La gente se apropió del mausoleo y lo convirtió en un santuario popular
Publicado el 28 de Octubre de 2011Por
Hubo colas para visitar el imponente edificio. Le dejaron camisetas de Racing, flores,peluches y pañuelos de las Madres y Abuelas.
Una camiseta de Racing, dos rosarios, un peluche y los pañuelos de Madres Línea Fundadora e H.I.J.O.S reposan sobre la enorme bandera argentina que cubre el féretro con los restos del santacruceño, que ya descansa en el nuevo mausoleo que la familia construyó en el cementerio de Río Gallegos.
Cuando terminó la ceremonia íntima, la presidenta ordenó que se habilitara el ingreso de los ciudadanos. En la puerta, con rosarios y flores de plástico –las únicas que se consiguen en Santa Cruz, donde es difícil encontrar de las naturales–, los habitantes hicieron cola durante media hora para ingresar al predio. Una vez en el cementerio, fueron revisados en dos oportunidades, ya que está prohibido el ingreso con cámaras o celulares. “Venimos a acompañar a Cristina. Hace muchos años, cuando mi hija no tenía trabajo, ella nos visitó en casa y, con su ayuda, logramos salir adelante”, le contó a Tiempo Argentino María Sarasoto, una jubilada de 79 años que se acercó al cementerio junto a una amiga.
Hugo Luis Bacci, compañero de militancia de Néstor en La Plata, llegó con toda su familia para conocer el mausoleo. “Cuando militábamos teníamos siempre en mente las injusticias del ’55 y creíamos que el peronismo iba a volver a ser un gran movimiento. Hoy ese sueño está cumplido”, lo recordó.
Luego de recorrer 200 metros por una calle interior del cementerio, los visitantes, agrupados de a diez, pudieron ingresar al mausoleo de dos plantas, construido por el empresario Lázaro Báez, amigo de Néstor, para la familia Kirchner. El cofre presidencial está en el subsuelo, junto a los restos del padre del ex presidente. A ese sector sólo puede ingresar la familia. Por detrás del féretro, se alza una gigantesca cruz de madera. En el piso, un florero con lirios rojos y blancos frescos.
Los visitantes pueden acceder al segundo nivel por una escalera caracol de mármol que rodea un tubo de vidrio blindado que deja ver el ataúd. Bajo estricta vigilancia, los santacruceños y los militantes que viajaron desde distintos puntos del país rezaron y le dejaron bendiciones al santacruceño que se convirtió en presidente.
La luz natural se cuela en la enorme estructura por pequeños ventanales y en la cúpula se ubica el escudo del Bicentenario. Tres obras de arte decoran el espacio: una de estilo pop con la imagen de Kirchner de niño y la leyenda “de grande quiero ser presidente”, una foto oficial del mandatario en funciones saludando con alegría, y una pintura que le regalaron a Cristina en Mendoza con la imagen de Kirchner realizada por el artista Norberto Filippo, a base de vino malbec.
En el exterior, la imponente construcción está rodeada por un jardín donde flamea una enorme bandera argentina, una estructura triangular que representa la forma del territorio argentino y una fuente.<
Hubo colas para visitar el imponente edificio. Le dejaron camisetas de Racing, flores,peluches y pañuelos de las Madres y Abuelas.
Una camiseta de Racing, dos rosarios, un peluche y los pañuelos de Madres Línea Fundadora e H.I.J.O.S reposan sobre la enorme bandera argentina que cubre el féretro con los restos del santacruceño, que ya descansa en el nuevo mausoleo que la familia construyó en el cementerio de Río Gallegos.
Cuando terminó la ceremonia íntima, la presidenta ordenó que se habilitara el ingreso de los ciudadanos. En la puerta, con rosarios y flores de plástico –las únicas que se consiguen en Santa Cruz, donde es difícil encontrar de las naturales–, los habitantes hicieron cola durante media hora para ingresar al predio. Una vez en el cementerio, fueron revisados en dos oportunidades, ya que está prohibido el ingreso con cámaras o celulares. “Venimos a acompañar a Cristina. Hace muchos años, cuando mi hija no tenía trabajo, ella nos visitó en casa y, con su ayuda, logramos salir adelante”, le contó a Tiempo Argentino María Sarasoto, una jubilada de 79 años que se acercó al cementerio junto a una amiga.
Hugo Luis Bacci, compañero de militancia de Néstor en La Plata, llegó con toda su familia para conocer el mausoleo. “Cuando militábamos teníamos siempre en mente las injusticias del ’55 y creíamos que el peronismo iba a volver a ser un gran movimiento. Hoy ese sueño está cumplido”, lo recordó.
Luego de recorrer 200 metros por una calle interior del cementerio, los visitantes, agrupados de a diez, pudieron ingresar al mausoleo de dos plantas, construido por el empresario Lázaro Báez, amigo de Néstor, para la familia Kirchner. El cofre presidencial está en el subsuelo, junto a los restos del padre del ex presidente. A ese sector sólo puede ingresar la familia. Por detrás del féretro, se alza una gigantesca cruz de madera. En el piso, un florero con lirios rojos y blancos frescos.
Los visitantes pueden acceder al segundo nivel por una escalera caracol de mármol que rodea un tubo de vidrio blindado que deja ver el ataúd. Bajo estricta vigilancia, los santacruceños y los militantes que viajaron desde distintos puntos del país rezaron y le dejaron bendiciones al santacruceño que se convirtió en presidente.
La luz natural se cuela en la enorme estructura por pequeños ventanales y en la cúpula se ubica el escudo del Bicentenario. Tres obras de arte decoran el espacio: una de estilo pop con la imagen de Kirchner de niño y la leyenda “de grande quiero ser presidente”, una foto oficial del mandatario en funciones saludando con alegría, y una pintura que le regalaron a Cristina en Mendoza con la imagen de Kirchner realizada por el artista Norberto Filippo, a base de vino malbec.
En el exterior, la imponente construcción está rodeada por un jardín donde flamea una enorme bandera argentina, una estructura triangular que representa la forma del territorio argentino y una fuente.<
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