En cinco meses realizaron casi 250 mil sanciones
Las diez cámaras que más multas registran por exceso de velocidad
Dónde están los radares fijos más temibles para los automovilistas. Sólo una decena de éstos realiza el 30 por ciento del total de las infracciones.
Fotomultas. Para los conductores son una maniobra recaudatoria del Gobierno. En cambio las ONG apoyan la instalación de radares.
De las casi 900 mil fotomultas que se realizaron en territorio porteño hasta el 31 de mayo de este año, unas 248.804 –casi el 30 por ciento– corresponden a las diez cámaras fijas que más disparos realizan mensualmente.Los más temibles cinemómetros –así se denominan estos aparatos que, mediante una luz infrarroja, detectan la velocidad de un automóvil en cuestión de décimas de segundo– están dispuestos en aquellos lugares de la Ciudad donde las autoridades porteñas estiman que son proclives a registrar accidentes, o donde están dadas las condiciones para que los conductores puedan sobrepasar con mayor facilidad los límites de velocidad permitidos.
En efecto, estas lentes se ubican principalmente sobre avenidas como Figueroa Alcorta, Díaz Vélez, Belgrano, Triunvirato y 27 de Febrero, pero también sobre calles, como Galván, en la zona de Saavedra.
Justamente esta última es la que representa el mayor ingreso de dinero a las arcas de la Ciudad, y también de reclamos por parte de los automovilistas. Se trata de la cámara ubicada sobre Galván, en el tramo que va entre Crisólogo Larralde y la calle Flor del Aire. Entre enero y octubre de este año, ese cinemómetro emitió nada menos que 97.081 imágenes –de vehículos que excedían los 40 km/h permitidos–, según datos que maneja la Subsecretaría de Tránsito y Transporte porteña.
Polémica. Gabriel es vecino de Saavedra y opina que la velocidad permitida sobre Galván resulta “irrisoria”. “El asfalto está impecable, es una vía de salida hacia General Paz y, de noche y con onda verde, es difícil circular a esa velocidad. Además, a esa altura la calle es casi desértica”, agrega en referencia a los casi 26 mil m2 que ocupa El Clú, un complejo con canchas de tenis que en horario nocturno luce desolado.
Pese a las quejas de quienes transitan por la zona a menudo, desde el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) defienden la ubicación de las cámaras. Al respecto, su gerente general, Fabián Pons, opina: “Las cámaras no están instaladas para recaudar. Si todo el mundo respetara las normas de tránsito, las cámaras no recaudarían. Si hay alguien que infringe las normas y con ese sistema se lo puede detectar, no es que haya intenciones recaudatorias sino que existe gente que no respeta las normas de convivencia”, señala.
Otra de las cámaras que más infractores detecta es la que sanciona a aquellos automovilistas que no respetan el cartel que advierte la baja en la velocidad máxima –de 60 a 40 km/h– que hay sobre la avenida Díaz Vélez, entre Billinghurst y Sánchez de Bustamante. Ese radar arrojó 92.450 fotografías en estos primeros nueve meses del año.
Sobre la avenida Figueroa Alcorta, entre Sarmiento y La Pampa, se ha dispuesto una serie de tres cinemómetros que, según los datos actualizados hacia fines de septiembre, en lo que va del año multaron a 100.403 automovilistas. Sobre esta vía, la velocidad varía entre los 60 y 70 km/h. Una de estas cámaras, la que está justo debajo del puente del ferrocarril, antes de llegar a Dorrego, admitía hasta mediados de agosto de 2010 una máxima de 40 km/h. Pero ese valor fue elevado a 60 km/h debido a que los automovilistas debían hacer maniobras difíciles y a veces peligrosas para bajar la velocidad.
Aunque las cámaras dispuestas sobre calles, avenidas y autopistas de la Ciudad son más de cuarenta, para Alberto Silveyra, presidente de la ONG Luchemos por la Vida, todavía resultan insuficientes: “Recién cuando todos los automovilistas estén convencidos de que en cualquier momento una cámara puede sorprenderlos por la velocidad o por una violación de un semáforo, se va a producir un cambio sustancial en los hábitos de conducción”.
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