domingo, 27 de abril de 2014

Los presidenciables kirchneristas quieren que Cristina se defina

Los presidenciables kirchneristas quieren que Cristina se defina

Creen que deberá elegir un postulante propio antes de las PASO para competir contra Scioli
Por   | LA NACION
Aunque no tienen una estrategia unificada, todos los candidatos del espacio oficialista coinciden en una postura: Con la mayoría de los espacios opositores ya lanzados , los aspirantes a suceder a la Presidenta intensificarán sus apariciones para mostrarse como opción en el escenario electoral, a la espera de la definición de Cristina. Si tras las legislativas pasadas consideraban que la Presidenta se mantendría al margen, en los últimos días comenzaron a destacar la necesidad de que finalmente se involucre.
Florencio Randazzo largó en punta esta semana para posicionarse en la carrera contra el resto de los ministros, gobernadores y legisladores de peso que aspiran a heredar a la Presidenta. Aunque nadie se bajó de antemano, la pelea 2015 dentro del espacio kirchnerista va camino a polarizarse entre el ministro del Interior y Transporte y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri , los dos más activos en su campaña electoral.
El segundo pelotón, más rezagado, no pierde las esperanzas. Allí se ubican el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Más testimoniales, surgen las candidaturas del senador Aníbal Fernández y del ministro de Defensa, Agustín Rossi.
Todos los precandidatos coinciden en que la Presidenta los tiene que dejar jugar este año para definirse por uno de ellos antes de junio de 2015. Por eso, la disputa mayor surge entre Randazzo y Urribarri. El primero lidera las encuestas dentro del clan kirchnerista, aunque muy por debajo de Scioli. Urribarri tiene alto nivel de desconocimiento, pero tiene la simpatía del núcleo duro del gabinete, entre ellos, Carlos Zannini y Julio De Vido.
"No podemos entregarle estos diez años a Scioli. Tiene que quedar el más competitivo", sostienen en el equipo de Randazzo. La señal la dará la Presidenta. Si antes la idea que primaba era que la jefa del Estado se mantuviera al margen y apoyara al candidato que surgiera de la primaria, su rol más activo tras la licencia del año pasado, interpretan los aspirantes, la llevará a tomar una decisión. "Si sólo queda uno, ése será su candidato", insiste un allegado al ministro de Transporte.
Con perfiles marcadamente diferenciados, Randazzo se para como moderado en el mundo oficialista. Del otro lado, Urribarri se presenta como el más cristinista. "No se va a quedar quieto, menos ahora que Randazzo apuró la pelea", describen en su equipo. El entrerriano mecha actos institucionales en su provincia con apariciones en territorio bonaerense y en el interior, giras que hace todas las semanas. Ayer estuvo en General Rodríguez y en Luján, y el lunes pasado se entrevistó con el economista preferido de la jefa del Estado, Joseph Stiglitz. En Buenos Aires se recuesta en el armado de la agrupación de intendentes Los Oktubres, de pura cepa K, y mañana, de la mano de Fernando Espinosa, recalará en La Matanza.
Randazzo también apuesta al diálogo con intendentes, pero su futuro está atado a la gestión ferroviaria. "Corre con ventaja", reconoce un rival. "Nosotros vamos a cuidar la gestión. Queremos debatir qué hizo cada uno para cambiarle la vida a la gente", sostienen en el randazzismo.

TODAVÍA EN CARRERA

Capitanich no pierde las esperanzas. A pesar de los altibajos de su cargo, que parecía un trampolín único para heredar a Cristina, el jefe de Gabinete mantiene sus aspiraciones. "La semana de la crisis de la policía durmió 15 horas en cinco días. Imaginate que dejará todo por la presidencia", lo impulsan sus colaboradores, que sostienen que ganó conocimiento público aunque con alta imagen negativa.
Con claro eje de campaña, Domínguez se sube a la pelea. Ya recorrió Misiones, La Pampa, Río Negro y Salta con su corriente propia, Campo. "Nosotros tampoco vamos por el premio consuelo. La estrategia nuestra es nacional", amplían en su equipo para descartar que lo bajen a candidato a gobernador bonaerense. Su estrategia es hablar de "un movimiento colectivo por encima de las autoproclamaciones", admite, al distanciarse de Randazzo.
Para todos los kirchneristas puros, un acuerdo con Scioli sigue siendo el plan B, aunque lo aceptarán si Cristina no tiene otra salida y pacta con el gobernador. Por una necesidad futura, ya casi no lo cuestionan. La Presidenta deja jugar y habilitó a que hoy, la militancia de Unidos y Organizados ponga en marcha con un plenario en el Mercado Central la maquinaria para mantener cohesionado su espacio..

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