sábado, 19 de febrero de 2011

las opiniones de maria herminia grande

Reflexiones, por María Herminia Grande

El obstáculo de la mediocridad política


El lic. Julio Bárbaro dijo tiempo atrás “los argentinos debemos volver a enamorarnos de la política”. Sucede que hoy la sociedad siente que la política argentina no le aporta nada. En un viaje,  que no comenzó hoy, muchos de nuestros representantes políticos tienen boleto comprado con destino  “estupidización del pensamiento”. El gran problema es que esto conlleva a la decadencia democrática. En este círculo pernicioso comienzo y fin se unen. Y si hablamos de comienzos la historia argentina tiene en su génesis incorporada la barbarie política. Esta semana se recordó el bicentenario del natalicio de Domingo F. Sarmiento, quien sin lugar a dudas fue un hombre controvertido: visionario y retrógrado a la vez. ¿Es posible? Claro que sí. Planificó y diseñó la fisonomía de una Argentina  que necesitaba de un arquitecto estelar para su desarrollo y posicionamiento entre los países del mundo. Sarmiento tuvo esta mirada estratégica que lo llevó a fantasear con un país que él nunca vio,  pero que  basado en sus políticas llegó a desplegar su potencialidad. Sarmiento dejó un sello incuestionable. Pero en esa misma marca también quedó instalado el pensamiento de los buenos y malos,  de quienes eran seres humanos o no.  Recordar lo que le dijo a Mitre: “No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos"… Es muy difícil desde este hoy cuestionar sólo a Sarmiento, cuando lo cotidiano en aquella época era que la cabeza del enemigo “adornara” las plazas públicas. Sucede que la sociedad argentina desde sus orígenes y luego a través de la evolución que debiera marcar los tiempos, no se aferró al respeto de la condición humana. En un país sin razas que distinguir, se sigue insultando al otro por una condición étnica que en el caso argentino lleva a la discriminación por la pobreza y todos sus derivados que muchas veces,  tienen que ver con discapacidades producto del abandono del Estado de sus funciones principales: trabajo, salud, educación. Si una muestra alcanza y sobra para encuadrar la estupidización del pensamiento tiene que ver con la inserción que ha realizado el ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires en la currícula, incorporando a la materia Política y Ciudadanía el concepto de “distintas modalidades de participación política” a los escraches, piquetes, pintadas, etc. Lo peor aún es que su ministro, Mario Oporto,  defiende esta iniciativa como si en sus manos estuviese el nuevo instrumento de enamoramiento político.
Sarmiento como tantos otros hombres de la política argentina fueron controvertidos,  hoy la oquedad dirigencial lleva a elegir entre lo menos malo. La mediocridad, con la salvedad de alguna excepción que pudiese surgir, es lo que los caracteriza. Si la sociedad lo tolera y no ayuda al nacimiento de representantes con formación y actitud de servicio político, es muy difícil que los problemas cotidianos a los que asistimos y protagonizamos, se resuelvan. La gesta de aquellos hombres que fueron preclaros en su herencia inclusive la de sus errores, tenía la pasión de sus ideas. Claro que muchas de ellas terminaban con la vida o el destierro de quien no pensaba como ellos... Hoy lo más triste es que se sigue excluyendo y poniendo en situación de riesgo de muerte a mucha gente por la mediocridad con que la política se desenvuelve, y lo que es peor, con un concepto que se instaló con fuerza para  quedarse: la corrupción. Hoy la Argentina de estos doscientos años debe necesariamente volver a desarrollar una gesta cual es la de reencontrarse y/o enamorarse de la política. El negocio debe dejar lugar al proyecto. El hombre y la mujer deben volver a ser un servidor de la idea que dicen representar.
A meses vista  de un cambio o una continuidad presidencial, nos encontramos con un oficialismo en su persistencia en ignorar al de enfrente y en el embate contra los molinos de viento, reales o imaginarios. Y las oposiciones no logran atraer la atención de la gente salvo en hechos puntuales y coyunturales, especialmente cuando el desborde de estabilidad emocional que por allí aflora en ciertos actos de gobierno, los lleva a ocupar espacios a través de posiciones o declaraciones de sentido común. Si los partidos políticos hubiesen trabajado en la  formación de sus cuadros, hoy asistiríamos a otro tipo de debate.
Política en Santa Fe
Sin lugar a dudas esta semana la mayor sorpresa vino de manos del socialismo  con su cierre en Rosario,  donde Miguel Lifschitz presionado por Binner para que repita por tercera vez la intendencia y su no voluntad en satisfacerlo, sacó de la galera un acuerdo con el presidente del partido socialista Rubén Giustiniani para de una terna acordar en Mónica Fein como la candidata del consenso a la intendencia de Rosario y el propio Lifschitz como candidato a senador por el departamento Rosario. Giustiniani bajó a su candidato a intendente y a su candidato a senador. El actual sistema impide que dos candidatos lleven en este caso el mismo postulante a senador o intendente. Que los candidatos aludidos  pertenezcan al espacio del Dr. Antonio Bonfatti, con el actual sistema electoral, a la hora de juntar votos puede ser sólo una formalidad. Respecto a lo  acordado, una de las partes habla de un acuerdo integral y de interacción en los posibles gabinetes. Lifschitz no oculta su satisfacción y mantiene su mirada en el 2015 para la gobernación. Desde el sector del Ing. Giustiniani evalúan al acuerdo como un paso más  hacia la meta. Mientras tanto desde el sector del  Dr. Antonio Bonfatti –estrenando fórmula con el radical Jorge Henn-  aseguran que su candidato viene creciendo en forma ascendente y sin techo.
En la otra vereda el diputado Agustín Rossi muestra su satisfacción con el cierre de su armado político. En el  Gran Rosario lo van a acompañar los candidatos a intendente Pedro González, Miguel A. Coradini, Alejandro Ramos y Héctor Cavallero. El jueves recibió un espaldarazo de Julián Domínguez en una zona comprometida para Rossi como lo es Rufino,  ministro que pidió públicamente que lo voten.  
El Dr. Juan Carlos Mercier reafirma su candidatura  bajo el nombre “Soy federal” en un armado que contendrá a reutemistas, miembros del PRO y del peronismo Federal. A propósito el Dr. Ángel “Yayo” Baltuzzi lo acompañará como vice. Siente ser el único candidato que expresa claramente un posicionamiento contrario al kirchnerismo: “no me bajarán, las paredes no las paso ni por arriba ni por abajo…las atravieso”.
Por su parte el rafaelino Omar Perotti se siente pisando fuerte en el nuevo espacio santafesino. Luego de las reiteradas “sugerencias”  para que deponga  su candidatura,  lo cierto es que Perotti es otro que no tiene techo. En la ciudad de Santa Fe acordó con Diego Degano donde las encuestas le son favorables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario