camino a dos decadas de hegemonia en formosa
Cómo hace Insfrán para que lo voten los paraguayos
Ganó con el 75% de los sufragios. De los 300 mil electores, unos 10 mil vinieron del otro lado de la frontera y votaron con su DNI argentino. Campaña electoral dirigida, con ofertas de cobertura social, salud y educación.
El clientelismo en la Argentina es un fenómeno que excede las fronteras del país. En Formosa, la dirigencia política no sólo busca captar, a través de prebendas, el voto de ciudadanos argentinos, sino que también apunta a los paraguayos, personas que viven en localidades fronterizas con documento de identidad argentino. Según datos de las fuerzas de seguridad, 10 mil paraguayos cruzaron al territorio formoseño el domingo último.
Los datos surgen de un informe que realizó la organización AMRA-Foro Médico Ciudadano de Formosa, que se anotó ante la Cámara Nacional Electoral como uno de los observadores de los comicios. La asociación les solicitó a la Prefectura y a la Gendarmería la información respecto de la cantidad de personas que entraron el día de las elecciones desde Paraguay, tanto por vía terreste como fluvial.
Desde la primera, respondieron que lo hicieron 8.122 personas y desde la segunda, 1.775. Esto sin contar a todos los que entran eludiendo los controles. En Clorinda, por ejemplo, está la “Pasarela de la amistad”, donde la gente cruza el río sin ningún control.
“Esto es algo tradicional, pero que con el paso de los años se fue perfeccionando; ya es una política de Estado”, explica el ex intendente de Formosa Gabriel Hernández. El dirigente radical, una vez que recibió el informe de AMRA decidió cruzar la información, para dilucidar el modus operandi. Así, encontró que la mayoría de las personas que figuraban ingresando al país, con DNI argentino, estaban inscriptos en el padrón electoral.
Pero el problema es que con el nombre y la fecha de nacimiento corroboraron que también figuraban en el padrón paraguayo. La situación toma un cariz distinto cuando los datos se cruzan con los de la Anses, donde “muchísimos de ellos” (el estudio todavía no está cerrado) figuran como beneficiarios de pensiones, jubilaciones o planes sociales del Estado argentino.
Los lugares donde más se da esta situación son en Formosa Capital y su vecina paraguaya, Alberdi, y en Clorinda-Nanawa. Una grabación que Hernández tiene en su poder evidencia la impunidad del mecanismo. En la radio paraguaya se puede escuchar al locutor, mitad en castellano mitad en guaraní, convocar a los oyentes de Alberdi a una reunión con “importantes” funcionarios formoseños que iban a explicar “la importancia” de las elecciones.
“Es para que ustedes conserven los subsidios”, asevera el locutor. Y continúa: “Pero hay que ser agradecidos”. “¿Y quién no tiene algún problemita con la Justicia?”, insiste. Según explican en Formosa, muchos de los vecinos de esas ciudades son balseros, que trafican mercadería de un país al otro. Los problemas con la autoridad son muy comunes.
Los votos son todos para Gildo Insfrán, que gobierna desde 1995. El domingo 23, fue reelegido con el 75% y la presidenta Cristina Kirchner obtuvo el 78 por ciento.
“Gildo nos da todo. Cruzamos para ir al hospital, muchos de nuestros hijos van a la escuela en Formosa y, además, cualquier problema que tengamos él lo soluciona”, explican los votantes paraguayos, que incluso cuentan con unidades básicas en sus ciudades. Las recompensas por el voto, según explican, no es solamente con los planes sociales.
El día de la elección, los votantes paraguayos reciben “plata para moverse, mercadería y vales de nafta”. En Clorinda, por ejemplo, también se pagaron en puestos, que denominan “shoppings”, desde $ 50 por voto.
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