jueves, 5 de junio de 2014

"Algunas cosas son innegociables, como entregar la patria a buitres"

"Algunas cosas son innegociables, como entregar la patria a buitres"

Cristina cuestionó a los opositores que, para perjudicar a su gobierno, especulan contra el país en su litigio con los holdouts en EE UU. Y lo contrapuso con el apoyo recibido de legisladores británicos. Hubo mensaje a los patios militantes.

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En un acto lleno de anuncios de impacto cotidiano para la vida de los argentinos, sobre todo para los más pobres, la presidenta Cristina Fernández dedicó ayer un duro párrafo a los sectores de la oposición que especulan con el conflicto más complejo que enfrenta el país: el litigio judicial con los fondos buitre. "Algunas cosas son innegociables, como entregar la patria a buitres que la quieren despedazar. ¿Qué les pasa a algunos que no pueden distinguir el gobierno con los intereses de la patria?", se preguntó la mandataria, en otro de sus mensajes a la militancia juvenil que la escuchaba desde los patios de la Casa Rosada.
La alusión de la jefa de Estado  buscó contrastar la actitud de cierta dirigencia opositora local, que acaso alienta un fallo adverso de la Corte Suprema estadounidense para dejar a la economía argentina al borde del default técnico y así perjudicar políticamente al kirchnerismo, con la postura de más 100 legisladores británicos que firmaron un documento en respaldo al país en la controversia legal con los holdouts, como en los casos de los fondos NML y Aurelius Capital.
"Hay una sola forma de entender la patria que es amarla, y defenderla con la vida si es necesario", subrayó Cristina desde el balcón interno del Patio de las Palmeras. La alusión al juicio con los fondos buitre que tramita en la justicia estadounidense completó una batería de anuncios fuertes, que la presidenta había presentado minutos antes desde el Salón de las Mujeres del Bicentenario, con un discurso transmitido por cadena nacional. Las medidas, vinculadas a la salud y a la seguridad social, estuvieron destinadas a la niñez, a los jóvenes sin cobertura médica y a la ancianidad. "Hoy me siento más peronista que nunca", comentó una sonriente Cristina en referencia al carácter reparador, distributivo, de las decisiones puestas en marcha.
La jefa de Estado comunicó la extensión del Plan Sumar –que garantiza la cobertura en materia de salud para mujeres de hasta 64 años y varones de hasta 19 sin obra social ni prepaga– con la adhesión de los tres distritos que aún no se habían plegado al acuerdo: la ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz y Córdoba. También informó sobre la incorporación de tres nuevas vacunas –varicela, meningococo y rotavirus– al calendario oficial de vacunación y lanzó un proyecto de la ANSES para universalizar la tarjeta Argenta destinada a los jubilados (ver páginas 6 y 8).
A juzgar por la reacción del público que llenaba el Salón de las Mujeres, que festejó con una ovación casi mundialista, el anuncio más impactante quedó para el final: Cristina anunció que el Ejecutivo enviará un proyecto de ley al Parlamento para sancionar una nueva moratoria previsional (ver página 6). "Decidimos hacer esto –planteó– por una cuestión de equidad. Porque el anterior corte, el de la primera moratoria (NdR: en alusión a la medida dispuesta por Néstor Kirchner, que permitió que muchos jubilados accedieran a ese derecho sin contar con los 30 años de aportes), tomó como fecha de corte el año 1993. Y, precisamente, entre 1993 y 2003 fue la década en la que se registraron los índices de desocupación más altos."
La decisión de ampliar la población beneficiada por la ANSES, que además contará con la cobertura del PAMI, tuvo una explicación de pura lógica económica. "Ustedes saben que nosotros creemos mucho en impulsar la demanda, por eso también estas medidas", razonó la mandataria en el marco de una explicación general que buscaba dejar en evidencia cómo "miles de pequeños y medianos empresarios" se beneficiaron, a lo largo de la última década, por las políticas oficiales de aliento al consumo. "Lo que más me preocupa es que no se den cuenta de eso. Y que algunos todavía los vuelvan, como digo yo, a embocar. Esperemos que no. Esperemos que todos tengan la claridad y sensatez suficiente, y que tengamos muchos argentinos que entiendan la necesidad de que, cuanto más beneficios tengan el resto de los argentinos, no es en perjuicio de ellos, sino en beneficio de ellos", argumentó.
¿QUÉ DIRÍA ROSAS? El discurso por cadena nacional incluyó varios detalles que no pasaron desapercibidos, aunque puedan atribuirse a cuestiones de protocolo institucional. El vicepresidente Amado Boudou –en el mismo día en que sus abogados solicitaron la nulidad de la indagatoria dispuesta por el juez Ariel Lijo– estuvo sentado en primera fila en uno de los dos sectores reservados a los funcionarios. Al lado de Boudou estaba la vicegobernadora de Córdoba, Alicia Pregno; la vicejefa de gobierno de la ciudad, María Eugenia Vidal; y el ministro de Salud santacruceño, Julio Visconti.
Cuando terminó el acto, al que también asistió el ensayista Ricardo Forster, flamante secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional del Ministerio de Cultura, Cristina se dirigió a los patios de la Casa de Gobierno. Allí la esperaba una multitud. Eran rostros muy jóvenes, la mayoría en sus primeros veinte.
"Lo primero que quiero hacer es agradecerles a todos ustedes, y a bastantes más que hoy no están aquí, por la maravillosa jornada del 25 de mayo en la Plaza. Algunos decían que hacíamos actos en los patios militantes porque no podíamos llenar la Plaza. Pero el 25 quedó claro. Y por eso algunos se pusieron nerviosos", comentó la presidenta con gesto pícaro. Ayer, hay que decirlo, Cristina bromeó mucho y se mostró chispeante desde el micrófono.
En su primer saludo desde los balcones internos de Balcarce 50, la mandataria apareció acompañada por el ministro de Economía, Axel Kicillof; y los diputados nacionales Andrés Larroque y Juan Cabandié. "Han querido demonizar a los jóvenes. No podían entender que cuando Axel (por Kicillof) estuvo en París, pudimos cerrar una negociación con el Club de París cuando todos descontaban un fracaso", señaló la presidenta y enseguida advirtió que los medios hegemónicos intentan construir un mensaje por el cual los jóvenes "o son inexpertos, o no saben, porque tienen ideas extremas, o porque no entienden".
Mientras debajo suyo se agitaban banderas y se escuchaban cantitos (debutó una consigna que decía: "Los pibes ya están cubiertos / ya tienen la asignación / ahora todos los abuelos/ tienen la jubilación"), la jefa de Estado se involucró de lleno en la puja irresuelta con los fondos buitre. "Ayer (por el martes) la gente de prensa del gobierno me acercó un cable donde se leía que más de 100 parlamentarios británicos apoyaban a la Argentina en la lucha contra los fondos buitre mientras nosotros estábamos con problemas para conseguir un consenso mínimo entre nuestros propios legisladores. Yo digo: ¿qué les pasa a algunos, que no pueden distinguir el gobierno de los intereses de la patria?", lamentó la presidenta. Y agregó: "A veces pienso, porque a mí me gusta la historia, cómo se habrá sentido Rosas cuando se enteró que la flota franco-inglesa tenía argentinos."
Se refería a un episodio emblemático de la resistencia de la Confederación argentina ante la pretensión europea que buscaba garantizar –por la fuerza– la libre navegación de los ríos interiores para colocar sus productos comerciales: la Vuelta de Obligado. Aquella batalla, en la que murieron alrededor de 250 argentinos y 26 europeos –franceses e ingleses–, fue acompañada por otros choques armados a lo largo del Paraná. En aquella oportunidad, al enterarse de lo que había sucedido, San Martín comentó: "Los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca."  «


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La presidenta Cristina Fernández encabezará esta tarde un acto en el Museo del Bicentenario en el que dará a conocer medidas vinculadas con los medios de comunicación.

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