jueves, 2 de junio de 2011

del blog de artemio

madame schoklender ( poema de néstor perlongher)



Ataviada de pencas, de gladiolos: cómo fustigas, madre, esas escenas
de oseznos acaramelados, esas mieles amargas: cómo blandes
el plumero de espuma: y las arañas: cómo
espantas con tu ácido bretel el fijo bruto: fija, remacha y muele:
muletillas de madre parapléxica: pelvis acochambrado, bombachotes
de esmirna: es esa madre la que en el espejo se insinúa ofreciendo
las galas de una noche de esmirna y bacarat: fija y demarca: muda
la madre que se ofrece mudándose en amante al plumereo, despiole y despilfarro: ese
desplume
de la madre que corre las gasas de los vasos de whisky en la mesa
ratona: madre y corre: cercena y garabato: y gorgotea:
pende del
cuello de la madre una ajorca de sangre, sangre púbica, de plomos
y pillastres: sangre pesada por esas facturas y esas cremas que
comimos de más en la mesita de luz en la penumbra de nuestras
muelles bodas: ese borlazgo: si tomabas mis bolas como frutas de un
elixir enhiesto y denodado: pendorchos de un glacé que te endulzaba:
pero era demasiado matarte: dulcemente: haciéndome comer de esos
pelillos tiesos que tiernos se agazapan en el enroque altivo de mis
muslos, y que se encaracolan cuando lames con tu boca de madre las
cavernas del orto, del ocaso: las cuevas;
y yo, te penetraba?
pude acaso pararme como un macho ebrio de goznes, de tequilas mustio,
informe, almibararme, penetrar tus blonduras de madre que se ofrece,
como un altar, al hijo — menor y amanerado? adoptar tus alambres de
abanico, tus joyas que al descuido dejabas tintinear sobre la mesa,
entre los vasos de ginebra, indecorosamente pringados de ese rouge
arcaico de tus labias?

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