martes, 8 de febrero de 2011

comunicacion politica

Elecciones

De Menem a los K, los videos electorales más originales de los candidatos

Fueron clave para ganar las elecciones o para perderlas. Vea los spots.

 

08.02.2011 | 18:13

Este año, como tantos otros, los políticos buscarán la manera de convencer al electorado para que los voten. No es nada nuevo. "Menem lo hizo” lo lanzó el entonces presidente Carlos Saúl Menem en 1999 por sus diez años de gestión. Allí se recordaba algunas de las obras que había realizado el riojano. El spot causó tanta polémica y repercusión que Videomatch realizó una parodia del mismo. Ese año sin embargo, su candidato Eduardo Duhalde perdió las elecciones contra Fernando De la Rúa.


“Dicen que soy aburrido” fue el spot elegido por el equipo de campaña del entonces candidato Fernando De la Rúa. Analistas reconocieron que el vídeo causó una repercusión muy positiva que sin dudas le ayudó al hombre de la Alianza a obtener un cómodo triunfo sobre el Partido Justicialista (PJ). En el mismo criticaba la “fiesta menemista” y se jactaba de ser aburrido.



“Se viene el bigotazo” es el arma de campaña que escogió el ex gobernador de Neuquén Jorge Sobisch para volver al poder de la provincia. Apelando al bigote característico del candidato, el spot explica que “se viene el bigotazo, vuelve la educación”. En ningún momento se hace alusión al docente Carlos Fuentealba, asesinado durante su gestión.



“¿Quién soy?”.
En el 2009 el empresario Francisco De Narváez se lanzó a competirle al gobierno kirchnerista la provincia de Buenos Aires. Si bien pocos creían en su victoria, el millonario candidato se instaló de manera muy fuerte en la capital argentina. El spot para la campaña buscaba dar a conocerlo entre los votantes. Por eso se intentó mostrarlo como “uno más”. El éxito quedó demostrado en los resultados electorales. Pudo vencer a Néstor Kirchner.



En la misma campaña del 2009, Elisa Carrió buscaba quedarse con el poder de Buenos Aires. El estilo de la Coalición Cívica y de la candidata en particular era apuntar contra la corrupción. La música emotiva y las cualidades de honestidad fueron el lema que la líder del partido eligió para convencer al electorado.



Siempre en 2009, el oficialismo buscaba volver a triunfar en la capital argentina. La fórmula Kirchner-Scioli realizó un spot sin dudas dedicado al votante peronista. La palabra compañero se repite constantemente así como también la alusión al General Perón y su mujer, Evita. El aparato estatal no fue suficiente para quedarse con el primer puesto.



“Cachetadas” fue otro spot elegido por De Narváez. La idea del equipo de prensa era mostrar que el pueblo argentino venía golpeado y seguía de la misma manera. “Y si el cambio empieza un día”, era la pregunta del colombiano.



“Levanta” se llamó el spot del mendocino Julio Cobos. El radical disputaba la gobernación de Mendoza y apuntaba al slogan “Cobos, crecimiento para todos”. Aún no eran tiempos de radicales K ni mucho menos de votos no positivos. Cleto obtuvo la provincia arrasando en las urnas.



“Avión”. Era 1998 y la campaña ya estaba al rojo vivo. Antes de su popular “dicen que soy aburrido”, Fernando De la Rúa lanzó un aviso en el cual tenía el objetivo de desprestigiar los números oficiales de la economía “Los argentinos quedamos abajo” afirmaba el candidato de la Alianza.



Fernando “Pino” Solanas también hizo lo suyo. Para las elecciones legislativas de 2009 planteaba la necesidad de volver a una “ética pública” en la política: “Basta de hacer negocios privados con bienes públicos”, pedía al final del spot. Con pocos recursos, fue una de las mejores campañas del país.



Alberto Rodríguez Saá apeló al deporte más popular del país para el 2007. Allí se veía un partido entre “los K” y el resto de la sociedad. El resultado es “un nuevo país” en el que los “buenos” le ganan al gobierno. No fue efectivo. El puntano debió resignarse a dejar pasar la chance de llegar al gobierno.



La dictadura militar no se quedó afuera de la propaganda de “campaña”. Si bien no había elecciones, buscaban legitimar sus acciones de gobierno. La metáfora con la vaca y los “agentes externos” que lastimaban al país finalizaba con un humilde hombre de campo alimentando a la Argentina.


 

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