Los medios hegemónicos ahora se aferran a la represión en Libia para poder atacar al gobierno
Publicado el 28 de Febrero de 2011Tras años de titulares comparando a Néstor Kirchner con Hugo Chávez, y con la crisis egipcia como herramientapara agitar el fantasma de 2001, ahora la nueva movida es destacar el presunto “silencio” argentino por Khadafi.
Luego de la obsesión de los medios hegemónicos por ligar a Néstor Kirchner con Hugo Chávez, a Venezuela con la Argentina, y después del intento (aún vigente) de instalación de un conflicto desproporcionado con los Estados Unidos, y de traer el fantasma de la crisis de 2001 al presente, usando como herramienta discursiva la debacle de Egipto, ayer pusieron en marcha una operación mediática de “tercera generación”: el supuesto apoyo del gobierno a regímenes autoritarios como el de Libia, tratando de establecer un nuevo paralelismo entre la administración democrática argentina del FPV con una dictadura.
Con respecto al posible asilo de Khadafi en Venezuela, La Nación a través de Mariano Grondona, en la página 25 no sólo insinúa complicidad gubernamental en el silencio a la condena al líder libio, sino que lo acusa de asumir posiciones dictatoriales: “Aunque teóricamente neutral, pero en los hechos ultrakirchnerista, nuestra agencia Télam mostró la hilacha en estos días al ignorar olímpicamente lo que le pasaba a Khadafi. De ahí que una pregunta se vuelva urgente: ¿cuán dictatorial, cuán chavista, es la herencia de los Kirchner?”
Es paradójico que un periodista que durante años reivindicó la intervención militar en la democracia argentina, que intervino en las internas facciosas de los hombres de armas en la década de 1960 –Grondona es autor del “Comunicado 150”, proclama del sector Azul de las FF AA, encabezadas por el futuro dictador Juan Carlos Onganía– y que contribuyó a demoler ante la opinión pública el gobierno del radical Arturo Illia (finalmente derrocado en 1966) en las revistas Primera Plana y Confirmado, entre otras, comience a agitar el fantasma de una posible dictadura en plena democracia.
Perfil también abona esta línea. En la página 28, titula: “El silencio de Cristina no tiene causas económicas”, y remarca en volanta y bajada: “Por qué Argentina no condena a Libia. El intercambio entre Buenos Aires y Trípoli se impulsó en el kirchnerismo y arroja una balanza favorable (…) Simpáticas políticas que pesan.”
LA NACIÓN Y LA DEFENSA DEL MONOPOLIO CLARÍN. El diario de Mitre, salió en su edición de ayer a la defensa del Grupo Clarín por partida doble: en primer lugar, en editorial de la página 24, critica “el combate contra los monopolios” que lleva adelante el gobierno. “En la lógica kirchnerista, los poderes concentrados dejan de ser tales cuando caen en manos de amigos del Gobierno”, enfatiza el diario de Mitre.
Según esta óptica, el Grupo Clarín pasa a ser un monopolio casi “perseguido injustamente”. Vuelve a denostar falazmente la Ley de Medios de la Democracia: “La derrota electoral de 2009 (…) los llevó a promover, con la excusa de desregular los medios de comunicación, una ley que suprime los derechos de los concesionarios de radio y TV sobre sus licencias…” Además, en la página 4 del suplemento de Economía defienden a una de las empresas del Grupo Clarín, Fibertel: “El Gobierno admite que el mercado necesita Fibertel”, titula. “Un documento oficial dice que es la única competencia contra Telefónica y Telecom”. El documento no menciona lo titulado por La Nación
Luego de la obsesión de los medios hegemónicos por ligar a Néstor Kirchner con Hugo Chávez, a Venezuela con la Argentina, y después del intento (aún vigente) de instalación de un conflicto desproporcionado con los Estados Unidos, y de traer el fantasma de la crisis de 2001 al presente, usando como herramienta discursiva la debacle de Egipto, ayer pusieron en marcha una operación mediática de “tercera generación”: el supuesto apoyo del gobierno a regímenes autoritarios como el de Libia, tratando de establecer un nuevo paralelismo entre la administración democrática argentina del FPV con una dictadura.
Con respecto al posible asilo de Khadafi en Venezuela, La Nación a través de Mariano Grondona, en la página 25 no sólo insinúa complicidad gubernamental en el silencio a la condena al líder libio, sino que lo acusa de asumir posiciones dictatoriales: “Aunque teóricamente neutral, pero en los hechos ultrakirchnerista, nuestra agencia Télam mostró la hilacha en estos días al ignorar olímpicamente lo que le pasaba a Khadafi. De ahí que una pregunta se vuelva urgente: ¿cuán dictatorial, cuán chavista, es la herencia de los Kirchner?”
Es paradójico que un periodista que durante años reivindicó la intervención militar en la democracia argentina, que intervino en las internas facciosas de los hombres de armas en la década de 1960 –Grondona es autor del “Comunicado 150”, proclama del sector Azul de las FF AA, encabezadas por el futuro dictador Juan Carlos Onganía– y que contribuyó a demoler ante la opinión pública el gobierno del radical Arturo Illia (finalmente derrocado en 1966) en las revistas Primera Plana y Confirmado, entre otras, comience a agitar el fantasma de una posible dictadura en plena democracia.
Perfil también abona esta línea. En la página 28, titula: “El silencio de Cristina no tiene causas económicas”, y remarca en volanta y bajada: “Por qué Argentina no condena a Libia. El intercambio entre Buenos Aires y Trípoli se impulsó en el kirchnerismo y arroja una balanza favorable (…) Simpáticas políticas que pesan.”
LA NACIÓN Y LA DEFENSA DEL MONOPOLIO CLARÍN. El diario de Mitre, salió en su edición de ayer a la defensa del Grupo Clarín por partida doble: en primer lugar, en editorial de la página 24, critica “el combate contra los monopolios” que lleva adelante el gobierno. “En la lógica kirchnerista, los poderes concentrados dejan de ser tales cuando caen en manos de amigos del Gobierno”, enfatiza el diario de Mitre.
Según esta óptica, el Grupo Clarín pasa a ser un monopolio casi “perseguido injustamente”. Vuelve a denostar falazmente la Ley de Medios de la Democracia: “La derrota electoral de 2009 (…) los llevó a promover, con la excusa de desregular los medios de comunicación, una ley que suprime los derechos de los concesionarios de radio y TV sobre sus licencias…” Además, en la página 4 del suplemento de Economía defienden a una de las empresas del Grupo Clarín, Fibertel: “El Gobierno admite que el mercado necesita Fibertel”, titula. “Un documento oficial dice que es la única competencia contra Telefónica y Telecom”. El documento no menciona lo titulado por La Nación
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