Los candidatos apuestan a la cumbia para llegar a la gente
Tres postulantes a gobernador ya tienen su jingle de promoción. El analista Horacio Robustelli asegura que eso no hace ganar una elección y que lo que se vio hasta ahora es “bastante light”
Desde hace unos años las estrategias electorales posaron sus oídos en la cumbia para promocionar a los diferentes candidatos. Entre los ejemplos más recordados están Los Palmeras, con Menem Parrandero (2003); Grupo Lira’s con El Lole Senador (2009). Sin embargo, lo que parecía ejemplos aislados se transformó en una moda para las próximas elecciones a gobernador. La semana pasada comenzaron a sonar con fuerza las canciones de tres precandidatos como Ricardo Spinozzi, Oscar Martínez y Antonio Bonfatti, que se pueden escuchar en www.unosantafe.com.ar.
Al respecto, Diario UNO dialogó con el analista político y docente de la cátedra Publicidad y Propaganda Política de la Universidad Nacional de Entre Ríos, Horacio Robustelli, quien dijo: “Creo que un tema musical no modifica las mediciones de un candidato. Pero es un elemento que se fue tomando, sobre todo desde la famosa cumbia de (Carlos) Reutemann. Sí tiene mucha aceptación en algunos sectores populares y reafirma la imagen del candidato, si es que está instalado en la sociedad”.
“Pero si le ponemos cumbia a un candidato que tiene otro perfil –advirtió–, eso se puede tomar con liviandad por una parte del electorado que tiene una imagen diferente del candidato en función de su gestión anterior, de su seriedad, de su imagen física misma”.
“Sería ilógico verlo a Binner bailando una cumbia, más allá de que lo puede hacer. Pero no es el estilo de Binner, como tampoco es el estilo de otros candidatos del justicialismo. No lo veo a Mercier bailando un tango o una cumbia”, agregó.
“No obstante, se está utilizando en Santa Fe y otras provincias la música popular que tiene mucha aceptación en la gente para ver si esto reditúa alguna intención de voto. Como titular de la cátedra de Publicidad y Propaganda Política diría que no es un elemento que decide la candidatura de alguien. Sí contribuye, en parte, a la campaña. Pero cada candidato tendrá que ver si se corresponde con su imagen personal”, señaló.
En ese sentido añadió: “Una buena canción no es un elemento definitorio. Es más, los candidatos tienen que pensar que el electorado fue evolucionando. Estos más de 27 años de democracia hicieron que gran parte del electorado, aún cuando no aparezca en las encuestas, en general mire las propuestas”.
“Hay sectores –continuó– que son más pensantes que otros y no definen el voto por estas cuestiones aleatorias. Sino que deciden por cuestiones más importantes como escuchar al candidato, ver sus propuestas, poder conversar con él, meterse en las redes sociales e interactuar de manera tal que pueda dar respuestas a todos aquellos que se la piden”.
“Eso es muy interesante y mucho más positivo que utilizar una cumbia u otra música popular para crear expectativas, muchas veces falsas, aún en los propios candidatos que creen que eso es un elemento que aglutina al electorado”, expresó.
Por otra parte, Robustelli dijo que no cree “que se esté dando un debate” para optimizar las campañas políticas. “Por lo que uno está viendo, tanto en los carteles en la vía pública, como en la música y las propuestas, todo es bastante light. No veo que se esté trabajando como se debe una campaña política”, aseveró.
“Salvo uno o dos candidatos que están organizando jornadas para los jóvenes, como son (Agustín) Rossi y (Omar) Perotti, en general los demás candidatos no están buscando otras formas de comunicación política que tienen que ver con el contacto de grandes grupos o de grupos sectorizados”, apuntó.
En ese punto resaltó las características de la provincia. “Santa Fe es bastante grande y tiene un electorado en el cual las mujeres son más que los hombres y, además, si uno lee la conducta electoral de los últimos 20 años, las mujeres siempre fueron a votar más que los hombres”.
“También –prosiguió– hay que dar una respuesta a cada uno de los sectores sociales y no veo que eso se esté haciendo. Hasta el momento hay grandes publicidades gráficas en toda la provincia. Eso, en parte, posiciona al candidato. Pero el posicionamiento también se da con las ideas”.
“Tenemos muchos medios para difundir las ideas. Primero está la prensa gráfica de la provincia que se fue desarrollando y sigue siendo un factor importante; también están los medios audiovisuales que son un entramado fantástico de norte a sur y de este a oeste. Además están las redes sociales e internet”, describió.
“Pero también está la posibilidad de reeditar aquello que en 1983 fue interesantísimo, la plaza pública. Los estadios de fútbol son un lugar para que los candidatos se pongan en contacto con sus grupos de electores. Hace poco hicimos una encuesta telefónica en los pueblos y lo que más valoraban era conocer a los candidatos y que los políticos vayan a su pueblo. Eso lo palpan los gobernadores. A los lugares donde van, la gente no los agrede, sino, por el contrario, concurre a verlos porque quiere algo más. Ese algo más es lo que muchas veces define una elección”, concluyó.
Desde hace unos años las estrategias electorales posaron sus oídos en la cumbia para promocionar a los diferentes candidatos. Entre los ejemplos más recordados están Los Palmeras, con Menem Parrandero (2003); Grupo Lira’s con El Lole Senador (2009). Sin embargo, lo que parecía ejemplos aislados se transformó en una moda para las próximas elecciones a gobernador. La semana pasada comenzaron a sonar con fuerza las canciones de tres precandidatos como Ricardo Spinozzi, Oscar Martínez y Antonio Bonfatti, que se pueden escuchar en www.unosantafe.com.ar.
Al respecto, Diario UNO dialogó con el analista político y docente de la cátedra Publicidad y Propaganda Política de la Universidad Nacional de Entre Ríos, Horacio Robustelli, quien dijo: “Creo que un tema musical no modifica las mediciones de un candidato. Pero es un elemento que se fue tomando, sobre todo desde la famosa cumbia de (Carlos) Reutemann. Sí tiene mucha aceptación en algunos sectores populares y reafirma la imagen del candidato, si es que está instalado en la sociedad”.
“Pero si le ponemos cumbia a un candidato que tiene otro perfil –advirtió–, eso se puede tomar con liviandad por una parte del electorado que tiene una imagen diferente del candidato en función de su gestión anterior, de su seriedad, de su imagen física misma”.
“Sería ilógico verlo a Binner bailando una cumbia, más allá de que lo puede hacer. Pero no es el estilo de Binner, como tampoco es el estilo de otros candidatos del justicialismo. No lo veo a Mercier bailando un tango o una cumbia”, agregó.
“No obstante, se está utilizando en Santa Fe y otras provincias la música popular que tiene mucha aceptación en la gente para ver si esto reditúa alguna intención de voto. Como titular de la cátedra de Publicidad y Propaganda Política diría que no es un elemento que decide la candidatura de alguien. Sí contribuye, en parte, a la campaña. Pero cada candidato tendrá que ver si se corresponde con su imagen personal”, señaló.
En ese sentido añadió: “Una buena canción no es un elemento definitorio. Es más, los candidatos tienen que pensar que el electorado fue evolucionando. Estos más de 27 años de democracia hicieron que gran parte del electorado, aún cuando no aparezca en las encuestas, en general mire las propuestas”.
“Hay sectores –continuó– que son más pensantes que otros y no definen el voto por estas cuestiones aleatorias. Sino que deciden por cuestiones más importantes como escuchar al candidato, ver sus propuestas, poder conversar con él, meterse en las redes sociales e interactuar de manera tal que pueda dar respuestas a todos aquellos que se la piden”.
“Eso es muy interesante y mucho más positivo que utilizar una cumbia u otra música popular para crear expectativas, muchas veces falsas, aún en los propios candidatos que creen que eso es un elemento que aglutina al electorado”, expresó.
Por otra parte, Robustelli dijo que no cree “que se esté dando un debate” para optimizar las campañas políticas. “Por lo que uno está viendo, tanto en los carteles en la vía pública, como en la música y las propuestas, todo es bastante light. No veo que se esté trabajando como se debe una campaña política”, aseveró.
“Salvo uno o dos candidatos que están organizando jornadas para los jóvenes, como son (Agustín) Rossi y (Omar) Perotti, en general los demás candidatos no están buscando otras formas de comunicación política que tienen que ver con el contacto de grandes grupos o de grupos sectorizados”, apuntó.
En ese punto resaltó las características de la provincia. “Santa Fe es bastante grande y tiene un electorado en el cual las mujeres son más que los hombres y, además, si uno lee la conducta electoral de los últimos 20 años, las mujeres siempre fueron a votar más que los hombres”.
“También –prosiguió– hay que dar una respuesta a cada uno de los sectores sociales y no veo que eso se esté haciendo. Hasta el momento hay grandes publicidades gráficas en toda la provincia. Eso, en parte, posiciona al candidato. Pero el posicionamiento también se da con las ideas”.
“Tenemos muchos medios para difundir las ideas. Primero está la prensa gráfica de la provincia que se fue desarrollando y sigue siendo un factor importante; también están los medios audiovisuales que son un entramado fantástico de norte a sur y de este a oeste. Además están las redes sociales e internet”, describió.
“Pero también está la posibilidad de reeditar aquello que en 1983 fue interesantísimo, la plaza pública. Los estadios de fútbol son un lugar para que los candidatos se pongan en contacto con sus grupos de electores. Hace poco hicimos una encuesta telefónica en los pueblos y lo que más valoraban era conocer a los candidatos y que los políticos vayan a su pueblo. Eso lo palpan los gobernadores. A los lugares donde van, la gente no los agrede, sino, por el contrario, concurre a verlos porque quiere algo más. Ese algo más es lo que muchas veces define una elección”, concluyó.
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