De heredero a desterrado, Boudou quedó sin la protección del PJ
Pocos notaron que el vicepresidente Amado Boudou no forma parte del nuevo Consejo Nacional del Partido Justicialista. Por resolución interna, los cargos pasaron de 75 a 150, todos los gobernadores participan, se designaron 3 vicepresidencias efectivas y 7 vicepresidencias honorarias, sindicalistas, mujeres y jóvenes tienen su espacio, ninguna agrupación peronista quedó afuera, pero Boudou no apareció ni para cantar la marchita.
"No sé qué hubiéramos hecho si Cristina nos pedía ponerlo en la conducción", responde extrañado ante la pregunta de Infobae un dirigente peronista que asegura haber visto todo en la política argentina. "Me podría hacer el valiente, y decirte que no lo hubiéramos aceptado bajo ningún punto de vista, pero la verdad es que no lo sé. Depende de cómo lo hubiera pedido, qué teníamos cerrado hasta entonces, qué podíamos sacar a cambio". Y agrega: "Nosotros ni lo habíamos pensado, y por suerte Cristina no lo pidió, supongo que sabe que su figura no suma para armar lo que viene y que es rechazado entre los gobernadores, que no lo consideran peronista".
Lo curioso es que La Cámpora también provoca resistencias. Sin embargo, la Presidenta peleó por sus lugares en el PJ, y hasta dijo de Mariano Recalde, en la conferencia de prensa que compartió con Michelle Bachelet, que se trataba de "un dirigente del Partido Justicialista".
Boudou no tuvo ese privilegio. Ni Cristina ni nadie peleó por conseguirle el salvoconducto a la transición que significa la nueva conducción peronista votada hace dos semanas en Parque Norte. Estar dentro de ese paraguas, lo saben quienes participan desde siempre, es gozar de la protección de la corporación política peronista. Un lugar bajo ese refugio vale doble entre los novatos, sobre todo para cuando vengan los fríos tiempos de la intemperie, ya fuera del poder.
Y aunque no se pudo saber si Boudou intentó participar de la reunión de Parque Norte, sí se confirmó que pidió invitación -y obtuvo- para la reunión kirchnerista que se realizó en el Mercado Central, esa que cerró el secretario Legal y Técnico Carlos Zannini.
Es verdad que Cristina tampoco gestionó pasaportes peronistas para otros funcionarios cuestionados, como Héctor Timerman, Ricardo Echegaray, Ricardo Jaime o Guillermo Moreno. Pero el caso de Boudou debería ser distinto. Primero, porque en el peronismo se cree que el Vicepresidente está involucrado en la causa Ciccone porcumplir una orden de Néstor Kirchner. Pero, sobre todo, porque Boudou fue llevado a la fórmula para construir un heredero.
- ¿Boudou fue pensado como heredero?
- Si – contesta un joven peronista, de buena relación con el Vicepresidente – Cristina eligió un vicepresidente leal y con capacidad de gestión, para que la reemplace en el 2015, ya que decía estar contra una reforma de la Constitución. Creía que Boudou era el mejor. Carismático, con buena pinta y poca formación política. Estaba convencida de que era la fórmula perfecta, porque ella sabía de política y él de economía. Y siempre le decía que no necesitaba ir a los medios para hacer campaña, que ella misma fue elegida Presidenta sin pasar por ningún canal, y que él tenía que hacer lo mismo.
Pero las cosas salieron mal, y a los pocos meses de asumir en su primer cargo electivo (tal vez el único), Boudou estaba dando una falsa conferencia de prensa en el Senado de la Nación, sin aceptar preguntas, donde denunció al procurador general de la Nación, Esteban Righi, un hombre del riñón peronista.
Su gente dice que fue la mismísima Presidenta la que le pidió que saliera con los tapones de punta, del mismo modo que fue ella quien le pidió, ahora, que fuera a defenderse en los medios cuando la Cámara de Casación no hizo lugar al recurso para desligarlo de la investigación judicial que está en manos del juez Ariel Lijo, lo que habilitó su indagatoria.
En su despacho se analizó si convenía ir o no a los canales de noticias de mayor rating, o sea TN, América o C5N. Se evaluaron periodistas más o menos amigos, preguntas más o menos acordadas. Luego de discutirlo largamente se llegó a la conclusión de que el único espacio que ofrecía garantías era "678". Y allí marchó.
Pero ni el programa ultrakirchnerista ni las preguntas amigables que le hicieron Orlando Barone, Cynthia García, Sandra Russo y Nora Vieras para que pudiera explicarse le alcanzaron.
"Necesito que la causa avance rápido, por eso mi abogado presentó ese recurso".
"Al final, lo más negativo, lo peor que me puede pasar es que la justicia diga que Boudou tiene que ir a juicio, algo que sucederá dentro de dos años. Ni siquiera es una condena".
"No tiene sentido pedirle a nadie que me salga a defender en público, me la tengo que bancar solito. Aunque agradezco cuando me expresan privadamente solidaridad".
"No me va a dejar de lado el kirchnerismo, porque yo soy parte del kirchnerismo".
"Al final, lo más negativo, lo peor que me puede pasar es que la justicia diga que Boudou tiene que ir a juicio, algo que sucederá dentro de dos años. Ni siquiera es una condena".
"No tiene sentido pedirle a nadie que me salga a defender en público, me la tengo que bancar solito. Aunque agradezco cuando me expresan privadamente solidaridad".
"No me va a dejar de lado el kirchnerismo, porque yo soy parte del kirchnerismo".
Fueron 27 minutos de un velorio anticipado, con alguna que otra sonrisa del velado, que no pudo ocultar su verdadero sentimiento: que aunque no se le haya soltado la mano, porque sigue teniendo el respaldo jurídico oficial, hasta sus más queridos amigos en el Gobierno, como Diego Bossio, titular del Anses, que siempre le devuelve los llamados, lo tratan como alguien que ya fue, un caso sin retorno en la opinión pública.
Mientras tanto, podrá representar a la Presidenta por el mundo y recibiendo las cartas credenciales de los embajadores, pero seguirá estando cada vez más lejos de las decisiones. Y el kirchnerismo enfrentará el 2015 sin candidato propio.
Más allá de Boudou, un dirigente que encontró refugio en el PJ resume el dilema kirchnerista actual de este modo: "El error político más grande que cometimos en estos diez años es no haber posicionado a un candidato propio. Por eso estamos obligados a que Máximo Kirchner gane la intendencia de Río Gallegos el año que viene, si no, no tenemos destino después del 2015".
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