luto politico tras las elecciones
Los principales derrotados del 23 se debaten entre el silencio y el retiro
Eduardo Duhalde, Elisa Carrió y Ricardo Alfonsín se tomaron la primera semana post elecciones para analizar con sus íntimos la derrota. Aunque algunos aún no salen de la perplejidad que les dejaron los resultados, ya vislumbran un futuro espinoso para ellos.
Suicidio. Eduardo Duhalde expuso todo su capital político en las elecciones. / A lo bonzo. Ricardo Alfonsín descendió respecto de las internas de agosto. El 11,1% que sacó lo deja mal parado dentro de la UCR.
La derrota electoral que sufrió la oposición el domingo pasado provocó un reacomodamiento de sus diferentes dirigentes, quienes comenzaron esta semana a revisar su rol de cara al futuro. De esta manera, manteniendo el silencio frente a los medios, Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde, Elisa Carrió y Francisco de Narváez realizaron algunos balances frente a sus dirigentes de máxima confianza.
Alfonsín se tomó el lunes como único día de descanso e inmediatamente retomó las reuniones con los equipos técnicos en las oficinas de Cerrito en Capital Federal. Los encuentros con los coordinadores que se encargaron de diseñar las propuestas de campaña tienen como objetivo traducir en proyectos de ley el plan de gobierno ya diseñado. El 11,1% de los sufragios que obtuvo quedando en el tercer lugar de la carrera presidencial también llevó esta semana a analizar con su entorno la disputa interna que se aproxima dentro del radicalismo, en las que tendrá que defender su liderazgo.
El diputado radical Oscar Aguad pidió ayer “quebrar esa burocracia partidaria que tanto mal nos ha hecho” y convocó a “discutir una estrategia alternativa” en el marco de la próxima renovación de autoridades que culminará a principios de diciembre con la designación del sucesor de Ernesto Sanz. El partido se mantiene dividido entre los sectores orgánicos ligados a Alfonsín que buscarán quedarse con la conducción del Comité Nacional y el grupo de intendentes y dirigentes vinculados a la gestión, liderados por el cordobés Ramón Mestre que buscan una renovación.
El retiro. Después del 5,8% que consiguió en las elecciones, Duhalde se recluyó entre su familia y unos pocos dirigentes que lo rodean. “En las primarias hubo un efecto decepción, él hizo campaña diciendo Duhalde puede y el electorado se dio cuenta de que no íbamos a poder”, explicó un duhaldista.
“Ya no es momento de los generales, es momento de los caciques”, reflexionó a PERFIL uno de los hombres de máxima confianza del ex presidente, quien aseguró que “ahora más que antes tiene que ser un Felipe González o un José María Aznar y retirarse de la primera línea de la política”.
Un dirigente duhaldista que conversó con su todavía jefe político esta semana en la oficina que tiene a pocas cuadras del Congreso explicó que “no va a recorrer ninguna provincia, es más, ni siquiera va a salir a decir que tiene algunos diputados, se terminó el duhaldismo”.
En tanto, el lunes Carrió mantuvo un encuentro con los legisladores de su bloque que duró más de cuatro horas. Allí, reconoció que su tiempo político partidario estaba cumplido y que era momento de que otros dirigentes del espacio se pusieran al frente del partido.
Los dirigentes que la rodean ya están planificando el congreso partidario que se realizará a fines de noviembre, en el que se definirá el futuro de la fuerza. En este sentido, la líder de la Coalición Cívica, que consiguió el 1,8 % de los sufragios, mencionó que las próximas semanas tiene que ser “el tiempo de Alfonso”, en referencia a Prat-Gay y al debate del Presupuesto nacional en el que creen que serán los únicos que plantearán el rechazo.
La segunda reunión que mantuvo Carrió fue con Patricia Bullrich. Aunque se descuenta que se alejará del partido, acordaron seguir trabajando en conjunto, aunque todavía no está claro de qué forma.
Quienes la vieron esta semana aseguran que la diputada estuvo “sonriente y relajada”. Ya lejos de la campaña, Carrió aprovechó estos días para retomar la lectura, salir a caminar y “tener su vida normal”.
En la provincia de Buenos Aires, Francisco de Narváez dejará de lado las alianzas electorales que para estos comicios concretó con Alfonsín y Alberto Rodríguez Saá. “Volveremos con Unión Celeste y Blanco para seguir caminando la provincia y recuperar uno a uno el voto perdido”, explicó un dirigente de su espacio y explica: “Pese a que el electorado no lo votó, el vínculo con la gente sigue siendo bueno”.
El miércoles, De Narváez reunió a sus legisladores provinciales en La Plata. En el encuentro buscó incentivar a los diputados explicando que “tener el 15% del electorado de la provincia más importante del país no es poca cosa”. Mientras tanto, en el búnker de Las Cañitas comienzan a armar las valijas.
“Tiene cien personas entre equipos técnicos y asesores, son muchas para un diputado, algunas ya están recogiendo sus cosas”, reconoció un denarvaísta.
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