miércoles, 16 de julio de 2014

Finanzas bajo presión: empresas estiran pagos a más de 100 días y proveedores pierden margen

Finanzas bajo presión: empresas estiran pagos a más de 100 días y proveedores pierden margen
16.07.2014
Muchas grandes empresas pagan a los tres meses, que se estiran hasta 115 días. Y recién ahí entregan un cheque diferido a otros 45 días. Como las pymes necesitan el efectivo para pagar salarios, salen a vender el cheque en el banco o, si ya tienen la línea crediticia cubierta, en el circuito informal, con un costo del 10%, por lo que pierden mucho margen de ganancia. Prefieren no vender mercadería importada si no es al contado o indexado al tipo de cambio del momento en que se acredita el dinero
“Cada vez más multinacionales nos están poniendo como cláusula que el pago es a 90 días de presentada la factura. Pero antes te tienen que enviar el número de orden de compra como condición para poder facturar. Te ponen excusas, diciendo que no anda bien el sistema, y te la mandan recién el día 15, para impedir que les mandes la factura apenas empezado el mes. De esta forma, te terminan pagando a los tres meses y medio. Pero ahí no termina la cosa, porque recién te dan un cheque diferido a los 45 días”, se queja el dueño de una empresa de servicios, que tiene como cliente a varias compañías de las más grandes del país. Como él necesita el efectivo para poder pagar salarios y costos fijos, debe ir al banco a cambiar el cheque, que le cobra un 4,5% mensual, por lo cual pierde un 7% al ser un cheque a 45 días. “Mi margen de ganancia es del 15%, por lo tanto, esta situación me hace perder la mitad de mi utilidad”, se queja el empresario.


Este no es un caso aislado: más bien es el común denominador en todo tipo de servicios profesionales: abogados, auditores, escribanos, empresas de publicidad, de diseño, arquitectos e ingenieros. “Son los nuevos clientes de las financieras”, aseguran desde una cueva ubicada en la zona del macrocentro.


Esto se explica porque generalmente no cuentan con una estructura que les permita calificar para descontar cheques o financiarse en el mercado formal. En consecuencia, deben acudir a las mesas de dinero para cambiar esos cheques, con lo cual pierden un 10%.


“Una multinacional me pidió que les alquilara el salón de un hotel para darles una capacitación. Les dije que se lo alquilen ellos directamente, porque yo no puedo estar pagando por adelantado el salón y que ellos me paguen a mi recién a los cinco meses. No los financio más”, protesta el presidente de una pyme dedicada al coaching.


Hoy el negocio pasa por hacer caja sea como sea: intentar cobrar de inmediato, ya sea al contado o a plazos muy cortos, y postergar los plazos de pagos lo máximo posible. Pero no todos tienen la capacidad de hacerlo, dado que muchos proveedores, especialmente los medianos y chicos, necesitan vender, aún si las condiciones son poco convenientes. Y como las líneas de financiación escasean y las que existen tienen costos financieros muy altos que terminan comiéndose el margen de ganancia, la situación se complica.


“De hecho, la experiencia indica que las empresas, en más de un 90% de los casos, quiebran por lo financiero, no por lo económico”, revelan en el sector.


A esto se le agrega que, cuando se trata de mercadería importada, prefieren no vender si no es al contado o indexado al tipo de cambio del momento en que se acredita el dinero.


“Varias multis tratan de sacar margen financiero, ya sea poniendo a rendir la plata o stockearse, con lo cual se indexan contablemente. Hoy el stock es oro: stockearse es más rentable que cualquier plazo fijo”, advierte un empresario del sector financiero, quien le encontró una vuelta a este deterioro en la cadena de pagos: a algunos viejos clientes les pasa la factura mucho antes de fin de mes, de modo de acortar los plazos al máximo, “pues todavía existen algunas empresas que pagan a los 30 días”.


“En situaciones como las que vivimos, es importante reforzar la variable financiera, privilegiando la liquidez. Se debe reducir o eliminar pasivos en dólares u otras monedas duras y concentrarse en activos productivos. Asimismo, se deben centralizar gastos, abrir líneas de crédito y concentrar las inversiones en mejorar la productividad”, aconseja Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.
Fuente: Cronista

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