La interacción del interior del museo con el espacio público. Con el proyecto de Intervenciones Urbanas llegamos a los murales desde hace dos años, pero podríamos salirnos del plano e irnos al espacio y tener interacción con el ciudadano como las esculturas sonoras. Siempre en este campo entre el ritual y el acontecimiento: entre las acciones que se transmiten con la reiteración, y ahí está puesto el goce (como es la artesanía), y lo que tiene que ver con el devenir, lo inesperado y el riesgo estético.

Otra cosa que pensamos es cómo sería una Comedia de la Ciudad, en esto de trabajar en un espacio de producción en arte desde los trabajos que venimos haciendo en el territorio y desde producciones como la zarzuela o SOS Música. Una continuidad y un salto cualitativo.

Podríamos trabajar más con la literatura, con nuestros relatos, y de qué manera estos relatos pasan a estar en el espacio urbano, a partir de las marcas o indicios que nosotros instalemos.

Compañeros

—¿Quiénes te van a acompañar como subsecretarios?

—Lo estamos definiendo en estos días, pero va a tener que ver con los gestores culturales que han trabajado en el equipo, que se ha consolidado. Quien me acompañe va a tener este recorrido de seis años de trabajo conjunto.

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