lunes, 17 de febrero de 2014

nadie la quiere pero la ponen igual

Cargos

Rojkés seguiría al frente del Senado

La senadora tucumana retendrá la presidencia provisional; vetan a Zamora
Por   | LA NACION
La presidencia provisional del Senado, segundo escalón en la línea sucesoria presidencial cuyo ocupante se definirá el último día de este mes, sigue dando que hablar en la Cámara alta. En medio de una guerra de nervios y versiones cruzadas, en los últimos días comenzó a cobrar fuerza la idea de que la controvertida oficialista Beatriz Rojkés de Alperovich(Tucumán) continuará en el cargo por un año más.
La ratificación en el cargo de la esposa del gobernador José Alperovich sería la salida que le permitiría a la Casa Rosada saldar el fuerte debate interno que se generó entre el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, y el bloque de senadores oficialistas, que estuvo a punto de convertirse en una rebelión.
Es que Zannini impulsa el nombre de Gerardo Zamora -gobernador de Santiago del Estero hasta diciembre pasado, cuando se convirtió en senador- para ocupar ese sitial. La sola mención del nombre del santiagueño provocó la reacción de varios legisladores kirchneristas que ven en el ex mandatario a un "radical". Es decir, a un hombre que no es considerado como propio por el peronismo.
La misma postura había adoptado un grupo de gobernadores peronistas que, preocupados por la situación judicial del vicepresidente Amado Boudou y el empeoramiento de la situación económica, pretendían que ese cargo quedara en manos de un hombre del partido ante la eventualidad de que la situación pudiera derivar en una crisis institucional. Zamora, a gusto de estos mandatarios oficialistas, no cumple con ese requisito por su origen radical.
Lo paradójico del caso es que el nombre del ahora senador por Santiago del Estero también generó el rechazo de la UCR, anunciado oficialmente por el jefe de esa bancada, Gerardo Morales (Jujuy). Para ellos, Zamora es un "traidor" al partido desde el momento en que fue elegido gobernador y se alineó sin cortapisas con el kirchnerismo.
Si bien no lo hicieron público, el radicalismo tiene pensado abandonar el recinto para no votarlo en el caso de que postulen a Zamora.
En este escenario, y a pesar de que el Poder Ejecutivo parece dispuesto a mantener cerrado el Congreso durante febrero, no convocaría a sesiones extraordinarias para evitar que la oposición use los recintos como cajas de resonancia de sus críticas, el Senado se convirtió en eje de una polémica que arrancó en diciembre último, cuando comenzó a circular la versión del acuerdo Zannini-Zamora, y que volvió a tomar vuelo hace 10 días.
Según las versiones que circularon la semana pasada, el candidato del PJ para la presidencia provisional era Miguel Pichetto (Río Negro), jefe de la bancada oficialista. El rionegrino negó rotundamente que ésa fuera la intención y, como suele ser su costumbre en momentos críticos -como ocurrió con el debate del ascenso del jefe del Ejército, César Milani-, apeló al verticalismo y reivindicó la potestad de la Presidenta de elegir a una persona de su confianza para ocupar los casilleros legislativos de la línea sucesoria presidencial.

MENSAJE

En el kirchnerismo aseguran que la pretensión de imponer a Zamora como presidente provisional llegó al bloque "por los diarios", que nunca hubo una comunicación ni una señal de Cristina Kirchner.
Sin embargo, la polémica existió. "Los senadores nos hicieron llegar el mensaje", confió una fuente de la Casa Rosada sobre la impugnación a Zamora del bloque oficialista. Según pudo saber LA NACION, uno de los canales usados para transmitir el descontento fue el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien fue senador y tiene buena relación con varios de los miembros de la bancada kirchnerista de la Cámara alta. "Zamora no pasa, no tiene los votos", fue el mensaje.
Vetado el nombre de Zamora y descartada, por ahora, la posibilidad de que el PJ imponga a un hombre propio, la balanza podría terminar equilibrada con el mantenimiento del statu quo, es decir, la continuidad de Rojkés de Alperovich, a pesar de que sus propios colegas reconocen la poca sustancia política de la tucumana para ocupar el cargo, en el que ya lleva dos años.
La palabra final la tendrá la Presidenta y, como viene ocurriendo desde que asumió el poder, en 2007, recién develará la incógnita pocas horas antes de la sesión preparatoria prevista para el próximo 28, día en el que el Senado elegirá elegir a su nuevo presidente provisional

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