domingo, 4 de noviembre de 2012

LA VISION DE PERFIL SOBRE EL 8N

cuatro dias del cacerolazo en el obelisco

El movimiento del 8N se politiza y ya hay internas sobre qué hacer el 7D

La protesta deja de ser espontánea y para el jueves hay una gran organización. No descartan marchar de nuevo en diciembre. Macri dijo ayer que el 8N “nos representa como argentinos”.

Por Gabriel Ziblat
04/11/12 - 12:50
El movimiento del 8N se politiza y ya hay internas sobre qué hacer el 7DPro 8N. La creatividad en los afiches de la web no descansó. Desde las distintas consignas de la convocatoria al cacerolazo hasta ilustraciones épicas similares a las usadas por el kirchnerismo. El merchandising de remeras se cotiza a $ 40 cada una y las hay con diversas inscripciones afines.
13S, 8N, 7D, son tres fechas que vienen marcando el pulso político del país. Y no son independientes una de la otra. Los “organizadores” del cacerolazo ya se ilusionan con convocar el próximo jueves (8 de noviembre) al Obelisco a más gente que la que se movilizó el 13 de septiembre. Pero de todas formas, la mira ya la tienen puesta también en la siguiente estación: el 7D, fecha que el Gobierno estableció como bisagra en su guerra con el Grupo Clarín.
La escenografía, de cara al próximo cacerolazo, muestra un panorama mucho más politizado que el 13S, donde lo que se destacó fue la espontaneidad. Eran pocos los que se imaginaban la masividad que finalmente tendría, lo que sorprendió no sólo al oficialismo, sino también a la oposición. Al 8N, en cambio, se llega con los diversos actores más preparados: los opositores apoyando, aunque algunos marcando distancia; el oficialismo intentando minimizarla y desprestigiarla; y los organizadores ya teniendo rencillas internas, acercamientos a dirigentes políticos y dudando sobre cómo debe continuarse tras el 8N.
La coincidencia entre una eventual nueva convocatoria y el 7D se convierte en un condimento más que aporta a la politización. Sin embargo, los impulsores de la convocatoria, que decidieron no figurar en los medios con nombre y apellido hasta el 8N, insisten en que sus cañones están puestos en el cacerolazo, en el cual volverán a levantar las banderas de “respeto por la Constitución”, “Justicia independiente”, “libertad de expresión”, sumados a los reclamos por la inseguridad, la corrupción y la falta de libertades (sobre todo por el cepo al dólar).
Siete De. PERFIL dialogó con tres de los promotores del cacerolazo, que rechazan del mote de organizadores. Los tres inicialmente coincidieron en resaltar que la energía está puesta en el próximo jueves, aunque también reconocieron que el escenario que se abre el día después puede ser complicado, por el peso que va a ejercer el factor 7D.
“Como viene la mano, va a ser un despelote”, se sinceró un joven que ya se entusiasmó con avanzar más pasos en el mundo de la política. “No se habla del tema hasta el 9N, pero la discusión va a pasar por otro nivel, estratégico y complejo. Y calculo que nos vamos a fraccionar en distintas jugadas”, confesó.
Una de las mujeres que está trabajando activamente en la convocatoria cree que después del 8N los “van a volver más locos que el 14S, hasta que no tiremos una fecha”. Evitando precipitarse, consideró “un error estratégico pisar marchas”, aunque reconoció que en las redes sociales ya vio gente que propone ir a Canal 13 el 7D y otros que quieren volver a movilizarse el 10 de diciembre. Algunos, incluso, quieren convertir al cacerolazo en paro o hacer tomas pacíficas de ciertos espacios. En YouTube ya hay un video de un grupo de Facebook, que se creó en septiembre y que tiene apenas 64 seguidores, que ya convoca a una marcha el 6D: “No es a favor de Clarín, es a favor de la libertad de expresión”, afirma el llamativo trabajo, que busca anticiparse en el debate.
Otro de los denominados “organizadores” aseveró que en su cabeza “sólo está el 8N, el 7D viene después”. “Tienen vinculación, pero son eventos distintos. Para decirlo en términos bélicos y estratégicos, es otra batalla dentro de la guerra”, definió. Además, describió que “el tema convoca porque la mayoría ve el avance sobre el grupo, como un avance sobre la libertad de expresión”.
Internas. La politización del fenómeno comenzó a generar tensiones entre los diversos grupos que se arrogan la organización de los cacerolazos. La aparición en los medios fue lo primero que generó celos, ya que algunos quedaron afuera y otros, que prefieren el anonimato, acusan a los “mediáticos” de querer capitalizar políticamente.
La política, propiamente dicha, ya metió la cola. El acercamiento a diferentes fuerzas de la oposición también empezó a lastimar una relación que al principio parecía inocente. Están los que se acercan al PRO, a Patricia Bullrich o a Elisa Carrió, entre otros. También están los que vienen activando desde el conflicto con el campo y los que todavía hoy se declaran independientes.
De cara al 8N, uno de los temas que generó mayores discusiones fue la utilización de globos aerostáticos, muy comunes en los actos políticos. Varias agrupaciones decidieron llevar los suyos al Obelisco, algunos con su logo, otros simplemente con consignas políticas. Otros grupos, que reniegan de que haya identificaciones (algunos incluso tendrán su propia remera), estallaron de bronca.

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