martes, 17 de junio de 2014

Saltó del balcón para escapar de ladrones

EN BARRIO LOS HORNOS

Saltó del balcón para escapar de ladrones

Se trata de una joven de 27 años que sufrió politraumatismos. Se arrojó a la vereda desde casi 4 metros de altura. Pudo terminar en tragedia.

Dos ladrones ingresaron a esta casa de calle J.M. Zuviría al 3100. Al sentir los gritos de su padre, una joven de 27 años se arrojó desde la planta alta a la vereda para pedir ayuda.- Foto:Danilo Chiapello


Joaquín Fidalgo
jfidalgo@ellitoral.com


Una familia santafesina de barrio Los Hornos quedó envuelta esta madrugada en dramáticas circunstancias desencadenadas a raíz de un robo. Todo ocurrió muy cerca de una de las esquinas que forman la avenida Facundo Zuviría y la calle J.M. Zuviría, frente a un conocido supermercado.

Eran aproximadamente las 3.30 de hoy y el hogar estaba en calma. Ricardo Taboga dormía en su cuarto junto a su esposa, tratando de descansar luego de una jornada agotadora en su comercio. En otra habitación estaba su hija, María Inés, de 27 años.

“El perro comenzó a torear. Me despertó. Entre dormido y cansado, en un momento me puse loco y le grité para que se callara. Como no paraba, me levanté y miré por la ventana. Entonces pude observar como dos tipos que estaban en mi patio intentaban trepar por un tapial de más de 3 metros para
escaparse hacia un lote lindero en el que se está construyendo una playa de estacionamiento. 

Entonces corrí hasta la cochera. No sabía si había alguien adentro de la casa. Pegué unos puñetes en la pared y grité para que se fueran”, recordó este mediodía el dueño de casa.

Fue entonces que despertó María Inés. La joven, sobresaltada, pensó que su padre estaba luchando con los delincuentes adentro del inmueble. Pensó entonces en escapar para pedir auxilio. 

Inmediatamente corrió hasta la ventana, salió al balcón y se arrojó a la vereda, desde una distancia cercana a los 4 metros. La muchacha cayó pesadamente y sufrió politraumatismos, por los que quedó inmovilizada.

“Para observar mejor la situación, subí a la planta alta y entonces vi el balcón abierto. Me asomé y me desesperé al ver a mi hija tendida en la calle. Los delincuentes estaban afuera también, podían estar armados, podían tomar represalias contra ella... Corrí lo más rápido que pude, abrí la puerta y la auxilié. Mientras, mi esposa llamó a la Central de Emergencias 911... entre cuatro y cinco veces. El Comando Radioeléctrico nunca apareció. La ambulancia demoró 20 minutos y un policía de la comisaría 9ª, que está a dos cuadras, llegó a la hora y media”, se quejó Ricardo Taboga.

El tiempo que demoró la ayuda transcurrió lento para las víctimas, que quedaron expuestas en la vía pública, a merced de los ladrones, que afortunadamente huyeron por otro sitio.

En el lote de al lado, Ricardo encontró tirado su secarropas, el único elemento que los malvivientes habían sustraído. Seguramente, debieron abandonar el electrodoméstico al tener que apresurar el escape.

“Es la primera vez que nos entran a robar a la casa, pero en el barrio los episodios de inseguridad son muy frecuentes. Mi hija afortunadamente está bien. Le están haciendo estudios en una clínica céntrica, pero su estado de salud es bueno. No obstante, todo esto podría haber terminado en tragedia, porque la caída fue desde una altura considerable”, conclu

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