lunes, 23 de junio de 2014

Por Rubén Rabanal.- Guerra con buitres deja ganadores y ya cobra víctimas

Por Rubén Rabanal.-

Guerra con buitres deja ganadores y ya cobra víctimas

Por: Rubén Rabanal


Cristina de Kirchner
La decisión de Cristina de Kirchner de blanquear el viernes pasado el inicio de una negociación con los abogados del fondo NML Capital en el juzgado deThomas Griesa en Nueva York le dio un aire a la política, esperado en casi todos los frentes.

La primera beneficiada fue la propia Presidente. En esto no hay duda: si la negociación llega a un final decoroso, no sólo despejará el camino hacia el final de su presidencia, cuando lo contrario anticipaba pesadillas imprevisibles, agravadas por los problemas crónicos de la economía local. También podrá gozar de los beneficios del despegue que mostrarán los mercados (castigados y deprimidos en precios y no sólo por el pronunciamiento de la Corte de Washington). 

Un hecho nuevo marcó también que la decisión presidencial se tomó, más allá de la realidad de la situación, asumiendo costos que en otras ocasiones no se mostraron con tanta evidencia. En los días de silencio presidencial frente a una posible negociación con los holdouts y mientras el kirchnerismo ultra seguía alimentando la resistencia al buitre, hasta los candidatos más K de la estantería oficial no dejaban de afirmar en los medios que la única solución pasaba por dialogar y pagar. 

Los giros en el discurso no suelen ser un límite difícil para el kirchnerismo; tampoco lo fueron esta vez. Por eso ahora, pasado el blanqueo de la Presidente de una negociación con los holdouts que es y fue siempre el único camino para evitar el desastre de otro default, en el kirchnerismo (sin haber pasado siquiera por duelo alguno) ya contabilizan las ganancias que dejará la normalización de las relaciones financieras con el mundo, sobre todo en materia de colocaciones del país en el exterior. Pasaron así de la epopeya del desendeudamieto a la pasión por poder endeudarse barato, cubrir los baches y recuperar la iniciativa con el sueño de poder decidir sobre la sucesión el año que viene.

El kirchnerismo militante, ese al que organizan con cánticos en patios o actos, está lejos de esas sutilezas y sólo acata. A veces al límite de lo indescriptible. Sucedió, por ejemplo, el viernes en el acto por el Día de la Bandera en Rosario: cuando el gobernador Antonio Bonfatti pidió unidad, diálogo y transparencia política para negociar en"función de los intereses del país", recibió un baño de silvatina oficial.

Minutos después Cristina de Kirchner anunció que se negociaría con los fondos buitre garantizando que"nosotros queremos cumplir con el 100% de los acreedores" y se retiró en medio de una ovación. Habrá triunfo político para la Presidente si se acuerda la forma de pago con los fondos buitre, pero con costos y sin asegurarle cambios en el camino hacia 2015.

El segundo ganador en esta historia será, sin dudas, Daniel Scioli. El gobernador ensayó en este tema uno de sus clásicos giros independentistas, quizás más determinante que en otras ocasiones, pero con la clásica mesura. Desde el primer día del conflicto tras el pronunciamiento de la Corte Suprema, Scioli afirmó que se debía negociar y pagar. De hecho, fue el primero en hablar de un mix de bonos y algo de efectivo para convencer. 

Lo de Scioli no era sólo un problema de diferenciarse frente al público por posicionamiento de candidaturas, sino un guiño de responsabilidad frente al resto del peronismo. Sabía el gobernador que interpretaba así a casi la totalidad del peronismo, no el que anida en la Casa Rosada sino el de los gobernadores, el eterno. De hecho hasta Sergio Urribarri habló de la necesidad de evitar un default y tentar caminos para una negociación.

Scioli y el resto de los gobernadores ganan con la negociación que continuará en Nueva York también por la subsistencia financiera de sus gobiernos. Tras el fallo de la Corte en Washington, Mendoza dio su primera alerta al suspender una colocación, y Mauricio Macri, tras un intento de alardear coraje, debió también reconocer que sus aspiraciones de colocar un nuevo bono quedaban limitadas a la coyuntura.

Sergio Massa eligió caminos distintos y de ahí que su cosecha frente a la decisión de avanzar en la negociación sea más difícil de evaluar. Massa siempre sostuvo la necesidad de negociar y pagar a buitres con una emisión de bonos, camino similar al que llevan las ofertas que se preparan para poner sobre la mesa en Nueva York. Pero no gustó su idea de pedir una Comisión Bicameral especial en el Congreso para analizar la situación. Esas comisiones nunca son bien vistas en cuanto a su efectividad.

Dentro de UNEN, Ernesto SanzJulio Cobos y Elisa Carrió se anotaron un triunfo en la interna con la aceptación de Cristina de Kirchner de una negociación para regularizar la situación de la deuda con los holdouts. TambiénHermes Binner se alineó en esa fila.

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