Di Tullio no habla en las sesiones y ya es un problema para el bloque
“A ver señor presiente. Acá y en cualquier lugar del mundo los debates los cierra el presidente de la primera minoría”, le gritó Miguel Pichetto a Julio Cobos, hace ya cuatro años, cuando el entonces vicepresidente insinuó querer darle el cierre del debate a otro senador.
Pichetto y Agustín Rossi, hasta julio, rara vez cedieron un cierre de debate. Juliana Di Tullio, sucesora de Rossi, fue el miércoles capaz de no abrir la boca en toda la sesión.
Roberto Felleti fue miembro informante y en el cierre se lució el santafecino Omar Perotti. Cuando se discutió el traspaso de la Esma a la Nación, el álgido debate tampoco tuvo su voz: Juan Cabandié fue el último del bloque al hablar.
Aun tratándose de un diputado representativo al tema, la costumbre de que sea el jefe de bloque el que cierra fue alterada como nunca en años, sobre todo tratándose del oficialismo.
Pero la ausencia de Di Tullio se hizo evidente después. Ni bien terminada la primera sesión especial el oficialismo debía irse para dejar a la oposición sin quórum.
La voz de la jefa de la bancada no se escuchó y quien arreó a la tropa fue el presidente de la Cámara, Julián Domínguez.
Por su rol institucional, la oposición se lo cuestionó y hasta lo escrachó al día siguiente por una imagen que lo mostraba diciéndole a la vicepresidenta de la cámara “rajá de acá”.
Lo cierto es que quien debía hacer parar a los diputados ni bien terminaba de cumplirse el orden del día de la primera sesión especial era Di Tullio. Y su voz no se escuchó.
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