una agrupacion en ascenso
Nuevo desembarco de La Cámpora: ahora van por el control del espionaje
Ya tiene más de 200 funcionarios en cargos públicos. Copa la ex SIDE para manejar la información de Inteligencia. El vínculo entre Máximo e Icazuriaga.
Fotomontaje. Desde que falleció Néstor Kirchner, Máximo e Icazuriaga, titular de la ex SIDE, estrecharon el vínculo. Coordinaron el desembarco.
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El desembarco de la agrupación ultra K La Cámpora en la Secretaría de Inteligencia preocupa a los viejos espías, quienes sospechan que un proyecto de gran envergadura avanza con una fuerza que jamás habían visto en los grises pasillos del edificio de la calle 25 de Mayo 11. La mayoría de ellos son jóvenes graduados o a punto de recibir sus títulos universitarios. Ya se habla de un “trasvasamiento generacional definitivo” en la casa de los agentes secretos.
Quien comprende cómo funciona la maquinaria del poder en la Argentina sabe que la ex SIDE es uno de los engranajes más preciados, una pieza fundamental para la construcción. Pero cualquier ingeniero no está capacitado para entender su particular funcionamiento. Máximo Kirchner comprendió ambas cosas y se lanzó a jugar en ese fango.
Al igual que su padre, Máximo se volvió un consumidor compulsivo de los papers de Inteligencia y los utiliza para conocer a los potenciales enemigos del Gobierno, internos y externos, y saber de sus debilidades.
“Llenaron de pibes de La Cámpora, no saben nada. Pero viste cómo son los pibes, aprenden rápido. Ojo, mirá que éstos no son como los sushi que entraron con (Fernando) De la Rúa. Estos pibes sí que están convencidos de lo que hacen”, explica un viejo espía de la Side.
Su interlocutor es un agente retirado que hasta hace poco tenía un puesto clave en una de las empresas más importantes del país. Ambos rememoraban anécdotas y antiguas confabulaciones a cuenta ajena.
Es difícil saber cuántos jóvenes de la agrupación que custodia a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ingresaron a la ex SIDE, pero se sabe que el objetivo es que cada una de las delegaciones provinciales de la Secretaría tenga al menos un cuadro. Las fuentes consultadas coinciden en decir que aún no hay ninguno en algún cargo de importancia: “Hacen campo, agentes de reunión, nada importante”.
Qué mejor puente a La Casa que el director de la Secretaria de Inteligencia y uno de los principales padrinos de La Cámpora, Héctor “Chango” Icazuriaga. Desde que Néstor Kirchner falleció, Máximo estrechó los vínculos con el jefe de los espías. “El Chango lo conoce desde que nació, lo cuida de verdad. ¿O vos no lo harías?”, explica a PERFIL un peón de Francisco “Paco” Larcher, el número dos de la ex SIDE.
“Después de la muerte de Kirchner, el hijo de la Presidenta, su principal sostén afectivo, cuenta con un emisario de La Cámpora que se reune aproximadamente cada dos semanas con Larcher y el Chango Icazuriaga para obtener información secreta con el fin de ‘cuidar’ a su madre”, escribió la periodista Laura Di Marco en su libro La Cámpora. Historia secreta de los herederos de Néstor y Cristina.
En su investigación, Di Marco relata un caso que sirve para entender la necesidad de los camporistas K. A las manos de Máximo “llegó un informe de inteligencia –aparentemente extraído de la oficina de Larcher e Icazuriaga– que deja muy mal parado a (Amado) Boudou y a parte de su equipo. Se filtraron ciertos comentarios inconvenientes con respecto a Cristina, tanto del entorno íntimo del vice como del propio Boudou, en sus charlas privadas con empresarios”.
Un dato interesante. Un intendente con buenos vínculos con La Cámpora ya habría hecho más de un “requerimiento” para que sus compañeros camporistas de la SIDE le pasen las “sábanas” para conocer las llamadas que se realizan y se reciben desde celulares enemigos.
Los “objetivos”, por lo general, son adversarios políticos. En las “sábanas” se indican todas las llamadas entrantes o salientes, los horarios, y se indica geográficamente desde qué antena se captó la señal.
Todas las administraciones coparon cargos en la Secretaría de Inteligencia y llenaron espacios sensibles, “pero ésta es la primera vez que veo tantos jóvenes, lo que no me parece mal”, aclaró un espía. ¿Se viene una purga en la vieja estructura de la ex SIDE? Esa es la pregunta que se hacen algunos desde noviembre. Desde hace años que Larcher viene haciendo malabarismo entre las líneas internas de la secretaría.
En la Escuela de Inteligencia
Pocos son los que se suman a los largos y pesados cursos de perfeccionamiento en Inteligencia Estratégica que se dictan en la Escuela Nacional de Inteligencia.
Los más jóvenes, muchos de ellos de La Cámpora, prefieren cursos más cortos para capacitarse en el uso de armamentos, explosivos, recolección de información, y comunicaciones.
“Las primeras armas se aprenden en el terreno, caminando la calle, después podemos hablar de la capacitación fina. En realidad todo depende de la categoría”, describe un espía de la Secretaría de Inteligencia que pasó por las aulas de la casona de la calle Libertad 1235, aunque desde hace años la mayoría de los cursos para los espías dejaron de dictarse en la vieja residencia del ex presidente Victorino de la Plaza.
Todos los aspirantes son recomendados por una o más personas y tienen acceso a determinados cursos, según su grado de educación, aunque todos deben pasar por algunos que son básicos.
Según las medidas tradicionales del reclutamiento, los jóvenes aspirantes de La Cámpora debieron pasar por diferentes etapas y más de un filtro. Todos tuvieron un reclutador y un tutor antes de pasar por “la escuelita”, que sería como el último paso antes de convertirse en un espía.
La llegada de los militantes de la agrupación demuestra que el desembarco en puestos de la ex SIDE no se trata de una cuestión ocasional, sino que forma parte de una estrategia a mediano y largo plazo de La Cámpora
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