Desde el año 2004 regresa un científico argentino cada tres días
Publicado el 29 de Octubre de 2011La creación del plan Raíces y la posterior del Ministerio de Ciencia, permitió repatriar a 850 profesionales, según destacó ayer Marta Rovira, titular del CONICET, al inaugurar instalaciones del Centro Austral de Investigaciones.
La Argentina logró repatriar 850 científicos desde 2004 –uno cada tres días–, gracias a las políticas de Estado implementadas por el gobierno actual y el anterior, como el incremento del presupuesto para el sector, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el relanzamiento del programa Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior (Raíces), según destacó ayer en Tierra del Fuego la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Marta Rovira.
Según Rovira, varios de esos profesionales reingresaron al CONICET, mientras que hay grupos que lo hacen a otras instituciones vinculadas con la investigación. “Están ingresando unos 500 investigadores anuales y unos 1000 becarios. El CONICET tiene ahora unos 18 mil integrantes, entre los que hay 6500 investigadores y alrededor de 8500 becarios. Esto hace necesario ampliar la infraestructura para que puedan trabajar en mejores condiciones”, explicó la funcionaria al participar ayer del acto de inauguración de instalaciones en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), ubicado en Ushuaia, del que también se festejaron 30 años desde que fue fundado.
La titular del CONICET también puso en funciones como nuevo director del CADIC al geólogo Jorge Rabassa, en remplazo del biólogo Adrián Schiavini, y firmó un convenio con las autoridades de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. En el CADIC de la capital fueguina se inauguraron casas para becarios con una superficie cubierta de 350 metros cuadrados, mientras que se concretará una ampliación del edificio de 1650 metros cuadrados, la mayoría destinada a nuevos laboratorios.
La inversión total para el centro fueguino es de 10 millones de pesos que son financiados con recursos del CONICET y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En diálogo con la agencia Télam, Rovira recordó que en los últimos ocho años se duplicó el plantel de investigadores dependientes de la institución que dirige.
También –destacó Rovira– se busca “reforzar la transferencia de desarrollo tecnológico para que el CONICET tenga más presencia en la sociedad y se vean los resultados de las investigaciones que pueden ser útiles”. En ese sentido, la funcionaria calificó como “un éxito” la experiencia de la feria científica Tecnópolis, de la que sostuvo que “es una manera saludable para que la gente se acerque más a la ciencia”.
El programa Raíces fue relanzado en 2003 y desde la sanción de la ley 26.421, en noviembre de 2008, adquirió la categoría de “política de Estado”. Esta ley promueve no sólo el retorno de científicos e investigadores que residen en el exterior y desean volver al país, sino que también fomenta la vinculación entre los científicos residentes en la Argentina y aquellos que viven en el extranjero (ver aparte).
Los registros oficiales tienen a 4500 científicos argentinos en el exterior, mayormente en los Estados Unidos, Brasil y en países de Europa como Francia, España, Alemania, Reino Unido e Italia. <
La Argentina logró repatriar 850 científicos desde 2004 –uno cada tres días–, gracias a las políticas de Estado implementadas por el gobierno actual y el anterior, como el incremento del presupuesto para el sector, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el relanzamiento del programa Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior (Raíces), según destacó ayer en Tierra del Fuego la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Marta Rovira.
Según Rovira, varios de esos profesionales reingresaron al CONICET, mientras que hay grupos que lo hacen a otras instituciones vinculadas con la investigación. “Están ingresando unos 500 investigadores anuales y unos 1000 becarios. El CONICET tiene ahora unos 18 mil integrantes, entre los que hay 6500 investigadores y alrededor de 8500 becarios. Esto hace necesario ampliar la infraestructura para que puedan trabajar en mejores condiciones”, explicó la funcionaria al participar ayer del acto de inauguración de instalaciones en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), ubicado en Ushuaia, del que también se festejaron 30 años desde que fue fundado.
La titular del CONICET también puso en funciones como nuevo director del CADIC al geólogo Jorge Rabassa, en remplazo del biólogo Adrián Schiavini, y firmó un convenio con las autoridades de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. En el CADIC de la capital fueguina se inauguraron casas para becarios con una superficie cubierta de 350 metros cuadrados, mientras que se concretará una ampliación del edificio de 1650 metros cuadrados, la mayoría destinada a nuevos laboratorios.
La inversión total para el centro fueguino es de 10 millones de pesos que son financiados con recursos del CONICET y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En diálogo con la agencia Télam, Rovira recordó que en los últimos ocho años se duplicó el plantel de investigadores dependientes de la institución que dirige.
También –destacó Rovira– se busca “reforzar la transferencia de desarrollo tecnológico para que el CONICET tenga más presencia en la sociedad y se vean los resultados de las investigaciones que pueden ser útiles”. En ese sentido, la funcionaria calificó como “un éxito” la experiencia de la feria científica Tecnópolis, de la que sostuvo que “es una manera saludable para que la gente se acerque más a la ciencia”.
El programa Raíces fue relanzado en 2003 y desde la sanción de la ley 26.421, en noviembre de 2008, adquirió la categoría de “política de Estado”. Esta ley promueve no sólo el retorno de científicos e investigadores que residen en el exterior y desean volver al país, sino que también fomenta la vinculación entre los científicos residentes en la Argentina y aquellos que viven en el extranjero (ver aparte).
Los registros oficiales tienen a 4500 científicos argentinos en el exterior, mayormente en los Estados Unidos, Brasil y en países de Europa como Francia, España, Alemania, Reino Unido e Italia. <
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