el lider de la campora
Máximo, la enigmática vida del más influyente asesor de CFK
Desde que murió Néstor maneja los negocios familiares. Pero además se transformó en un sostén político para su madre. En la vida de Río Gallegos es una figura fantasmal.
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El afecto con el hijo preferido
Máximo Carlos Kirchner es el principal custodio de los negocios de la familia, y el hermetismo que lo envuelve lo convirtió en uno de los hombres más temibles en la mesa donde se toman las decisiones más importantes del Gobierno de su madre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero quienes lo conocen refutan esa teoría y se la adjudican a “mitos que crean los medios, apoyándose en el bajo perfil que a él siempre le gustó”.
Lo cierto es que en Río Gallegos el primogénito del matrimonio Kirchner prácticamente no tiene vida social. Sus vecinos del barrio APAP juran que lo ven cada vez menos en su casa de la esquina de Monte Aymond y Tres Lagos. Allí vive junto con su novia, la odontóloga María Rocío García, hija de Héctor Marcelino “Chicho” García, ex gobernador interino de Santa Cruz en 1991 que no cultivaba buenas migas con Néstor Kirchner. “Sabemos cuándo están por los autos y la camioneta de la custodia. Pero no están casi nunca. Como no tienen cochera, uno se da cuenta”, comentó a PERFIL una de las vecinas.
Cuando se inauguró el pasado jueves la estatua de bronce en honor al ex presidente, frente al Centro Comunitario del Carmen, en un barrio humilde de Río Gallegos, Máximo fue uno de los ausentes. Romina Igor, hija del ahora empresario de medios Rudy Ulloa Igor, dijo al pasar: “A él (por Máximo) le hubiese gustado estar, pero hay muchos periodistas”. Lejos de alguna especulación, lo real es que el hijo presidencial prefirió quedarse en la casa de sus padres junto a su hermana Florencia y otros familiares.
A Máximo tampoco se lo ve en su supuesto lugar de trabajo: Sanfelice, Sancho & Asociados, la inmobiliaria más importante de Santa Cruz y lugar desde donde se administran las propiedades de los Kirchner y los millonarios negocios turísticos. Las tres secretarias de la casona de la avenida Presidente Néstor Kirchner al 496 prácticamente no lo ven.
Quienes pasan más tiempo en la megainmobiliaria son Osvaldo Sanfelice, uno de los históricos administradores de los bienes de la familia Kirchner, y Carlos Sancho, el ex gobernador de Santa Cruz. Uno de los tantos mitos que rodean a Máximo en Santa Cruz indica que desde que falleció el ex mandatario el joven instaló su bunker operativo en la residencia donde descansa su madre cada vez que viene a Río Gallegos, en Mascarello 441, entre Orkeke y Comodoro Py.
Aunque Sanfelice barrió con el comentario que corre entre los vecinos de la residencia de la Presidenta. “El trabaja en la inmobiliaria y se dedica a la administración de los bienes familiares”, dijo el socio K durante un breve diálogo que mantuvo con PERFIL ayer por la tarde frente a un bar ubicado en la esquina de las avenidas San Martín y Néstor Kichner.
Uno de los motivos por los que se lo ve poco y nada en Río Gallegos tal vez tenga que ver con que sus viajes a Buenos Aires son más frecuentes. Después de la muerte de su padre intentó tener un rol de mayor peso político, pero en el camino algo sucedió y volvió a tomar distancia. Uno de sus principales sostenes es Héctor Icazuriaga, el jefe de la SIDE.
Sin embargo, su injerencia en el armado electoral fue importante: “El espacio que tiene La Cámpora es cada vez más grande. Basta con ver la cantidad de diputados que puso, y ahora van a tener un rol más activo dentro del nuevo mandato de Cristina”. La explicación la brinda un allegado al entorno de Máximo que suele compartir charlas con Sanfelice en el bar Monaco. “Máximo es el jefe, entendés”, agregó la fuente. Hace tiempo que nadie lo ve en el búnker de La Cámpora en Río Gallegos, en la esquina de Maipú y San Lorenzo. Habría sido allí donde compañeros de militancia le insistieron para que se presente como candidato a diputado. “Yo estoy para otras cosas, no es el momento”, habría sido su respuesta.
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