martes, 11 de octubre de 2011

servicio para los empleados publicos

Nadie se salva! 10 tipos de compañeros de trabajo

La diferentes personalidades que “habitan” en una oficina, convierte a los lugares de trabajo en sitios dignos de análisis. ¿Hay en tu lugar de trabajo alguno de éstos personajes?


Al igual que muchos otros sitios, una oficina es el lugar ideal en donde convive mucha gente con personalidades diferentes. También, hay quienes desempeñan trabajos en específico que los hace diferentes al resto y por lo que de inmediato los reconocemos.

Está el que es muy responsable, el que es muy buen compañero, el que trata de ayudar a los demás, el que es muy sociable, entre muchos otros; aunque también hay personas que por la manera en que se comportan, no sabemos cómo es que llegaron y permanecen ahí.

Acá están precisamente esas 10 clásicas personas que encontrás en cualquier oficina:

1. El señor mayor que todos desconocen a qué se dedica. Todos los días nos topamos con aquel hombre, de avanzada edad, que lleva camisa y corbata, siempre sin saco, que pareciera desempeñar una labor importante, ya que lleva años en la empresa y tiene oficina propia, pero que hasta ahora, nadie conoce a qué se dedica.

2. El que siempre está enfermo. Puede estar ubicado en el cubículo de enfrente, de a lado o en el de atrás. Sobre su escritorio siempre encontrarás cajas de pañuelos desechables. Todo el tiempo se está aclarando la garganta, sonándose la nariz y tiene los ojos rojos y llorosos.
Si le preguntas como está, te dará una explicación larguísima de su deplorable estado de salud. Y hay largos períodos de tiempo en el que ni lo ves, porque da parte y se ausenta del trabajo.

3. La compañera tímida y tranquila. Pasas y pasas por el mismo lugar y ella siempre está ahí, haciendo sus labores. Nadie sabe tampoco bien, bien a qué se dedica y mucho menos, cuál es un nombre.
Por lo regular, se encuentran en el último rincón de la oficina, acompañada de alguna planta. Sólo acude a las reuniones del trabajo si es muy necesario, para únicamente hacer acto de presencia y salir corriendo minutos después.


4. El todo lo puede. No es precisamente la persona más eficiente en sus tareas, pero si se trata de abrir una puerta, él estará ahí, si se requiere colocar algo en un determinado sitio, esta persona es quien mejor puede hacerlo, al igual que organizar las comidas o fiestas. En realidad, esta gente es feliz haciendo este tipo de cosas y no su trabajo.

5. El que está por estar. Estas personas generan muchas incógnitas, pues los demás no comprenden cómo fue que obtuvo el puesto, ya que se nota que no sabe cómo hacer su trabajo, mismo que resuelve en el doble de tiempo que los demás. Está siempre pendiente del reloj, para salir a su hora en punto y siente muy poca empatía con la filosofía de la compañía, así como con el resto de los empleados.


6. El que se adueña del baño a determinada hora. Aquel compañero que a determinada hora se levanta de su silla para acudir al baño. No perdona esta rutina ni un solo día, la cual, muchos odian, pues el sanitario se convierte en un sitio muy poco agradable para visitar.

7. El vigía. Es el clásico que se la pasa observando al resto y que su verdadero trabajo es anotar todo lo que el otro haga, para más tarde, pasarle el reporte a sus superiores. Sabe que es odiado, pero aún así, sigue con esta actividad.

8. El que come todo el día. Apenas pasaron 10 minutos de su hora de entrada y ya va por café. A la hora de la comida, es quien se encarga comida para cuatro que come de un saque o lleva más de tres tuperwares repletos de comida. No pasaron ni dos horas y nuevamente ya está yendo a la panadería o al kiosco para ver qué puede entretener a su estómago. Invierte tanto tiempo comiendo que trabajando.

9. El "limpia botas". Es el clásico que se la pasa adulando a los jefes. Se preocupa mucho más por quedar bien con ellos que por hacer lo que en realidad le toca. Hace todo lo posible para hacer quedar mal al resto de sus compañeros y ser él siempre quien resalte.

10. El que ama las reuniones. Es aquel que se encarga exclusivamente de programar todos los días reuniones que al resto del grupo les parecen innecesarias. Se pasea por los pasillos para anunciar que en cinco minutos se ven en la sala de juntas.

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