“No entiendo esto de crecer mostrando una novia, Insaurralde nunca está para trabajar”
Felipe Solá compara a Amado Boudou con Héctor Cámpora. “Cuando fue llamado a indagatoria, Boudou no pidió despojarse de los fueros y pienso que tampoco lo va a hacer ahora que está procesado”. El diputado nacional que volverá a pelear por la gobernación de Buenos Aires en 2015 dice que en 1951, cuando era presidente de la Cámara de Diputados, Cámpora pidió su desafuero para que la Justicia avance en una causa en la que se lo investigaba. “Recién cuando fue absuelto, reasumió sus funciones”, agrega y anuncia que el Frente Renovador de Sergio Massa impulsará el juicio político del vicepresidente.
En la era del recambio generacional que anuncia Massa, Solá quiere volver a gobernar la provincia que representa el 38 % del padrón nacional. Después de haber atravesado el fuego del menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo, afirma que el ex intendente de Tigre es el “más inteligente, el más rápido y el más apto” para conducir y destaca que tiene una templanza que lo mantiene a salvo de cualquier subibaja. Además, habla del rol de Clarín en la política que viene, de la necesidad de ponerle límite a la sojización que se inició durante su gestión en Agricultura y responde sobre el crimen de Kosteki y Santillán, a 12 años de la masacre del Puente Pueyrredón.
¿Por qué se decidió a ser candidato otra vez en la provincia?
Por una suma de razones. En primer lugar, yo conozco la provincia, sé que tengo muchos defectos pero tengo una gran pasión por la conducción del Estado, he trabajado duro y la provincia necesita que se vuelva a trabajar muy duro. No tendría que empezar a estudiar temas cuando llegara, sino que iría directamente al grano. En el Frente Renovador, los que aspiran son más nuevos, menos conocidos. Puede ser que me superen, habrá que ver.
¿Fue un deseo suyo o una decisión de Massa?
La mayoría de los hombres que conducen, contra lo que se cree, toman lo que hay. No pueden ordenar permanentemente cada movimiento y acompañan el galope. Un director técnico hace lo mismo, salvo que haga falta corregir algo grave. Fue una idea mía.
Usted dijo que iba a ser funcional al proyecto del Frente Renovador y estaba dispuesto a ubicarse en otro lugar.
Tenemos un proyecto presidencial. No tengo un proyecto personal en este momento, tengo un proyecto de conjunto. Además, ser gobernador de la provincia más grande del país sin tener alta empatía con el presidente es casi imposible. Buenos Aires está en una trampa estructural desde lo fiscal, amén de que ha sido muy mal administrada. En una situación de endeudamiento, con un Estado postrado, deteriorada en los servicios esenciales.
"La mayoría de los hombres que conducen, contra lo que se cree, toman lo que hay. No pueden ordenar permanentemente cada movimiento y acompañan el galope."
¿No es una provincia inviable más allá de quién gobierne? Con este esquema, con esta coparticipación, con esta población.
Tiene dos problemas muy diferentes. El primero es que tiene que vivir con alrededor de 2 mil pesos por habitante por año, cuando provincias como Tierra del Fuego tienen 14 mil. Está muy abajo del promedio de la Argentina y se ve obligada a tener una presión fiscal muy superior sobre la producción y el comercio. Tiene que ser muy bien administrada para que el agua no desborde. Scioli busca endeudarse para pagar gasto corriente y está pendiente del conflicto con los holdouts. El segundo problema es que sus gobernadores en general han querido ser presidentes y la usan como trampolín. Entonces, se dedican pero no mucho. Se han dedicado más a la promoción y a encabezar una liga de gobernadores que ha defender la provincia.
El poder del Conurbano
En su manejo del poder desde la provincia de Buenos Aires, ¿el kirchnerismo ha sido una continuidad del duhaldismo?
No, yo creo que el duhaldismo fue la creación del poder del Conurbano unida a una actitud amistosa hacia las provincias, una especie de liga federal donde lo más importante era el Conurbano. El kirchnerismo en cambio es el partido del poder, que necesita obviamente al Conurbano por sus millones de votos. Pero va por el poder en todos lados. Es fuertemente centralista, y su atractivo está en el poder mismo, no en su ideología. Por eso, puede haber un radical K, un conservador K, un socialista K, un trotskista K y algunos peronistas K. Es el partido de la caja. Los dos descansan en barones, del Conurbano, pero también del NOA y el NEA.
"Duhalde creó el aparato de poder del Conurbano, es uno de sus logros políticos importantes. Pero no lo pudo usar. Lo usó primero Menem y después Kirchner."
¿El massismo no nace de esa autonomía que Kirchner le concede a los municipios, puenteando gobernadores?
Kirchner suma intendentes a su conducción personal pero les da cero autonomía. No tenían influencia en Kirchner. Duhalde creó el aparato de poder del Conurbano, es uno de sus logros políticos importantes. Pero no lo pudo usar. Lo usó primero Menem y después Kirchner. Hoy el poder de la caja es extorsivo y está agotado. El massismo le dice a los intendentes que tienen poder propio. Lo que viene es un poder basado en la descentralización y el prestigio.
Manual de conducción política
Después de haber sido parte del menemismo y del kirchnerismo ¿en qué cree que coinciden?
En que han sido populares, en que han usado la leyenda y la convicción peronista en la necesidad de la conducción. La teoría de la conducción ha permitido que el conjunto del peronismo primero –y del pueblo después- aceptara un conductor. Muy distintos, para cosas distintas, pero la conducción está en la base de sus liderazgos. En Alfonsín, era la teoría de la conducción del partido.
¿Qué es lo que cree que va a quedar del período kirchnerista, lo que no tiene vuelta atrás?
La argentinización del manejo de la economía, el temor al endeudamiento, la perdida rigurosidad fiscal y la carga tributaria. Es un Estado que se basa en un 40 por ciento de presión tributaria.
¿Eso también sobrevive?
Si, aunque aflojemos la carga tributaria el Estado –que no debe ser gordo ni estar lleno de militantes- tiene que ser muy importante. Porque vamos a convivir durante muchos años con pobreza, delincuencia, droga, marginalidad, falta de sentido de la vida para muchos jóvenes y una lucha desigual por la vida en las grandes ciudades. Por eso, vamos a necesitar un Estado muy importante.
"Massa eligió el año pasado algo que algunos estábamos buscando hace mucho tiempo: el discurso del medio, que se alejaba de los fanatismos."
¿Por qué una generación de políticos como usted Reutemann, Das Neves o De la Sota ahora apuestan por Massa?
Massa eligió el año pasado algo que algunos estábamos buscando hace mucho tiempo: el discurso del medio, que se alejaba de los fanatismos. Acá hubo algo importante que se llamó kirchnerismo, de Kirchner. Todo lo importante pasó con Kirchner, sobre todo con Kirchner presidente. Después los errores fueron imposibles de mitigar. Massa lo admite. Vemos que ocuparse de los pobres es importantísimo: yo creo que se han ocupado mucho de los pobres y que lo han hecho mal y que, después de tantos años, el saldo es malo. Kirchner tuvo un liderazgo que no se basaba en un buen asesor de vestuario o un buen imitador en televisión. Massa vuelve a un peronismo de resolver los problemas de la esquina antes de llamarlo a la gran épica. A lo mejor no le ponemos Juana Azurduy a la calle…
¿Cómo evalúa ahora la alianza que conformó con Macri y De Narváez en 2009 y le gana a Kirchner?
Como un error. Todo lo que no dura es producto de un error. Era una buena lectura de la realidad de la calle de la provincia de Buenos Aires y fue aprovechar esa oportunidad para alguien echado del kirchnerismo como yo para evidenciar esa situación. De los errores se aprende. Estaba partido antes de las elecciones ya. Enseguida me di cuenta de que no iban a cumplir con nada de lo acordado.
La foto con Magnetto
¿Qué quiere decir la foto de Daniel Scioli con Héctor Magnetto en el encuentro del MALBA del que usted también participó?
Scioli se saca una foto con Magnetto y sale corriendo. No se anima. Existe una trampa que es la fugacidad. Se abusa del mensaje a través de la foto y el resultado es una gran confusión. Conozco un aspirante a presidente de la Argentina que dice no importa lo que diga el texto de un diario, lo que importa es cómo estuve en la foto.
"Scioli se saca una foto con Magnetto y sale corriendo. No se anima. Existe una trampa que es la fugacidad."
Esa otra imagen en la que estaban Massa, Binner, Sanz y Alfonsín entre muchos otros fue a pedir de Clarín, pero también a pedir del kirchnerismo.
A mí me convocó Clarín y si me llama La Cámpora a integrar un panel en una conferencia, y lo hacen con respeto, voy a ir. Me importa un rábano con quién me saco una foto.
¿Qué saldo quedó después del conflicto por la Ley de Medios?
Un saldo ambiguo. Lo malo es la obsesión de un gobierno contra un medio, que es un supermedio: Una especie de vicio de querer adjudicarle todo lo malo, que agota. Pero hay también una derrota de Clarín en el sentido de que lo obliga a entrar en batalla y salir del lugar de la norma. Hay una aceptación en la gente de que los medios tienen opinión, que están partidos en dos y que es muy difícil que un medio no tenga detrás una fuerza que tira para un lado o para otro. Eso no es bueno pero es así en la Argentina de hoy. El segundo tema es la independencia de la política, que es un tema mayor. Debemos admitir que la política se ha achicado y sigue bajo el foco acusador de la sociedad. No se ha podido levantar del 2001 en adelante la vida de los partidos más allá de que hubo buenos períodos.
¿Coincide con los que dicen que el 2001 todavía está vigente en alguna medida?
Tiene una residualidad importante. Los medios traducen todavía un desprecio por la política que señala y dice ellos han fracasado, no tanto los periodistas, pero si los medios. Además, todavía hay gente que cree que sólo se puede hacer política haciendo denuncias fuertísimas cotidianamente que liman. La denuncia como método de acción política es lo más grave. Tal vez no sea mejor yo, el mejor político para estos años.
“Esto de crecer mostrando a una novia, de buscar la notoriedad televisiva. Si Insaurralde quiere venir que venga. Nunca viene a trabajar y no está en ninguna comisión.”
¿Por qué lo dice?
Porque son años de fugacidad, de crecer mostrando una novia que está en el ambiente artístico, de buscar a toda costa la notoriedad televisiva, de buscar la masividad de una manera obsesiva. Si Insaurralde quiere venir al Frente Renovador que venga, es tan distinto a mí que quiero que venga: nunca viene a trabajar y no está en ninguna comisión.
Massa, que también busca la masividad a toda cosa, parece obsesionado con Insaurralde y lo quiere sumar.
No me consta.
El campo y el kirchnerismo
¿Cómo ve desde hoy su rol en la transformación que se dio en el campo a partir de 1996, con la siembra directa, el glifosato y el monocultivo de soja?
Yo fui parte de una escuela productivista agraria que lideraron Armando Palau y Martín Piñeiro, pero cuando fui secretario de Agricultura teníamos un modelo muy duro para la exportación -el 1 a 1- y precios internacionales muy bajos. La soja estaba en 200 dólares. Aunque no teníamos retenciones, se puso muy difícil ser productor agropecuario. Antes de la siembra directa, en el 94, el productor capitalista comenzó a reaccionar y a incorporar tecnología, pero para sobrevivir. La siembra se combinó con la soja transgénica y se amplió el área sembrada de soja con el glifosato. Hubo una explosión de productividad que tuvo efectos deletéreos en algún sentido. Salieron de la producción muchos pero no salieron con las manos vacías. Muchos se convirtieron en rentistas y hubo una valorización de la tierra muy alta.
El Estado se convirtió en promotor de negocios privados.
No, el Estado puso a disposición de los privados una tecnología que antes era solamente pensada desde las grandes multinacionales privadas. Después de eso tenía que seguir la política agropecuaria. Me fui hace 16 años. No hubo ninguna política para evitar que fuera todo soja, que no hubiera más maíz, que no talaran bosques nativos. No hubo límites a la soja ni a la pulverización con glifosato aunque es uno de los herbicidas más leves. Pero si le echan glifosato a un barrio porque la soja llega hasta la esquina del barrio, la culpa es de quién lo permite.
¿Que Menem haya desactivado la Junta Nacional de Granos no dejó al Estado en un lugar de socio bobo?
Sin Junta Nacional de Granos, el Estado interviene muchísimo y mal en el negocio agropecuario. La leche, la pesca, la ganadería, el maíz, las economías regionales. En el caso de la soja, nadie protesta porque vale mucho y deja 8 mil millones de dólares por año de ingreso fiscal.
¿Qué quiso hacer el kirchnerismo con la resolución 125 de Martín Lousteau?
Eligió no negociar. Unió al interior agropecuario, todos los que viven de lo rural, más allá de la soja. Creó un sentimiento antiagrario y del otro lado un sentimiento agrario y lo llevó al extremo. Hay un tema para los sociólogos: ¿por qué después de la derrota de 2008, 2009, nace la militancia juvenil? Para mí, la mayoría de los argentinos urbanos tiene una reacción al principio en contra pero después valora algo del kirchnerismo, una actitud de firmeza, algo valora. Ahora otra vez el kirchnerismo mira para otro lado porque la soja es un negocio.
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